El próximo viernes, 3 de octubre, llegará a los cines ‘Maleficio (La regla de Osha)’, thriller de terror sobrenatural, rituales santeros y ritmos urbanos escrito y dirigido por Ángel González (‘Compulsión’), bajo la distribución de SelectaVisión.
Rodado durante seis semanas en localizaciones de Bilbao y Madrid, el filme está protagonizado por Mariela Garriga (‘Misión imposible: Sentencia final’), Blas Polidori (‘La sociedad de la nieve’), Edgar Vittorino (‘Centauro’), Noakis Salazar (‘La familia Benetón’), Felipe Londoño (‘Culpa tuya’), Adil Koukouh y West Dubai.

‘Maleficio (La regla de Osha)’ cuenta con la participación de RTVE, como una de sus nuevas apuestas para acercar el cine al público joven. La producción ejecutiva está en manos de Paul Mateos Verdejo (Blacklight Films) y Egoitz Rodriguez (Euskalreel).
Firmada por el propio Ángel González y Sara Vicente Laguna, esta historia se ubicada en una época actual, con el auge de las bandas juveniles y el poder destructor que éstas tienen en las vidas de sus miembros y las de sus seres queridos. Bajo esa premisa inicial, ofrece una singular fusión de terror y thriller criminal donde se entremezclan la realidad de la delincuencia callejera con los tintes sobrenaturales que rodean a la santería.
La música juega un papel protagonista en ‘Maleficio (La regla de Osha)’, a través de géneros tan populares entre las nuevas generaciones como el trap. La banda sonora original de la película, que corre a cargo de Bronquio, cuenta con la participación de artistas emergentes como West Dubai o Audry Funk, así como el dúo Lérica, que ha compuesto el tema original ‘Mi flaquita’, el cual ha llegado a acumular más de medio millón de descargas, solo en los primeros cinco días siguientes a su lanzamiento.
Sinopsis
Para ser ascendido en su banda, Kevin, un joven pandillero, es iniciado en un ritual ocultista de santería por el jefe de su clan. Desde entonces, tanto él como su hermana pequeña de 10 años, Ana, son acosados por una entidad sobrenatural.
Cuando una trabajadora social toma conocimiento de esta situación, lo arriesgará todo para ayudar a los hermanos a escapar del fatal destino al que parecen condenados.
A pocos días del debut en salas de ‘Maleficio (La regla de Osha)’, Audiovisual451 ha podido conversar con Paul Mateos Verdejo, productor de la cinta por parte de Blacklight Films.
A451: ¿Cuál es el origen del proyecto?
Paul Mateos Verdejo: «En la época del confinamiento, empezamos a buscar historias de género que contasen algo más, con elementos novedosos y enfocadas a un público concreto. Un día, Ángel, el director, nos hizo un pitch en medio de la calle, con todos a tres metros, unos de otros, y con las mascarillas puestas. En un primer momento, esta mezcla de terror, santería y bandas juveniles me resultaba bastante chocante, porque es algo que yo no había visto nunca en el cine de género, pero me parecía muy interesante el hecho de poder mostrar una realidad que viven algunos jóvenes en las grandes ciudades, todo ello bajo una estructura muy clásica, en la línea de las historias de posesiones, ouijas y rituales. Lo cierto es que llevábamos mucho tiempo dándole vueltas al tema de las bandas, pero casi siempre en clave de thriller, y cuando entró en juego este mundo de la santería, nos sentimos atraídos y seguimos explorando, hasta llegar a lo que es hoy ‘Maleficio’.»
A451: ¿Cómo fueron los primeros pasos para armar el proyecto a nivel narrativo?
P.M.V: «Normalmente, como productor, suelo inmiscuirme bastante en el aspecto narrativo de los proyectos, sin llegar tampoco a imponer que el peso del dinero y ese lado más financiero de mi trabajo lo decida todo. Durante más de un año, estuvimos reuniéndonos semanalmente para compartir el proceso de documentación, que fue muy estricto. Hablamos con santeros de diferentes países para retratar fielmente esa realidad, e incluso, por pura superstición y para no ofender a nadie, intentamos no incluir ciertas cosas que podían interpretarse como invocaciones por parte de la gente que tiene estas creencias. De ahí en adelante, empezamos a desarrollar la estructura, y yo participé, junto al director, en la elaboración de un tratamiento de 60 páginas, pero, llegados a ese punto, dejé todo en manos de los guionistas y me limité a supervisar el trabajo, sin involucrarme ya tanto.»
A451: ¿Resultó difícil unir ese mundo de los pandilleros con el de la santería?
P.M.V.: «Fue un reto, porque, en un principio, nos encontramos con el problema de que ambas tramas se eclipsaban entre sí. Después de darle muchas vueltas durante casi un año, y gracias a la ayuda de un script doctor, llegamos a la conclusión de que toda la historia debía ponerse al servicio de lo sobrenatural y del terror, lo cual conllevó muchos cambios. Primero, el poseído era el hermano, después lo fue la trabajadora social, y finalmente, nos dimos cuenta de que una niña poseída siempre funciona mejor. En ese punto, presentamos ya la versión del guion con la que conseguimos la financiación.»
A451: ¿Qué camino seguisteis a la hora de armar el puzle de la financiación?
P.M.V.: «Además de ser productor, he dirigido unos cuantos cortos y me dedico también a la supervisión de postproducción, por lo cual, me gusta estar presente en todos los procesos para aprender de ellos. Es cierto que el hecho de ser una primera película, y de terror, que es un género de nicho que depende mucho de las corrientes editoriales de las plataformas, plantea dificultades extra. Al principio, solo éramos unos tipos locos con un guion que creíamos que podía ser interesante para el público, y esa es justo una de las vocaciones principales de esta historia. ‘Maleficio’ está orientada a un público de 16 a 30 años, que es un sector cada vez más reacio a la asistencia a los cines, y por eso creemos que hay que hacer más propuestas para que el público joven vuelva a las salas, a lo que también hemos tratado de contribuir con la música, que tiene un papel determinante esta película.»

A451: Ese afán por llegar a los jóvenes atrajo a RTVE al proyecto, ¿no es así?
P.M.V.: «Desde luego, fue uno de los motivos. Tras muchas reuniones y algunos festivales, decidimos presentar el proyecto a una mesa de valoración de Televisión Española, y casualmente, en ese momento, pensaron que era un material adecuado para ellos, porque querían historias para el público joven, les gustó el guion y, además, hacía ya tiempo que no apoyaban una película de terror. A partir de ahí, continuamos trabajando en el guion, hasta que encontramos un agente de ventas en Berlín, y todavía hoy seguimos negociando con las plataformas. El caso es que a todo el mundo le gustaba mucho nuestro proyecto, pero nadie se quería arriesgar a participar en una película de género con un director novel y un productor novel hasta verla terminada. Hubo muchas negativas y muchos ‘tal vez’.»
A451: Hasta que, por fin, se dieron las condiciones para rodar…
P.M.V.: «Originalmente, íbamos a rodar en Madrid, pero, haciendo números, surgió la oportunidad de acogernos al incipiente incentivo de Vizcaya, gracias a que encontramos unos socios allí. Lo curioso es que la primera fecha de rodaje que fijamos se mantuvo, a pesar de los cambios, y pudimos cumplir. Ha sido un camino complicado, pero lo que nos ha movido es que creemos que estamos haciendo buen cine, que se puede exportar y va a funcionar bien a nivel internacional, lo cual tiene mucho que ver con el casting.»
A451: ¿Qué balance hacéis del incentivo fiscal de Vizcaya?
P.M.V.: «Cuando nosotros lo conseguimos de la mano de Euskalreel, que es una productora vasca con un equipo muy profesional, creo que era otro momento. Ahora mismo, allí se está viviendo una saturación de producción debido a esas condiciones especiales que facilita el incentivo, pero, en nuestro caso, todo estaba empezando y, gracias a ello, pudimos hacer realidad esta película. Sabíamos que, en los últimos años, algunas apuestas de cine de terror no habían ido demasiado bien, y con el impulso del incentivo, fuimos capaces de cerrar la venta de derechos con TVE, o de aseguramos unas aportaciones mínimas por parte de la distribuidora y el agente de ventas, por ejemplo. Sí que es verdad que, con todo y con eso, las plataformas se seguían resistiendo hasta verlo rodado.»
A451: ¿Cómo ha funcionado el trabajo, codo con codo, con el director?
P.M.V.: «Ángel y yo nos conocemos desde hace ya muchos años, y tenemos nuestras cosas, pero siempre es una suerte poder trabajar con amigos; ya está trabajando en su siguiente película, y me parece un tipo muy original y visionario. En ‘Maleficio’, hemos trabajado juntos en el set, y mi involucración era tal que yo me encargaba de hacer los envíos de material a Madrid. Quiero decir, cuando haces tu primera película, piensas que hay veces en las que solo tienes una bala, y los dos queríamos apuntar con la mayor precisión posible. Ángel me ha hecho sentir partícipe de todos los procesos, desde le guion hasta el montaje, pero no solo a mí, sino a todo el equipo, porque es un profesional muy generoso. Más allá de los típicos roces, no han surgido problemas entre ambos, pero, si algo me ha quedado claro es que, aunque no pienso dirigir nunca, el productor debe hacer ese viaje para entender el lado creativo de un proyecto, más allá de la parte técnica y financiera.»

A451: Y viceversa, que los perfiles creativos se acerquen a la producción, ¿no?
P.M.V.: «Efectivamente, porque así todo el mundo es consciente del presupuesto con el que cuentas. Y es que, en relación a nuestro presupuesto, esta es una película muy ambiciosa, con muchas localizaciones y secuencias difíciles de rodar, que podrían pertenecer a otro proyecto con el doble de dinero detrás. Los productores no somos los tipos malos que intentamos recortar de todas partes, sino que intentamos conseguir cosas, y creo que nuestra figura es importante en rodaje, porque se tienen que tomar decisiones muy complejas ante numerosos imprevistos. Si el productor está presente, las respuestas son siempre inmediatas, y esto hace que todos los procesos resulten más orgánicos.»
A451: ¿Cómo fue la confección de ese reparto tan iberoamericano?
P.M.V.: «Tras analizar un estudio del Observatorio de Bandas Latinas, nos dimos cuenta de que el concepto de banda latina está empezando a ser superado por el de banda juvenil, dado que la mayoría de bandas ya incorporan personas de múltiples procedencias, de acuerdo con las muestras demográficas de los barrios, pero el acento latino sigue estando muy presente, y quisimos trasladar eso al reparto. La primera pieza fue Mariela Garriga, que tenía muchas ganas de trabajar en España tras hacerlo en otras industrias, como la americana o la italiana, y gracias a que conocí a su representante en el Festival de Málaga, empezamos a hablar. Con el presupuesto que teníamos, nos parecía imposible contratar a una actriz que venía de trabajar en ‘Misión imposible’, pero ella hizo un gran esfuerzo para estar en la película y pudimos confirmarla muy pronto. Además, se implicó mucho en el guion, porque, al tener raíces cubanas, el tema de la santería le tocaba muy de cerca.»
A451: Un buen comienzo para el proceso de casting, desde luego…
P.M.V.: «Y tanto. A partir de ahí, empezamos a valorar posibilidades de la mano de Cristina Perales, nuestra directora de casting. Nos costó mucho encontrar a Yoruba, el líder de la banda, porque teníamos un candidato muy conocido a nivel internacional que se nos terminó cayendo por una cuestión de fechas, poco antes de iniciar el rodaje. Como solución a la crisis, recurrimos a Edgar Vittorino, que demostró ser un tipo muy profesional, hasta el punto de que había momentos de los rituales en los que entraba realmente en trance, según nos confesó. Más adelante, nos propusieron a Blas Polidori, al que conocíamos de ‘La sociedad de la nieve’, y al principio ese aspecto tan frágil que tiene nos generó muchas dudas, pero nos dimos cuenta de que necesitábamos un hermano, no un macarra de barrio, porque de lo que habla esta historia es del daño que hacen las bandas juveniles a las familias. Finalmente, lo que más nos costó es dar con la niña, tras un casting por el que pasaron más de 150 candidatas, y aunque trabajar con niños siempre es complicado, Noakis Salazar hizo un gran esfuerzo. Todos se han implicado mucho, y tuvimos la suerte de reunirlos para la premier que celebramos en el Fantastic Pavilion de Cannes.»
A451: Y luego está la música, que es otro personaje más…
P.M.V.: «Claro, porque al dirigirnos al target que nos dirigimos, teníamos que utilizar los códigos que manejan los jóvenes. A pesar de que no es, para nada, mi género favorito, hice una incursión en el mundo del trap y la música urbana con la intención de aprender, lo que me llevó a pensar en posibles colaboraciones o cameos. La banda sonora de Bronquio me parece sublime, tanto que no soy capaz de imaginarme otra que encaje así de bien con esta película, y decidimos acompañar ese gran trabajo del talento de West Dubai, que ya llevaba el espíritu pandillero dentro. El contrapunto femenino lo encontramos en Audry Funk, una rapera mexicana afincada en Nueva York a la que yo ya conocía, y que justo estaba de gira por Europa en las fechas del rodaje. Y como colofón, desde TVE, nos propusieron a Lérica, que ya no pudieron aparecer en la película porque habíamos terminado de rodar, pero hicieron una canción que está funcionando muy bien.»

A451: ¿Encareció mucho la producción esta ambiciosa apuesta musical?
P.M.V.: «La verdad es que no, porque la disposición de todos los músicos ha sido total. Bronquio ha sido muy generoso y nos ha ayudado a nivel económico; el tema de West Dubai y sus jornadas de trabajo han sido, básicamente, un regalo; y Audry nos dijo que le diésemos lo que pudiésemos. En el caso de Lérica, llegamos a un acuerdo por el que, a cambio de componer una canción, nosotros les producíamos el videoclip, de manera que hemos utilizado todas las armas de la producción independiente para hacer distintos intercambios. Solo podemos dar gracias por todos estos esfuerzos de tantísima gente que ha apostado por nuestro proyecto, simplemente porque ha conectado con la historia.»
A451: ¿Qué fue lo más complicado durante el rodaje?
P.M.V.: «Mi mujer trabaja como figurinista en la película y tengo dos hijos pequeños, por lo que tuvimos que mudarnos de Madrid a Bilbao durante tres meses. El caso es que, desde el primer día, parecía que todos llevábamos trabajando juntos un montón de tiempo, y eso que no teníamos ni un milímetro de margen. Para mí, lo más difícil fue rodar el momento final de la película, que en un principio sucedía íntegramente en interiores. Un viernes, mientras rodábamos de madrugada, Mariela me dijo que, a ella, esta escena le pedía salir al exterior, y yo pensé que, si salíamos, era necesario contar con una grúa de dos metros para cerrar ese plano como merecía. Como esto se iba a rodar ya ese lunes, lo hablé con el director de producción, y lo ajustamos, pero resulta que ese día teníamos una jornada muy cargada, y tuvimos que colocar la secuencia al final del todo. El plano no era muy complicado, consistía en ir de un plano medio a un gran general, pero, llegado el momento, empezaron los problemas a nivel técnico, y el tiempo corría. A pesar de todo, conseguimos hacer dos tomas buenas, y el equipo, que ya estaba muy cansado porque era la última semana, en vez de protestar por salirnos del horario, aplaudió cuando lo logramos.»
A451: En un principio, el título iba a ser únicamente ‘La regla de Osha’, ¿cierto?
P.M.V.: «Así es. Nuestro agente de ventas nos preguntó por qué se llamaba así la película, si en ningún momento se mencionaba este concepto, y tenía razón. En nuestra cabeza, siempre estuvo ‘La regla de Osha’ como primera opción, en alusión a las normas de la santería, pero nos dimos cuenta de que un título más contundente, como ‘Maleficio’, podía funcionar mucho mejor a la hora de posicionar la película dentro del cine de terror.»
A451: ¿Qué tipo de desafíos conllevó la postproducción?
P.M.V.: «En cierta manera, durante la postproducción, jugábamos en casa, porque yo vengo de ese mundo. Creo que mi experiencia, en este sentido, ha ayudado a dinamizar el rodaje, porque había cuestiones muy difíciles a nivel técnico que, si no quedaban exactamente como queríamos, yo sabía que se podían arreglar más adelante, en postproducción. Para materializar al monstruo de la película, lo cual fue todo un reto, barajamos muchos diseños, hasta que nos dimos cuenta de que era mejor no ponerle cara y optamos por ese humo negro, que se ve potenciado por el sonido que se escucha cuando penetra en la niña. La secuencia en la que Ana, ya poseída, levita y empieza a dar vueltas mientras mueve todos los muebles se incorporó también en postproducción, y hemos estado haciendo cambios e incluyendo nuevos detalles prácticamente hasta la obtención del máster.»

A451: ¿Os costó mucho encontrar una distribuidora?
P.M.V.: «Creo que tenemos la mejor distribuidora que podría tener esta película. A SelectaVisión le avala una larga lista de éxitos de terror y, si bien teníamos otras posibilidades sobre la mesa, incluso ofertas por parte de majors, yo me reuní con Jorge Gabarró para enseñarle la película, porque prefería un trato más directo, y no fue nada complicado convencerle. Con campañas como la del slasher ‘Horror Park’, que funcionó de una manera impresionante en taquilla, han demostrado tener una gran habilidad para movilizar a los aficionados al cine de terror. Para ellos, todo esto es algo nuevo también, porque somos la primera película de género española que van a distribuir bajo esta fórmula, ya que lo que suelen hacer es adquirir licencias, y hasta ahora, han trabajado más con cine de terror de otros países. Pero no hay nadie mejor para apelar a nuestro target joven, que está en las redes sociales, y además, han situado nuestro tráiler delante de ‘Expediente Warren: El último rito’, lo cual esperamos que tenga un efecto de arrastre.»
A451: ¿Cómo tenéis pensado encarar la campaña de promoción?
P.M.V.: «No voy a negar que esto me da un poco de miedo, porque el área de promoción es la que menos conozco, pero nos hemos fijado tras ámbitos de actuación. Por un lado, tenemos el tráiler, que va a tener una presencia muy importante en los estrenos de terror durante estas próximas semanas. Luego está la estrategia online, tanto de la mano de SelectaVisión como de TVE, que va a plantear campañas en todas las redes sociales a través de sorteos, eventos con el reparto y actuaciones muy concretas para un público como el nuestro; además, contamos con actores que acumulan muchos seguidores en redes y que pueden hacer mucho ruido. Y por último, estamos trabajando con TVE para cerrar la emisión de spots, así como nuestra presencia en algunos de sus programas. Hay que agradecer esa apuesta, por su parte, de llevar a los jóvenes al cine para que vean esta película, que, si no me equivoco, va a ser la única producción española de terror que se va a estrenar este año. Esto puede ser malo, pero prefiero pensar que es algo bueno.»
A451: ¿Le habéis dado muchas vueltas a la elección de la fecha de estreno?
P.M.V.: «Tenemos una buena fecha de estreno en la cual confío mucho. Desde el principio, SelectaVisión tuvo muy clara la estrategia a este respecto, en busca de lograr visibilidad. También, pensamos que la música puede arrastrar a mucha gente a las salas.»
A451: ¿Con cuántas copias vais a estrenar en cines?
P.M.V.: «Para mí, esto es algo muy importante, aunque todavía no lo tenemos cerrado, pero supongo que podremos salir con hasta 200 copias. Sinceramente, cuando empezamos a trabajar en este proyecto, salir con más de 120 o 150 ya me parecía un éxito.»
A451: ¿Crees que el cine de género goza en España del estatus que merece?
P.M.V.: «Defiendo nuestra industria como el que más, pero creo que queda trabajo por hacer, en ese sentido. En España, ya no es un secreto que contamos con técnicos y creativos sobresalientes que se dedican al cine de terror, y ahora mismo parece que el género está viviendo un pequeño repunte en taquilla, con casos como el de ‘Terrifier 3’, por lo que está claro que tiene su sitio. Aún así, todavía existen muchos complejos que lastran esa ambición sana que está presente otros tipos de cine, y hace falta centrar todos nuestros esfuerzos en producir películas que se vendan a nivel internacional. En nuestro caso, ya no nos daba tiempo, pero, a lo mejor, podríamos haber rodado en inglés; no sé, creo que son cuestiones que hay que empezar a plantearse. En cualquier caso, lo más importante es que cada película tenga un planteamiento creativo y financiero diferente, acorde a unas necesidades concretas, y nosotros lo hemos intentado humildemente.»

A451: ¿Cuáles serán los próximos proyectos de Blacklight Films?
P.M.V.: «Tenemos muchos proyectos sobre la mesa, entre ellos, una coproducción con Aralan Films que dirige Paz Vega y que adapta una novela de Agustín Gómez Arcos, un autor exiliado. Creo que este va a ser nuestro próximo proyecto, y estamos aprendiendo muchísimo de nuestros compañeros de viaje, que llevan muchos más años que nosotros en el mundillo. A su vez, todavía estamos rodando un documental sobre el metal extremo, en el que hemos entrevistado a figuras muy importantes, y en paralelo, estamos trabajando en encontrar financiación fuera de España para producir un slasher que queremos rodar en inglés, y que se titulará ‘Acecho’. El cine de género es lo que más se adecúa a los que nos gusta hacer, y seguimos recibiendo muchas propuestas, pero tampoco quiero limitarme. Lo que quiero es contar historias que merezcan ser contadas, y hacerlo con calidad.»



