Gonzalo Salazar-Simpson, director de ECAM: «No somos el final de una vida académica, sino que somos el principio de una vida profesional»

La Escuela de Cine y del Audiovisual de la Comunidad de Madrid ha cumplido 30 años y el pasado octubre recibió junto a ESCAC, una Espiga de Oro de honor en la 70ª edición de Seminci de Valladolid. La ECAM es una fundación cultural sin ánimo de lucro cuyo objetivo fundacional es formar a las próximas generaciones del sector audiovisual, un hecho incontestable en estas tres décadas.

Desde hace seis años está considerada como una de las mejores escuelas internacionales de cine según la revista The Hollywood Reporter. Con la entrada de su actual director, el productor Gonzalo Salazar Simpson, cambió el plan de estudios, tras el cual las diplomaturas pasaron de ser dos años de especialidad a tres años, con un primer curso común y los dos restantes de especialidad. Desde hace una década ofrece también másteres y recientemente puso en marcha la Escuela de Oficios, con cursos intensivos. También ha creado ECAM VFX Estudio, entre otras iniciativas.

Gonzalo Salazar Simpson
Gonzalo Salazar-Simpson

En estas tres décadas de vida, ECAM ha formado a 3.000 alumnos con sus diplomaturas y más de 1.700 alumnos han pasado por sus cursos de postgrado. El porcentaje de empleabilidad de los alumni es del 73 por ciento en general y alcanza el 85 por ciento cuando se refiere a las formaciones técnicas, no a guión o dirección.

Algunos de los alumnos ilustres que han pasado por la escuela madrileña son los directores Rodrigo Sorogoyen, Alauda Ruiz de Azúa, Carlota Pereda, Sandra Romero, Fernando Franco, Luis López Carrasco, Pilar Palomero y Paco Plaza. Los productores Koldo Zuazua, Luis Ferrón, Pedro Palacios y Ricard Sales, guionistas como Isabel Peña, Laura Sarmiento, Verónica Fernández, Sara Cano, Paula Fabra, Diego Pinillos y Javier Galán o el director de fotografía Migue Amoedo, entre otros muchos.

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También cabe destacar su prioridad por establecer vasos comunicantes entre la industria audiovisual real y los alumnos, a través ECAM Industria, que incluye el laboratorio de desarrollo La Incubadora, con ocho ediciones; Talento ECAM para el acompañamiento en festivales y talleres y foro de coproducción internacional ECAM Forum. Otras iniciativas destacadas son La Distribuidora y el área de Alfabetización Audiovisual.

El actual director de ECAM, Gonzalo Salazar Simpson ha hecho balance de sus años al frente de la institución académica que se ha convertido en un pilar de la industria audiovisual española.

Audiovisual451: Este año, la 70ª edición de Seminci 2026 ha decidido conceder sendas Espigas de Oro a ESCAC y ECAM ¿Cómo se digiere esto en vuestro caso?

Gonzalo Salazar-Simpson: «Hace muchísima ilusión una distinción como esta, lo que pasa es que te confieso que no siento que me lo hayan dado a mí, se lo dan a la institución, entonces tú eres como el pelele, el muñeco que va a recogerlo, pero en el fondo no tiene nada que ver conmigo».

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A451: Habrá tenido que ver algo tu gestión al frente de la ECAM en los últimos años…

G.S: «En realidad mi gestión está arropada por muchísima gente. Los 30 años, como dije al recoger la Espiga de Oro, todavía son más de Fernando Méndez-Leite que míos, porque Fernando estuvo 17 años dirigiendo la ECAM y yo solo llevo 13, con lo cual son más suyos que míos. Me sentía un poco como un intruso recogiendo esa espiga, insisto, esto es un premio del staff, de los profesores, de los alumnos…»

A451: ¿Qué significa entonces el premio?

G.S: «A mi lo que realmente me importa del premio es que se diga y se haga notorio que la ECAM y la ESCAC son hoy piezas fundamentales en el engranaje audiovisual español».

A451: Eso creo que nadie lo puede poner en duda, solo hay que observar a las nuevas generaciones de cineastas, porque muchos de ellos se han formado en ECAM y ESCAC…

G.S: «Y eso que cuando pensamos de esa manera nos remitimos fundamentalmente a dirección y a los puestos más relevantes y se nos olvida que ECAM y ESCAC hemos inundado el sector con técnicos en todas las especialidades. Nos olvidamos también, de todas las actividades de industria y de alfabetización que realizamos, que son imprescindibles, ya no solo para la audiovisual, sino también para la sociedad en general, estamos llegando mucho más lejos que a los que simplemente se quieren dedicar a esto. No solo hablamos de los alumnos que han estudiado en ECAM, también de los «no alumnos» de la escuela pero que han pasado por La Incubadora o por Fórum ECAM, que también se han convertido en un talento emergente relevante en este país».

A451: ¿Cómo es la escuela que te encontraste y cómo es la que existe ahora?

G.S: «Yo entré en una escuela mucho más especializada, en la que lo que se hacía era lo que ahora llamamos las diplomaturas. Digo especializada porque sólo se impartía un tipo de enseñanza. Es verdad que había un par de másteres, uno de crítica y otro en cine digital. Era una fundación estrictamente académica. En la ECAM de ahora se ha incluido la parte de industria y se ha metido también el área de alfabetización. Y en el mundo académico han pasado además dos cosas. Por un lado, hemos ampliado las propuestas académicas, hemos ampliado los postgrados, hemos propuesto cursos más cortos, hemos lanzado el proyecto y el programa de VFX, etc. Es decir, hemos lanzado una oferta académica mucho más amplia y mucho más variada. También ha cambiado el perfil de alumno. En estos 13 años, el alumno aspirante a la ECAM de 2012 no es el mismo que el alumno aspirante a la ECAM de 2025, porque el joven de entre 19 y 25 años ha cambiado mucho».

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A451: En lo que sí hiciste especial hincapié desde el principio es en ligar la escuela a la industria audiovisual real…

G.S: «La escuela se ha abierto mucho más, se ha acercado y ha permeado en la industria y no sólo con las propias actividades de industria. Una escuela al final lo que hace es intentar unir la demanda de una industria con las vocaciones de unos potenciales alumnos. Tengo delante unos alumnos que se quieren dedicar a esto y del otro lado una industria que quiere gente para contratar. Como vengo de la industria y la conozco, sé qué tipo de profesional se busca. Empiezo por poner muy de acuerdo a la industria con la ECAM y no sólo en planes de estudios, no sólo en que todos los profesores sean profesionales en activo. La industria se acerca y se ubica también físicamente dentro de la escuela».

A451: Esta política se ha intensificado últimamente con la Escuela de Oficios ¿no es así?

G.S: «Estos cursos en realidad responden a un afán que ni siquiera es de la ECAM, ni siquiera es de nuestro Ministerio de Cultura ni de la Comunidad de Madrid. La iniciativa es de Europa, que lanza una serie de fondos con la intención de promover una experiencia académica rápida para incorporarse al mercado laboral, también muy rápido. De ahí surge todo este concepto de Escuela de Oficios. No somos los únicos, también estos cursos los están desplegando ESCAC y el Instituto de Radio y Televisión Española».

A451: Creo que han tenido una gran acogida ¿Cuál es tu opinión sobre su eficacia?

G.S: «Yo te confieso que es una cosa que todavía no sé medir, aunque sí sé que han tenido un gran éxito de convocatoria, porque hay muchísimos alumnos a los que les ha interesado. También estamos encontrando perfiles de alumnos distintos a los habituales, lo cual es muy satisfactorio. Pero ya veremos dónde terminan, porque me estoy encontrando con gente que quiere más especialización. Pero también me estoy encontrando con alumnos que, por ejemplo, se meten en un curso de una cosa y les gusta, después se meten en un curso de otra cosa y luego en otro curso de otra cosa. Y eso me da que pensar porque se están dispersando más. ¿Le estamos dando lo que quiere? obviamente sí, porque los están eligiendo ellos, pero, ¿es lo correcto? Pues no lo sé, eso lo tendremos que averiguar. Lo tendremos que ver el año que viene. Estos nuevos alumnos, ¿en qué tipo de profesional se convierten? No lo sabemos. ¿Se van a convertir en lo que necesita el sector? todavía tampoco lo sabemos».

A451: ¿Mantienen el nivel de calidad estos cursos de la Escuela de Oficios a pesar de ser gratuitos o tener un bajo precio?

G.S: «La razón por la que son gratuitos tiene que ver con la subvención de Europa, pero son cursos de la misma calidad que todo lo que hacemos en la ECAM, esto es así. Otra cosa es el formato, que son cursos cortos y esa es la duda que tenemos. Si estos cursos cortos en un sector como este tienen sentido. Lo sabremos más adelante».

A451: ¿La idea es continuar con la Escuela de Oficios?

G.S: «Yo quiero seguir con la Escuela de Oficios, pero tenemos que estar muy atentos a ver qué ocurre con todos estos alumnos para que el año que viene o cuando sea, modifiquemos estos cursos para que se adapten al criterio inicial, que es lo mismo que te he dicho antes, poner de acuerdo al sector audiovisual con las vocaciones de los alumnos. Insisto, las demandas laborales del sector con las vocaciones académicas de un potencial alumno».

A451: ¿Cómo se hace para armonizar estos dos mundos?

G.S: «Hablo con las empresas constantemente. También hablo con los antiguos alumnos. El alumni de la ECAM constantemente está volviendo, estamos interesándonos por saber cómo le va. Tenemos un departamento que se llama Talento ECAM, que lo que hace justamente es conocer a todos esos alumnos para acompañarles en su vida laboral y ayudarles. Una de las máximas de la ECAM es que no somos el final de una vida académica, sino que somos más bien el principio de una vida profesional. Si la actitud de mis alumnos durante su estancia en la ECAM es profesional, cuando salen también lo es. Mantenemos esta relación tan estrecha con ellos que nos permite saber si hemos acertado o no. ¿Han encontrando trabajo? ¿El sector está contento con este tipo de perfil? Cuando hablo con productores, me cuentan qué tal les ha ido con la gente de la ECAM que han tenido en los rodajes».

A451: ¿Qué porcentaje de alumnos de la ECAM acaban trabajando en el sector?

G.S: «Pues siempre nos sale más del 70 por ciento, a menudo más del 80 por ciento, y ojo que se incluye también perfiles de dirección, guión, etc, que son oficios muy lentos, muy complicados. Para lo único que nos sirve este dato es para decirnos que estamos acertando en la manera de enfocarlo. Y si ese dato baja es que estamos fallando en esa manera de enfocarlo. No solo porque no seas capaz de incorporarles al mercado laboral, también tiene que ver con las pruebas de admisión, esto es, que también podemos estar fallando con el perfil del alumno. Hay que sopesar todo. Por ejemplo, lo que llamamos diplomaturas son cursos de tres años, donde tenemos unos 250 aspirantes para 100 plazas, o sea, estamos dejando fuera a mucha gente y ahí podemos afinar el perfil de alumno, que es la clave de todo. Al final, si tienes un alumno homogéneo, si se parecen tus 100 alumnos, la clase que se imparte es mucho más eficiente y eficaz. Si tengo niveles distintos, la mitad de los alumnos se van a aburrir».

A451: También se modificó la fórmula de admisión en la escuela ¿no es así?

G.S: «Lo hemos cambiado todo, cambié el plan de estudios, cambié las mecánicas de admisión…  En el año 2012, los alumnos elegían la especialidad antes de entrar en la escuela. Entonces venían candidatos a dirección, candidatos de guión… Yo establecí un primer año común y una especialización en segundo y en tercero. Eso lo cambió todo, generó un plan de estudios mucho más denso y una reorientación profesional. El 60 por ciento de los alumnos, cuando entran en la ECAM, nos dicen que quieren ser directores de cine. En diciembre de ese primer año, vuelvo a preguntar y ya solo es el 40 por ciento los que quieren dirección. Y en junio, vuelvo a preguntar y ese porcentaje baja al 20 por ciento. Esto es reorientación profesional, descubren vocaciones y oficios que no conocían. Además de la reorientación profesional, el otro objetivo es la generación de una comunidad. Conviven con alumnos de todas las especialidades, de modo que, cuando llegan a tercero, tienen conocidos en fotografía, en sonido, guión… Este oficio va de hacer comunidad, de generar arte conjunto entre todos. Creo que el cambio del plan de estudios ha funcionado en este sentido».

 

A451: Otra prueba de que se están haciendo las cosas bien son las listas internacionales de excelencia educativa…

G.S: «Pero las listas son listas, qué quieres que te diga. A final, si las cosas no se hacen bien, quien va a ser perjudicado será el sector. Estamos orgullosos de estar en esas listas de excelencia académica, pero no hacemos esto por las listas, lo hacemos por los alumnos».

A451: ¿Y a partir de ahora qué?

G.S: «El año que no empujemos la ECAM hacia adelante daremos paso a que la empujen otros. Como ha cambiado el perfil de alumno y como está cambiando la industria, tendremos que adaptarnos a estas necesidades en todos los sentidos».

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