Movistar Plus+ estrena hoy 20 de noviembre la serie ‘Anatomía de un instante’, una de sus producciones más ambiciosas de los últimos años y un proyecto que se erige tanto como relato histórico como proeza industrial. La serie nace de una voluntad clara: volver a mirar la Transición no como un archivo congelado, sino como un acontecimiento vivo cuya lectura y comprensión siguen siendo decisivas para las generaciones que crecieron después.
Basada en la novela de Javier Cercas sobre el intento de golpe de Estado del 23-F, ‘Anatomía de un instante’ (4×50) es una serie original Movistar Plus+ en colaboración con DLO Producciones (Banijay Iberia) y en asociación con ARTE France. La adaptación del libro homónimo, publicado en 2009 y que se convirtió en un éxito de ventas, no se limita a traducir una crónica política a las pantallas: la transforma en una experiencia cinematográfica con vocación de memoria colectiva.
La serie está dirigida por Alberto Rodríguez, escrita por Rafael Cobos, Fran Araújo y Alberto Rodríguez y producida por José Manuel Lorenzo, además de que está protagonizada por Álvaro Morte, Eduard Fernández, Manolo Solo, David Lorente, Óscar de la Fuente, Juanma Navas, Miki Esparbé, Alejandra Onieva, Carmen Blasco y Pedro Casablanc.
Tras su paso por el Festival de San Sebastián y el Festival de Roma, ‘Anatomía de un instante’ se hizo recientemente con el premio a Mejor Serie en la Sección Oficial Nacional de Serielizados Fest. En los premios InStyle Álvaro Morte fue reconocido como Mejor Actor y la producción tuvo el premio a Mejor Vestuario.
Partiendo del golpe de Estado del 23 F, que tuvo lugar en España el 23 de febrero de 1981, ‘Anatomía de un instante’ disecciona uno de los momentos cruciales de la historia reciente española: la transición democrática. Cuando el teniente coronel de la Guardia Civil Antonio Tejero entró en el Congreso pistola en mano, solo tres hombres se mantuvieron sentados en sus asientos mientras el resto se agachaba para ponerse a salvo: Adolfo Suárez, Santiago Carrillo y Gutiérrez Mellado.
Un impulso creativo de largo recorrido
El proyecto parte del productor ejecutivo José Manuel Lorenzo, que llevaba cinco años buscando una forma contemporánea de narrar la Transición. Fue su reencuentro con el libro de Cercas lo que desbloqueó la clave narrativa definitiva. “Está todo ahí”, reconoce Lorenzo, que encontró en Movistar Plus+ y en el impulso de Domingo Corral el respaldo para afrontar una serie de enorme complejidad narrativa y técnica.
“La verdad es que llevaba mucho tiempo queriendo hacer algo sobre la transición porque me parecía que era un período interesantísimo de España que los jóvenes casi no conocían; me había leído muchos libros sobre el tema hasta que me volví a reencontrar con el libro de Cercas y fue cuando supe que ahí estaba lo que quería hacer realmente”, relata y agrega que Domingo Corral se puso a su lado, “entendió lo que quería hacer, tengo que agradecerle muchísimo porque sin él no habría sido capaz Movistar Plus+ de meterse en algo tan complicado.”

La llegada de Alberto Rodríguez, a sugerencia de Corral, supuso el punto de inflexión y el director confiesa que al principio no quería volver a retratar esta etapa histórica, pero la lectura del libro lo cambió todo: “Era un relato nuevo, una forma distinta de ordenar lo conocido”. El aval posterior del propio Cercas, tras ver la serie finalizada, confirmó que la adaptación retenía “la esencia” del original.
José Manuel Lorenzo ha compartido que lo primero que dijo Cercas al presentarle el proyecto fue que consideraba que el libro no podría adaptarse, pero al saber que lo dirigiría Alberto Rodríguez dio un voto de confianza tan grande “que no se metió en nada, confió totalmente en el equipo y cuando nos mandó el mensaje del análisis que había hecho del visionado de la serie, realmente nos quitamos un peso de encima, fue un mensaje maravilloso”.
Movistar Plus+: un proyecto que aterriza en el momento justo
Para Susana Herreras, jefa editorial de Producción Original de Movistar Plus+, la serie llega “en un momento importante para recordar o no dar por hecho la libertad y la democracia, poner el foco en la importancia de tenerlo y lo difícil que es conseguirlo y mantenerlo”. La apuesta, explica, no fue solo artística, sino también cultural y política en el mejor sentido del término: traer a la conversación contemporánea un episodio que hoy muchos jóvenes desconocen o perciben como remoto. La alianza internacional, con coproductores europeos, refuerza, además, su vocación de trascender el consumo local.
“Como José Manuel, llevábamos tiempo intentando contar una historia sobre la transición, una historia que pudiera contar lo importante de lo que pasaba en ese momento y tenemos por aquí a nuestros socios franceses, que son los mejores compañeros también de camino, pero además, para Movistar Plus+, una vez hecho el equipo, lo que ha venido después ha sido muy fácil, lo difícil fue encontrar esa historia, el productor, que no podemos estar más contentos de volver a trabajar con él, que Alberto Rodríguez aceptara y que con ambos pudiéramos arrastrar a todos los demás”, señala.

Adaptación e investigación: una escritura sostenida en archivo
El proceso de guion, liderado por Alberto Rodríguez, Rafael Cobos y Fran Araújo, replicó la metodología hiper-documentada del libro. Cobos ha recordado que Cercas dedicó cuatro años a la obra original, y que el equipo de la serie “no dejó de leer e investigar ni un solo día” durante la adaptación. La decisión de situar uno de los ejes dramáticos en el juicio posterior al golpe marcó un tono nuevo, alejándose de la mera reconstrucción cronológica para caer en una mirada analítica sobre las lealtades y fracturas políticas de la época.
“La novela está hiper documentada y nosotros quisimos hacer el trabajo igual, acudimos a la fuente porque para hacer la nuestra teníamos que venir del mismo sitio y fueron muchos meses de documentación permanente; mientras escribíamos no parábamos de leer, no parábamos de investigar y de hecho, hubo un documentalista con el que habíamos trabajado ya que nos ayudó también bastante, o sea que fue un trabajo de investigación inabarcable e interminable”, ha apuntado Rafael Cobos.
Rodríguez, por su parte, hace hincapié en que “la primera responsabilidad que tenemos es la de entretener, que el público lo pase bien, pero también es la oportunidad de contar historias como esta, que probablemente dentro de un tiempo vayan a ser olvidadas, de alguna manera. Cercas empieza el libro hablando de una encuesta que se ha hecho en el Reino Unido y el 25 % de los encuestados piensan que Winston Churchill es un personaje de ficción y creo que eso puede pasar con cualquiera de los tres traidores, o con los tres y más allá de que fuera la transición o no, lo que me pareció más interesante fue el relato en sí”.

Diseño de producción con grandes retos: el Congreso de los Diputados, la Moncloa y un calendario inhumano
El rodaje en el Congreso de los Diputados se convirtió en el principal desafío logístico. Lorenzo hace un relato de los retos que se han tenido en la producción de la serie y ha asegurado que “la mayor dificultad que tuvimos fue cuando hicimos el primer plan de producción y el objetivo era llegar a San Sebastián; llamé a Alberto Rodríguez y le dije que el plan era inhumano, casi imposible de conseguir, pero él confió en que se lograría y lo hemos hecho”.
Otro gran reto ha sido rodar en el Congreso, porque el Congreso hoy no se parece nada al Congreso que nosotros rodamos. “Atrezar ese Congreso, cambiar todos los sofás, cambiar la domótica, hacer esto en tres días fue dificilísimo, pero lo conseguimos, teníamos un permiso para rodar todo en tres días y pudo hacerse; teníamos tres unidades a la vez trabajando dentro, fuera, unos subidos al hotel Palace, otros como en un parque temático por la calle del Congreso, una cosa espectacular y rodar en la Moncloa también fue un desafío”, manifesta.
Todo eso se suma a cumplir plazos que no se habían previsto, “por lo que fue un trabajo muy exigente para el director, muchísimo, es impagable su trabajo para llevar esto a cabo y también, antes de la producción, el reto fue escribirlo”, resalta el productor, sobre lo que el cineasta Alberto Rodríguez insiste en que “lo más complejo, sin duda alguna, fue el Congreso y luego creo que, aparte del guion fantástico de Rafael Cobos y Fran Araújo, en el que yo participé un poco en la parte de argumento, me parece que lo fundamental ha sido tener un equipo que ha ido a bloque, a sacar adelante esto a como diera lugar, no solo el equipo artístico, sino también todo el equipo técnico y ha funcionado muy bien el rodaje.”
Un casting al servicio de la verosimilitud: técnica, caracterización y precisión interpretativa
Los actores debían encarnar figuras muy reconocidas por la opinión pública, un reto complejo desde el punto de vista artístico e industrial. Al respecto, Álvaro Morte (‘El embarcadero’, ‘La casa de papel’) ha reconocido sus dudas iniciales cuando fue llamado para interpretar a Adolfo Suárez. “A mí me llaman Eva Leira y Yolanda Serrano, que son las directoras de casting del proyecto, y me dicen que quieren que yo haga de Adolfo Suárez, y directamente pienso que han perdido la cabeza, porque yo no pensaba que yo pudiera hacer esto; hice muchísimo trabajo de visionado, de verme cómo era Suárez, jugábamos con esa caracterización de la que hablabas, pero en realidad lo único que llevo es una nariz postiza, el resto es fijarme mucho en cómo gestualiza, en cómo tiene la boca, cómo usa la mirada”, ha compartido.

Ha añadido que “intenté no hacer una imitación pura y dura del personaje, porque creo que eso hubiera podido ser impostado, hubiéramos podido caer en el error de haber hecho algo que se viera como farsa, incluso, y hablábamos que nos interesaba, sobre todo, generar la energía o el espíritu o el carácter de alguien que tuvo la capacidad de llegar a hacer lo que hizo Adolfo Suárez.”
También Eduard Fernández (‘El 47’, ’30 monedas’) enfrentó la reinterpretación de una figura política emblemática. “Era un trabajo minucioso, el ensamblaje entre el actor y el personaje era muy fino y muy sutil”, ha afirmado y el actor buscó especialmente la corporalidad de Santiago Carrillo y pensó en la boca, pues “él no tenía tiene labios, es una línea dibujada”. Sobre el papel de Carrillo, expresó que “es un placer y un honor interpretarlo porque creo que es el gran perdedor y olvidado de esta historia”.
Manolo Solo (‘Tarde para la ira’, ‘El buen patrón’), que encarna a un personaje menos mediático, explica que la menor presión pública le permitió mayor flexibilidad. “Tenía la tranquilidad de que no necesitaba imitar, necesitaba salirme de mí”, ha indicado y ha agregado que su trabajo se apoyó en la caracterización y el vestuario.



