Andrea Bagney, directora de ‘Ramona’: «En España tenemos que hacer una reflexión sobre cómo funciona nuestra industria audiovisual»

Andrea Bagney dirige la comedia romántica ‘Ramona’, el que es su primer largometraje

El 25 de noviembre llegará a los cines ‘Ramona’, la ópera prima de Andrea Bagney, quien, además de dirigir, ha escrito, producido, postproducido, e incluso, distribuido en salas, esta comedia romántica con aires clásicos que, una vez se proyecte en los cines españoles, estará disponible en Filmin a partir del 16 de diciembre.

Ramona (1)Tras pasar por el evento Work In Progress MAFIZ del Festival de Málaga y estrenarse, a nivel mundial, en el Festival Internacional de Cine de Karlovy Vary, así como en el Atlántida Film Fest de Mallorca, en lo que respecta a nuestro país, el debut de Bagney, que está acompañada en la producción por Sergio Uguet, ha cosechado numerosos premios en diversos certámenes. Entre ellos, destacan el reciente Premio Jurado Joven de Abycine Indie, los galardones de Mejor Película y Mejor Actriz en el Festival de Brasilia, o el reconocimiento al Mejor Guión junto con las menciones especiales del jurado dentro de las categorías de Mejor Comedia y Mejor Ópera Prima en el pasado Festival Internacional de Cine de Roma.

Influenciada por el cine de Woody Allen, Billy Wilder o Greta Gerwig, esta historia de amor rodada en formato de 16 mm en plena pandemia reflexiona acerca de las oportunidades perdidas, el compromiso y la mortalidad humana. ‘Ramona’ retrata a una mujer treintañera a la par que homenajea a la ciudad de Madrid con algunas secuencias nocturnas en las que parece un plató, entre ellas, una de la icónica Gran Vía completamente vacía a consecuencia de las restricciones para combatir el COVID, al más puro estilo de la famosa secuencia de ‘Abre los ojos’, de Alejandro Amenábar.

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El filme supone también el debut en la interpretación de Lourdes Hernández, más conocida como Russian Red en su faceta como cantante, a la que acompañan en el reparto Bruno Lastra (‘Los simuladores’) y Francesco Carril (‘Tenéis que venir a verla’).

Sinopsis

Ramona se acaba de mudar a Madrid con su novio, Nico, y desea empezar de cero: quiere ser actriz, quiere ser madre, quiere vivir en Lavapiés. El día antes de su primer casting, conoce a un hombre mayor, Bruno, con quien tiene una conexión instantánea y fuerte. Ramona sale corriendo, asustada de sus propios sentimientos, pero, al día siguiente, descubre que Bruno es el director de la película. La oportunidad es demasiado grande para dejarla pasar y, animada por Nico, Ramona decide lanzarse…

Andrea Bagney

Inmersa ya en la campaña de cara a la próxima edición de los Premios Goya, Andrea Bagney ha conversado sobre su película con Audiovisual451:

Ramona (2)
Andrea Bagney, directora de ‘Ramona’.

Audiovisual451: ¿En qué momento decidiste que la historia de ‘Ramona’ tenía que convertirse en tu primer largometraje?

Andrea Bagney: «Cuando comenzó a gestarse la idea de ‘Ramona’, yo vivía en el campo, acababa de tener un hijo y veía la posibilidad de hacer una película como algo muy lejano, así que pensé en escribir un proyecto con una dimensión ajustada, de tal manera que pudiera sacarlo adelante yo sola. Es decir, quería hacer una película más experimental para demostrarme a mí misma que era capaz de producir un largometraje. Tenía muchas ganas de rodar y no quería enfrascarme en procesos eternos que, al final, aunque trates de evitarlo, lo acaban siendo, por lo que opté por escribir la película que me gustaría ver a mí. Mis mayores referentes son Billy Wilder, Woody Allen y Noah Baumbach, y eso me ayudó mucho a la hora de imaginar el gag del que parte la película: una actriz que, en un casting, le dice al director que no piensa hacer su película porque este está intentando ligar con ella. En ese momento, yo no pensaba en hacer pitching ni nada parecido, simplemente escribía para mi propio disfrute, y gracias a ello, fue un proceso relajado y agradable».

A451: La película combina un retrato generacional muy actual con rasgos de la comedia romántica clásica, como ese protagonismo que tiene Madrid, siguiendo la estela de la Nueva York de Woody Allen, ¿Cómo concebiste este imaginario?

A.B.: «Madrid juega un papel muy importante en ‘Ramona’. Muchas veces, la imagen que tenemos de una ciudad es la que nos trasladan los cineastas en sus películas, y a mí me apetecía compartir mi visión de Madrid. A pesar de que mi relación con ella es de amor y de odio al mismo tiempo, como ocurre con todo lo que nos es familiar y cercano, Madrid es mi ciudad y quería mostrarla en todo su esplendor. Precisamente, la apertura de mi película es una contestación directa a la apertura de ‘Manhattan’, de Woody Allen, y con ella, lo que pretendo es otorgarle a Madrid el lugar que le corresponde. ‘Ramona’ iba a ser un filme mucho más urbano, en un principio, ya que me apetecía mostrar el movimiento de sus barrios, pero como rodamos en plena pandemia, tuvimos que rebajar las expectativas, dado que yo no quería que apareciese ni una sola mascarilla en mi película. Por este motivo, acabó siendo una película ambientada en un Madrid cuyas calles estaban vacías. El momento en el que rodamos ha determinado, y mucho, la personalidad de la película».

«Pensé en escribir un proyecto con una dimensión ajustada, de tal manera que pudiera sacarlo adelante yo sola. Es decir, quería hacer una película más experimental para demostrarme a mí misma que era capaz de producir un largometraje».

A451: ¿Cuántos años de trabajo hay detrás de ‘Ramona’?

A.B.: «Escribí la primera versión del guión hace ya siete años, aunque es verdad que mi dedicación al proyecto no ha sido constante, ya que luego lo dejé aparcado un tiempo cuando tuve otro bebé, pero podría decirse que hay unos cuatro o cinco años de trabajo continuado detrás de esta película. El proyecto ha ido creciendo cada vez más y ha terminado por absorberme, de tal manera que le he dedicado mi vida entera».

A451: ¿Qué tal ha ido la experiencia de dirigir, escribir, producir, postproducir, e incluso distribuir, la que es tu ópera prima?

A.B.: «Ha sido un proceso largo y durísimo que me ha obligado a sacrificarlo todo, a excepción de mis hijos, que es lo único que he antepuesto a la película durante estos años. Mi familia me ha apoyado en todo momento, y creo que, de hecho, el ser madre me ha dado más fuerza, puesto que me ha ayudado a clarificar mis objetivos y, en cierta manera, mi aspiración era dar ejemplo a mis hijos y transmitirles valores como la constancia, el sacrificio, el trabajo, etc. En el futuro, espero poder contar con muchos más medios y que mi siguiente película sea una producción de mayor envergadura, pero, por el momento, he de reconocer que estoy aprendiendo mucho gracias a ‘Ramona’, y eso es algo impagable».

«Madrid es mi ciudad y quería mostrarla en todo su esplendor […] Me apetecía mostrar el movimiento de sus barrios, pero como rodamos en plena pandemia, tuvimos que rebajar las expectativas […] El momento en el que rodamos ha determinado, y mucho, la personalidad de la película».

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A451: No es fácil hacer realidad un proyecto desde los márgenes de la industria…

A.B.: «Desde luego que no. Por ejemplo, ahora mismo estoy negociando personalmente con los cines, y cosas como esta son las que me permiten conocer cómo funciona esta industria a cada paso que doy. Desde que empecé, mucha gente me ha dicho que eso que yo tenía en mente no se podía hacer, pero, aún así, yo les decía que lo haría y que luego ya veríamos. Es muy difícil sacar adelante proyectos fuera del sistema, como también lo es, una vez lo has logrado, entrar en el sistema, por mucho que hayas recibido un montón de premios en festivales internacionales, como ha sido nuestro caso. Al sistema no le gusta lo que viene de fuera y exige unos avales internos que tú nunca vas a poder aportar».

A451: Es de suponer que también os habrá resultado difícil obtener la financiación necesaria, ¿Cómo ha sido el proceso a nivel de producción?

A.B.: «Yo concebí esta película sin pensar en si acabaría siendo vendible o no, ya que lo que quería era hacerla, sí o sí. Mi idea era que la gente se fuera subiendo a un carro que ya estaba en marcha y, por eso, eché a andar en compañía de mi jefe de producción con un presupuesto muy reducido. A partir de ahí, empecé a negociar con los actores, el director de fotografía y demás, con el objetivo en mente de, una vez armado el proyecto, ir en buscas de algunas empresas y cerrar patrocinios. Es decir, yo tenía en mi cabeza un proyecto mucho más pequeño, hasta que el guión le llegó a Segio Uguet de Resayre, un productor independiente afincado en Los Ángeles que hace películas muy frikis y apátridas y que se acabó convirtiendo en mi socio. Sergio me dijo que le parecía un peliculón y que había que hacerlo como fuese, tanto dentro del circuito español como fuera de él».

«Es muy difícil sacar adelante proyectos fuera del sistema, como también lo es, una vez lo has logrado, entrar en el sistema, por mucho que hayas recibido un montón de premios en festivales internacionales, como ha sido nuestro caso. Al sistema no le gusta lo que viene de fuera y exige unos avales internos que tú nunca vas a poder aportar».

A451: Y esto lo cambió todo, claro…

A.B.: «Exacto, puesto que yo ya contaba con el apoyo de alguien dispuesto a invertir su tiempo y su trabajo en mi película. De hecho, en el verano de 2020, Sergio y yo estuvimos a punto de firmar un contrato con una productora española que quería hacer la película a la manera tradicional, pero no llegamos a un acuerdo. Entonces, yo le dije a Sergio que teníamos que hacerlo solos y buscar el dinero por nuestra cuenta en vez de volvernos a embarcar en más negociaciones y tener que esperar años a que llegasen las ayudas. El caso es que, en ese momento, mi marido tenía una empresa de hostelería, y como parecía que el COVID iba a hundir definitivamente este sector, decidió montar una productora junto a sus socios (de ahí el nombre de Tortilla Films) para financiar la película, con todo el riesgo que ello suponía. Ellos aportaron el capital, pero, a partir de ahí, hemos sido Sergio y yo quienes nos hemos encargado de todo, inclusive, de negociar ahora con las salas».

A451: ¿Cómo fue la confección del reparto encabezado por Lourdes Hernández?

A.B.: «Yo buscaba enamorarme de la actriz que iba a interpretar a Ramona, pero me estaba costando encontrar a la persona adecuada hasta que un día, mientras navegaba por Youtube, se reprodujo el videoclip de una de las antiguas canciones de Lourdes, conocida, por aquel entonces, como Russian Red. El vídeo mostraba a una persona muy natural con dos caras bastante marcadas, puesto que Lourdes tiene una fuerza y una personalidad arrolladoras, pero, al mismo tiempo, desprende una fragilidad que es muy difícil de encontrar. Entonces, me esforcé en documentarme muy bien sobre ella y acabé descubriendo que vivía desde hacía un tiempo en Los Ángeles y quería ser actriz, lo que me llevó a tomar una decisión casi inmediata: Lourdes tenía que ser mi Ramona».

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Rodaje de ‘Ramona’.
«Yo concebí esta película sin pensar en si acabaría siendo vendible o no […] Tenía en mi cabeza un proyecto mucho más pequeño, hasta que el guión le llegó a Segio Uguet de Resayre, un productor independiente afincado en Los Ángeles».

A451: ¿De qué manera le convenciste de que tenía que hacer esta película?

A.B.: «Le envíe el guión, le gustó mucho porque encontró numerosas similitudes con el personaje y nos terminamos conociendo, por lo que fue un proceso muy mágico. Esta también ha sido su primera película y, por eso, las dos nos hemos apoyado la una en la otra en todo momento. La confianza ha sido plena y esto es algo que es muy difícil que se vuelva a repetir en el futuro. Podría decirse que hemos perdido la virginidad juntas, y creo que, en el caso de Lourdes, esa carga de verdad es algo que se palpa en la pantalla y que una actriz con tablas nunca podría haber conseguido de la misma manera que ella».

A451: ¿Cuánto tiempo duró el rodaje y qué tal transcurrió?

A.B.: «El rodaje, que tuvo lugar en 2021 y duró cuatro semanas, fue muy duro, porque coincidió con uno de los peores periodos de la pandemia. Un parón derivado de un contagio de COVID habría sido algo dramático, teniendo en cuenta la envergadura del proyecto, pero tuvimos mucha suerte y nada de esto sucedió. Dejando a un lado la sombra de la pandemia y el estrés connatural a una producción tan precaria como esta, el rodaje fue una maravilla porque rodamos en 16 mm y el equipo lo dio todo para planificar cada plano milimétricamente, ya que podíamos hacer, como mucho, un par de tomas. De hecho, los compañeros me adoraban porque, la mayoría de los días, terminábamos pronto y se podían marchar dos horas antes de lo previsto. Fue muy especial porque, cuando rodábamos algo, un mensajero se lo llevaba a Roma y, tres días después, nos llegaban las imágenes. ‘Ramona’ es un acto de fe de un pequeño grupo de personas que podía haber salido muy mal, dado que el riesgo era muy alto, pero que ha acabado saliéndonos bastante bien».

«Estuvimos a punto de firmar un contrato con una productora española que quería hacer la película a la manera tradicional, pero no llegamos a un acuerdo. Entonces, yo le dije a Sergio que teníamos que hacerlo solos y buscar el dinero por nuestra cuenta».

A451: ¿Cómo ha sido la experiencia de rodar en 16 mm?

A.B.: «Siempre he querido rodar en 16 mm porque no me gusta el digital, pero, además, deseaba plantear ‘Ramona’ como un homenaje al cine en sí. El 99% de mis películas favoritas están rodadas en celuloide, y lo que yo buscaba era acercarme lo máximo posible al tipo de películas que a mí me gustan. Al principio, no sabíamos si esto iba a ser posible, pero luego nos dimos cuenta de que, a nivel presupuestario, la diferencia no era tan grande, como si lo es a nivel de dinámicas y de funcionamiento. Entonces, yo se lo planteé a Sergio, y él me dijo que le parecía muy buena idea porque creía que iba a ayudarme a planificar mejor el rodaje y a agilizar los procesos, ya que estábamos obligados a hacer muchas menos tomas. Además, uno de los motivos por los que Pol Orpinell, el director de fotografía, quiso sumarse al proyecto fue, precisamente, esta decisión creativa».

A451: ¿Os planteó muchas dificultades?

A.B.: «Todos teníamos muchísima ilusión por rodar cine de verdad, y ante eso, cualquier dificultad era pequeña. Yo intentaba rodar solo una toma, pero todo el mundo se echaba las manos a la cabeza y me decían que lo mínimo era hacer dos por lo que pudiera pasar, así que les hice caso, teniendo en cuenta, además, que la película tiene planos secuencia y diálogos muy largos, y si fallaba algo a mitad de una toma, podía irse todo al traste. El hecho de tener que calcular previamente cuántas tomas íbamos a hacer y el saber manejar a los actores para que entendiesen que las cosas tenían que salir a la primera porque no cabía la posibilidad de repetir tomas una y otra vez fueron, quizá, los mayores retos. Los actores se incorporaron al proyecto sabiendo esto, y cómo ensayábamos mucho antes de rodar, cuando encendíamos las cámaras, todo era mágico. No les hacía falta calentar porque pasaban de cero a cien, y lo que se rodaba a la primera, es lo que hemos utilizado. Ha sido una de las experiencias artísticas más bonitas que he vivido nunca, tanto que no pienso rodar jamás en digital, porque eso ya no me parece hacer cine. Es otra cosa».

«’Ramona’ es un acto de fe de un pequeño grupo de personas que podía haber salido muy mal, dado que el riesgo era muy alto, pero que ha acabado saliéndonos bastante bien».

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A451: Sufristeis retrasos a consecuencia del COVID y rodasteis, incluso, mientras había un toque de queda vigente, ¿Esta situación os obligó a renunciar a algo?

A.B.: «Tuvimos que renunciar a mostrar a Ramona por las calles de un Madrid bullicioso, con esa mezcla de gente y el ambiente tan especial que caracteriza a barrios como Lavapiés, pero en 2021 eso era imposible, lo que nos forzó a cambiar toda la planificación, tanto en materia de localizaciones como de rodaje. Una producción de mayor envergadura habría podido contratar a cien figurantes sin mascarilla y ya está, pero nosotros no teníamos la capacidad de recrear esa vida anterior a la pandemia en las calles de Madrid, ya que ello implicaba que todo aquel que se quitase la mascarilla se tenía que hacer un test de antígenos inmediatamente, algo imposible a nivel logístico. Entonces, decidimos rodar en una ciudad vacía y, a pesar de todo, fue una experiencia realmente bonita».

A451: De hecho, Alejandro Amenábar y tú sois de los pocos que han conseguido rodar en una Gran Vía completamente vacía…

A.B.: «De hecho, estoy segura de que ese plano nocturno nos salió mucho más barato que a él cuando tuvo que cortar el tráfico para rodar la famosa secuencia de ‘Abre los ojos’. El director de fotografía decía, en broma, que solo nos había hecho falta soltar un virus en China y esperar unos meses, mientras que el productor insistía en que hiciese más tomas y yo me negaba porque nos íbamos a quedar sin película, pero ahora me arrepiento».

«Siempre he querido rodar en 16 mm porque no me gusta el digital […] El 99% de mis películas favoritas están rodadas en celuloide, y lo que yo buscaba era acercarme lo máximo posible al tipo de películas que a mí me gustan».

A451: ¿Cuál es vuestro planteamiento de cara a la distribución de ‘Ramona’?

A.B.: «La película no tiene distribuidora para su estreno en salas, así que somos nosotros mismos quienes nos estamos encargando de negociar personalmente con los cines, y ya después, el 16 de diciembre, ‘Ramona’ llegará a Filmin. En cambio, sí que contamos con un agente de ventas internacionales, que es la francesa BFF, y, con su ayuda, estamos cerrando acuerdos de distribución en distintos países del mundo: Francia, Brasil, Corea del Sur, etc. Además, acabamos de ganar tres premios importantes en el Festival de Roma y estamos en conversaciones con posibles distribuidores italianos, lo que quiere decir que la película está viajando bastante bien, mientras que en España nadie ha querido distribuirla en cines, a pesar de que nos hemos cerciorado de hacérsela llegar a todo el mundo».

A451: ¿Qué razones crees que pueden explicar semejante disonancia?

A.B.: «Si bien es verdad que este año se ha producido muy buen cine español, me sigue pareciendo que esto debería hacernos reflexionar un poco a todos. ‘Ramona’, una película hecha por cuatro locos, acaba de ganar en Abycine a ‘La maternal’, a ‘El agua’ y a ‘Suro’ y, aún así, ninguna distribuidora se ha interesado por nosotros, lo cual da mucho que pensar en relación al sistema en la que nos movemos. Todo cineasta tiene ganas de que la gente vea su película y, por eso, estoy haciendo todo lo posible para que ‘Ramona’ llegué a mucha gente, ya que nada me haría más ilusión. Además, tengo muchas ganas de que se hable de ‘Ramona’ como una excepción a la regla y como una prueba de que las barreras se pueden romper. Aunque haya una manera establecida de hacer las cosas, podemos saltárnosla, porque así es como se avanza y es lo que siempre ha caracterizado al arte. En este país en el que tanto cuesta salirse del camino marcado, ‘Ramona’ es un ejemplo».

«’Ramona’, una película hecha por cuatro locos, acaba de ganar en Abycine a ‘La maternal’, a ‘El agua’ y a ‘Suro’ y, aún así, ninguna distribuidora se ha interesado por nosotros, lo cual da mucho que pensar en relación al sistema en el que nos movemos».
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Rodaje de ‘Ramona’.

A451: ¿Cómo se gestó la futura presencia de la película en Filmin?

A.B.: «He de decir que Filmin ha apostado por el proyecto desde que su gente lo vio en el Work In Progress del pasado Festival REC de Tarragona, así que no podemos estarles más que agradecidos. Además, ‘Ramona’ tenía que estar en una plataforma como Filmin porque es el mejor sitio para que una película como esta llegue a conectar con su público».

A451: Pasasteis por el Work In Progress del Festival de Málaga, estrenasteis en Karlovy Vary y Mallorca, y recientemente habéis conseguido premios en Roma, ¿Te sorprende el recorrido que está teniendo ‘Ramona’ en festivales?

A.B.: «No me esperaba nada y, al mismo tiempo, me lo esperaba todo. Desde el primer momento, a la hora de extraer las fuerzas para sacar adelante este proyecto, me convencí de que iba a hacer una película muy buena. ‘Ramona’ no es la película que yo tenía en la cabeza, sino que es aquella que he podido hacer, pero lo he dado todo por hacerlo lo mejor posible, y creo que, en este momento, estoy recogiendo esa siembra. Estamos viviendo cosas, como el estreno en Karlovy Vary o los reconocimientos que hemos conseguido en Roma, que superan todas mis expectativas y que, como apenas tengo tiempo, ni siquiera he asimilado aún. En Roma, han elevado la película hasta situarla en un lugar altísimo, ya que se ha logrado imponer sobre grandes producciones de Hollywood, y fue algo tan emocionante que ni nos lo podíamos creer ni sabíamos que hacíamos allí».

«Tengo muchas ganas de que se hable de ‘Ramona’ como una excepción a la regla y como una prueba de que las barreras se pueden romper. Aunque haya una manera establecida de hacer las cosas, podemos saltárnosla, porque así es como se avanza y es lo que siempre ha caracterizado al arte».

A51: Cuando volvéis a Madrid, os encontráis con un panorama muy diferente…

A.B.: «Creo que en España tenemos que hacer una reflexión sobre cómo funciona nuestra industria audiovisual, y esto lo digo en calidad de productora y distribuidora de mi propia película, no como directora. En Karlovy Vary, recibimos críticas muy positivas de algunos de los medios de comunicación más importantes a nivel mundial, y en Roma, una sala enorme en la que estaban presentes directores de renombre internacional nos dedicó una gran ovación e, incluso, la directora del festival nos pidió que estrenásemos nuestros próximos proyectos allí. Pero, luego, cuando vuelvo a Madrid, me tratan con una condescendencia tremenda y me dicen que si este año hay muy buen cine español, que si el sector de la distribución está muy mal, que si mi película está rodada en blanco y negro, etc. Muy pocos son capaces de juzgar una película por sus méritos artísticos, ya que lo único que les interesa saber es cuál es su distribuidora, qué ayudas ha recibido el proyecto, etc.».

A451: Con una distribuidora detrás, las cosas serían muy distintas…

A.B.: «Claro, porque eso se habría traducido en una buena campaña de marketing que creo que habría ayudado mucho a que la película funcionase bien en taquilla, puesto que es una historia romántica y ligera. Yo lo veo blanco y en botella, ¿Por qué ellos, que están todo el día quejándose de que cada vez menos gente va a los cines, no? Aunque tengo mis propias teorías, me gustaría que fueran ellos quienes respondiesen a la pregunta y se implicasen un poco más en ensanchar esta industria. El caso es que, el 23 de noviembre, vamos a organizar un evento especial en los Cines Capitol y, el día 25, estrenaremos en los Cines Renoir, por lo que yo todavía tengo esperanzas de que ‘Ramona’ llene las salas».

«Creo que en España tenemos que hacer una reflexión sobre cómo funciona nuestra industria audiovisual, y esto lo digo en calidad de productora y distribuidora de mi propia película, no como directora».

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A451: ¿Tenéis previsto competir en más certámenes próximamente?

A.B.: «Seguimos moviendo la película y nuestro agente de ventas internacionales sigue trabajando para firmar todos los acuerdos que sea posible. ‘Ramona’ va a seguir su curso y este mes va a estrenarse en un festival de Holanda y otro de Florida, tras lo cual pasará por Denver. También acaban de llamarme de un festival de Logroño que está interesado en la película, así que tiene pinta de que, de aquí a diciembre, el goteo va a ser constante».

A451: La cosecha de cine español que ha dado este año ha sido especialmente buena, por lo que parece que la carrera por el Goya va a estar muy reñida…

A.B.: «Sinceramente, yo ya cuento con que ‘Ramona’ no va a recibir ninguna nominación a los Goya, dado que no hemos tenido ninguna maquinaria detrás para hacer campaña. Sí que es verdad que va a haber una proyección destinada a los académicos, pero es que ni siquiera el ICAA nos ha mencionado en sus redes sociales cuando ganamos tres premios en Roma, y eso que suele felicitar hasta al último corto que gana algo en el pueblo más pequeño del mundo. Entonces, como no disponemos ni de los medios económicos ni de los recursos humanos necesarios para plantear una campaña en condiciones, pues pienso que va a ser muy difícil que nos nominen, pero no me rindo. La categoría de Mejor Dirección Novel va a estar muy difícil porque ahí tienes a ‘Cerdita’, a ‘Cinco lobitos’ o a la película de Juan Diego Botto, pero sí que me parecería feo que Lourdes no fuese nominada a Mejor Actriz Revelación, porque el hecho de que una actriz debutante soporte todo el peso de una película que mezcla drama y comedia sobre sus hombros es algo digno de ser reconocido».

«Sinceramente, yo ya cuento con que ‘Ramona’ no va a recibir ninguna nominación a los Goya, dado que no hemos tenido ninguna maquinaria detrás para hacer campaña […] Sí que me parecería feo que Lourdes no fuese nominada a Mejor Actriz Revelación».

A451: ¿Puedes contarnos algo sobre futuros proyectos que tengas sobre la mesa?

A.B.: «Tengo en mente otro largometraje que todavía no he tenido tiempo de escribir y también estoy trabajando en otro proyecto con Lourdes, una miniserie que estamos escribiendo juntas y que todavía está tomando forma. Trabajamos muy bien juntas, así que se podría decir que ‘Ramona’ solo es la punta del iceberg de lo que está por venir».

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