Buenos tiempos para los desarrolladores web

Corren buenos tiempos para los desarrolladores web. Nunca antes hubo tantas herramientas tecnológicas tan poderosas, accesibles y asequibles. Debido a la creciente necesidad de ofrecer al usuario experiencias dinámicas e interactivas, las marcas que triunfan son aquellas con un enfoque realmente innovador en su diseño, trabajando con los diseñadores web para aprovechar la demanda de contenido visual de calidad de sus usuarios. Pero,  ¿cómo hemos llegado a este punto y cuál es el nuevo rol del desarrollador en la economía digital actual?

Por Ashraf Al-Karmi, Brightcove.

Desde el nacimiento de las aplicaciones web a mediados de los años 1990, hemos recorrido el camino de la convergencia entre el software y el contenido, una evolución que ha elevado rápidamente el papel del desarrollador en el mundo digital. Como resultado de esta fusión han aparecido nuevos mercados laborales alrededor de la figura del diseñador web, y hemos asistido al nacimiento de nuevas disciplinas como, por ejemplo, el diseño centrado en el usuario que tanto ha reforzado la importancia del contenido y del diseño en la creación de un buen software.

Hace más de una década, los navegadores web marcaban el comienzo de una visión de las aplicaciones de software centradas en la producción de documentos, como respuesta a las preferencias del usuario final por las experiencias centradas en contenidos que ofrecía el modelo de los navegadores web.  ¿A qué me refiero cuando hablo de “software centrado en contenidos”? El software centrado en el contenido es el resultado de la evolución de una interfaz de usuario de formas monolíticas (la de las aplicaciones de desktop tradicionales), a una interface a modo documento pero con un mayor y más rico contenido basado en experiencias.

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Acelerada por la rápida adopción de la banda ancha y el Wi-Fi, la fusión entre el software y los medios audiovisuales fue muy potente en las primeras etapas de la Web 2.0 y facilitó el crecimiento de nuevos lenguajes y modelos de programación que abrieron las puertas de la creación a muchas personas y a nuevas industrias online emergentes, desde los juegos sociales y casuales a publicidad de calidad, medios visuales generados por los usuarios y la industria del vídeo online en su totalidad. Y en paralelo al rápido crecimiento del software como servicio (SaaS por sus siglas en inglés), que ha supuesto que casi todas las categorías de software hayan sido vueltas a implementar en una interfaz web de calidad más centrada en el contenido.

La llegada del iPhone y de otros dispositivos y entornos software nacidos bajo su estela, así como del modelo de tienda de aplicaciones de la App Store, ha convertido al propio software en contenido, impulsando la aparición de una increíble variedad de aplicaciones centradas en contenidos de calidad.  De esta forma, al mismo tiempo que han crecido las plataformas de dispositivos y los modelos SaaS, se ha acelerado la carrera para contenidos de mayor calidad para los navegadores y los propios dispositivos, y la industria ha convertido el HTML5 en la plataforma de nueva generación para la creación y desarrollo de este tipo de aplicaciones.

Junto al avance del iPhone y el SaaS, la proliferación del Cloud Computing también ha sido importante. Dadas las ventajas del acceso fácil y económico a los recursos informáticos, cada vez hay más funciones disponibles como servicios cloud en los que pueden basarse los desarrolladores. Los primeros componentes de este cambio han sido en forma de ofertas de “infraestructura como servicio”, como en el caso de Amazon Web Services, Google App Engine y Microsoft Azure. Resumen la complejidad que presentan hardware, almacenamiento, redes de trabajo, bases de datos y otras infraestructuras fundamentales y necesarias para comercializar software online.

«Los desarrolladores, como expertos y figuras claves del juego, se convierten indudablemente en la élite que toma decisiones en la economía digital«

También hemos podido observar el desarrollo de una nueva ola de ofertas de “plataformas como servicio” (PaaS), que reúnen diferentes grupos de funciones y modelos de datos en colecciones coherentes de APIs, para que los desarrolladores puedan crear aplicaciones de calidad rápida y fácilmente. Un buen ejemplo son las APIs Open Graph de Facebook, que permiten incluir plugins sociales así como docenas de otras funciones, desde mapas y geolocalización a envío de mensajes, realización de búsquedas, motores de análisis y otras muchas funciones fundamentales para crear software de contenidos de calidad para los usuarios. Pero, además, estamos asistiendo a un aumento en el número de plataformas abiertas que permiten a los desarrolladores participar en la evolución del software a través de kits de desarrollo de software (SDK  en sus siglas en inglés) de código abierto y de plataformas colaborativas abiertas, como Google Code, orientado a la distribución software, y otras similares, como Stack Overflow, diseñada para  compartir conocimiento.

Esta explosión de nuevas plataformas para dispositivos está llevando a empresas de todo el mundo a aumentar su apetito, y su inversión, en software que aproveche estos servicios. Grandes o pequeñas, las empresas buscan crear software en forma de aplicaciones para web, tabletas y teléfonos móviles, SmartTVs (en breve) o Facebook.

Pero también se ven obligadas a reconsiderar el modelo y la arquitectura que usan para el publicar los contenidos y cómo crean aplicaciones de calidad centradas en esos contenidos. Los modelos de publicación de contenidos heredados, hechos por uno mismo e instalados están dando paso a modelos SaaS y PaaS, dando lugar a nuevas categorías de software como las Plataformas de Vídeo, las Plataformas de Aplicaciones, y una multitud de servicios API independientes.

Como el papel del software en la sociedad sigue creciendo inexorablemente, es un momento ideal para trabajar en desarrollado web.  Nunca hubo tantas herramientas al alcance. Y lo más importante de todo es la continua revolución en la economía de la producción de software, con cada vez más piezas de gran calidad disponibles, como las económicas utilidades de pago por uso para los millones de desarrolladores de todo el mundo.

Debido a la importancia creciente del software para las empresas en todo el mundo, los desarrolladores, como expertos y figuras claves del juego, se convierten indudablemente en la élite que toma decisiones en la economía digital.

Ashraf es director de gestión de producto en Brightcove, proveedor global de servicios para contenidos en la nube. Anteriormente trabajó para Nokia y Motorola, en las áreas de soluciones de vídeo digital, temas de seguridad y aplicaciones web.
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