La federación de productores de animación y VFX DIBOOS ha presentado una nueva edición de su Libro Blanco en un acto celebrado en la sede de ICEX en Madrid. El instituto público ha financiado la elaboración de esta publicación, que también ha contado con el apoyo de EGEDA.
Siete años después de su último Libro Blanco, DIBOOS realiza una nueva radiografía del sector, ahora con una metodología distinta a la de 2018, empezando por que el estudio se ha acotado a la animación aplicada al entretenimiento (largometrajes, cortometrajes, series, webseries, documentales animados, demás contenidos digitales), de manera que han quedado excluidos los videojuegos, la publicidad, los entornos virtuales o los usos en investigación y desarrollo y en la industria productiva.
El nuevo Libro Blanco, con datos de 2023, bebe de bases de datos oficiales, como la Tesorería General de la Seguridad Social, el Instituto Nacional de Estadística, ICAA o ICEX, también de estudios realizados por MIA, PROA y Animar_BCN, y de encuestas cuantitativas y cualitativas realizadas a las productoras. Aún así, sigue siendo un auténtico reto conseguir datos sólidos, según ha comentado el vicepresidente de DIBOOS y productor independiente Iván Agenjo, encargado de pilotar la presentación del Libro Blanco. «No hay datos suficientes, no hay datos desagregados, cuando acudes a bases del ICAA, por ejemplo, no hay distinción para las empresas que hacen específicamente animación, y esto hace que el estudio sea muy complicado», ha reconocido el cofundador de Peekaboo Animation.
Los datos
De hecho, de las 310 empresas españolas activas en el campo de la animación que se han localizado sólo se han obtenido datos mercantiles de 125, por lo que la muestra para extrapolar los datos de todo el sector ha quedado reducida. DIBOOS destaca que el margen de error para esta investigación es del 4,29 % con un nivel de confianza del 95 %.
Entre las principales conclusiones del Libro Blanco está el hecho de que la animación sigue estando formada por microempresas (0-5 empleados) y pymes concentradas, en un 54 %, en Cataluña y Madrid, con Valencia como tercer polo. DIBOOS habla de un «problema de escalabilidad, es cierto que hay emprendimiento, pero las empresas no crecen» y de «un problema de centralización«, con regiones como las dos Castillas o Andalucía prácticamente desérticas en lo referente a este subsector audiovisual. Entre los asistentes al acto, todos ellos profesionales de la animación, ha llamado la atención que Canarias no llegue al 6 % de empresas, teniendo en cuenta que Gran Canaria y Tenerife se han convertido en hubs internacionales. Desde DIBOOS explican que la proliferación de AIEs para abordar los proyectos ha complicado la detección de empresas asentadas en el archipiélago.

Un pico de 611 millones de euros
En cuanto a la facturación del sector, se ha pasado de 576 millones de euros en 2020, año marcado por la pandemia de la Covid-19, a los 604 de 2023, con el año 2022 como el mejor, al registrarse 611 millones de euros de facturación por parte de la animación y los VFX en España. DIBOOS, que huye de hacer previsiones para los próximos años, proclama que el 70 % de la facturación del sector proviene de exportaciones.
De nuevo, la centralización aparece al demostrarse que el 81 % de la facturación del sector se concentra en Madrid y Cataluña, aunque la existencia de Skydance Madrid introduce una gran disrupción en los datos, dado que este estudio acumula el 17 % de la facturación. Entre 2020 y 2024 se han completado en España 33 largometrajes, 62 series de televisión (temporadas) y más de 240 cortometrajes. En total, hablamos de casi 350 producciones en los últimos cuatro años.
Si bien el 87 % de las empresas de animación reciben subvenciones públicas, según el Libro Blanco de DIBOOS, cada euro invertido en este subsector genera 16,50 euros a las arcas del estado, sin incluir el impacto de los incentivos fiscales. Además, se calcula que las producciones de animación han generado más de 260 millones de euros en impuestos directos e indirectos, así como contribuciones a la Tesorería General de la Seguridad Social, entre 2021 y 2023. Una vez más DIBOOS ha mencionado que la animación crea un empleo «joven y de calidad», con un salario medio superior en un 22 % al nacional y cerca de la paridad de género, aunque se ha hecho hincapié en que las profesionales acceden a cargos de menor rango que los profesionales, una cuestión en la que se debe seguir trabajando para mejorar.
Igualmente, el Libro señala la gran dependencia de las televisiones públicas para financiar proyectos y la necesidad de seguir apostando por la internacionalización de las producciones. Los Premios Quirino de la Animación Iberoamericana y MIFA de Annecy son las dos próximas grandes citas para el sector, a pesar de que la compra-venta de títulos de animación tanto de cine como de televisión no atraviesa su momento más esplendoroso a nivel mundial.
«El Libro Blanco subraya la importancia estratégica del sector como generador de ingresos y empleo en la economía española, así como su papel destacado en la industria global de contenidos creativos; pero debemos abordar con inteligencia retos como la IA para explotar todo nuestro potencial», ha afirmado Nathalie Martínez, presidenta de DIBOOS, durante el acto de presentación. De hecho, tras la exposición del resumen ejecutivo, se han celebrado dos mesas redondas, una dedicada a la irrupción de la inteligencia artificial en el sector, y otra sobre el valor cultural de la animación.
Una buena lista de reclamaciones
El acto de presentación del Libro Blanco de DIBOOS ha servido también para que los productores vuelquen sus reclamaciones para fortalecer el sector. Concretamente, la animación pide más datos para poder trazar estrategias empresariales, así como ayudas específicas a la producción de series de animación, una solicitud que va directa al ICAA. Su director general, Ignasi Camós, ha acudido al acto de principio a fin. Actualmente, sólo seis comunidades autónomas (Galicia, Asturias, Cataluña, Comunidad Valenciana, Baleares y Canarias) cuentan con una línea de estas características.
Siguiendo con las solicitudes a las instituciones públicas, DIBOOS quiere que se aumente al 75 % la intensidad de las ayudas públicas cuando se trata de obras de animación, «porque todas son difíciles» y que el incentivo fiscal se eleve del 30 al 50 % para poder seguir siendo competitivos a nivel mundial. Además, persigue que se compatibilicen los incentivos así como el sistema de ayudas, y que se mantenga desde las instituciones públicas «un apoyo decidido y continuado» a los eventos profesionales nacionales, como Weird Market, Premios Quirino y su foro de negocio, Animar o Mundos Digitales.
Por su parte, el sector de los VFX solicita una mejora del incentivo fiscal, de nuevo, para poder seguir compitiendo en el mercado internacional. No cabe duda de que las grandes producciones están, desde hace años, localizándose donde más calientan las ventajas fiscales y por ello, Gonzalo Carrión, vicepresidente de DIBOOS y miembro de El Ranchito, ha pedido que el porcentaje de la deducción se eleve al 40 % y que se reduzca el gasto mínimo a 200.000 euros. Igualmente, persigue una ventanilla única para gestionar las deducciones internacionales, mayor seguridad jurídica para la devolución fiscal, un impulso al I+D, la creación de ayudas para contratar personal en prácticas y de un laboratorio nacional.
Marta Alamillo ha estado al frente del estudio, con Emilio Rodríguez López como coordinador y Juan Manuel Barrios Salado como investigador. El equipo investigador ha sido The Flow.