El legendario Andreas Deja escoge Animayo para el estreno de su primera obra como director, ‘Mushka’

Por Rocío Ayuso para Audiovisual451.

Animayo ha llegado a su mayoría de edad convertido en el principal referente de la animación en España, el foro animado más longevo con sede en Las Palmas y el primero que la Academia de Cine de Hollywood considera apto para que sus ganadoras en la categoría de mejor cortometraje de animación y mejor obra en español pasen automáticamente a ser consideradas en la carrera al Oscar.

Desde que su fundador y presidente, el animador Damián Perea, puso en marcha este foro ya hace 18 años con el apoyo del Cabildo Insular de Gran Canaria son muchos los ejemplos del buen hacer en animación en los que Animayo ha puesto su mirada. Desde fijarse en talento local como Alberto Corral, en la actualidad parte de los estudios Disney, hasta contar con maestros internacionales como el legendario animador Bob Kurtz, parte del equipo que dio vida a ‘La pantera rosa’, Animayo ha dedicado a lo largo de estos años sus diferentes secciones a resaltar la obra de artistas ya con una carrera consagrada, como la exposición dedicada al director y animador Raúl García, o a crear una nueva generación animada por esta forma artística, ya sea utilizando técnicas tradicionales o de CGI, en cortos o video juegos, VR o stop-motion. Porque, como recalcó Perea al presentar esta nueva edición de Animayo, no importan los grandes nombres que invite a esta cita, el 75 por ciento de los contenidos ofrecidos son de formación.

Mushka Andreas Deja
‘Mushka’, de Andreas Deja.

“Yo no estaría aquí si no fuera por Eric Larson”, confesó con honestidad Andreas Deja. El legendario animador de los estudios Disney, con títulos como ‘La sirenita’, ‘La Bella y la Bestia’, ‘Aladdin’, ‘El rey león’ o ‘Hércules’ en su haber y personajes como Rober Rabbit, Gastón, Jafar o Scar trazados con sus manos, con lápiz y papel, es el plato fuerte de esta 18ª edición de Animayo. Y Larson no es otro que uno de los llamados “Nine old men”, como se conocen a los primeros animadores de los estudios Disney que pusieron ese sello mágico a lo que hoy es conocido como el estándar de la edad de oro de la animación. “Gracias a él tengo esta carrera”, repitió recordando sus comienzos y a su mentor. Porque Deja, como una gran parte del público en Animayo, un foro que siempre va más allá de los profesionales, solo tenía 11 años cuando decidió dedicarse a la animación. Fue ver ‘El libro de la selva’, especialmente el personaje de Shere Khan, animado de manera magistral por Milt Kahl, y Deja supo lo que quería ser. Lo malo es que entonces no era más que un niño. Y lo mismo le pasaba a su obra, mucho más incipiente que la maestría de un Deja actual, ganador del premio Winsor McCay a toda su carrera además parte de las llamadas Disney Legends. “Larson se tomó el tiempo de contestar a mis cartas -recuerda-. Fue el primer animador de Disney que conocí. Fue en Alemania, porque estaba haciendo un crucero por el norte de Europa. Me invitó a ir al barco. Mi inglés no era muy bueno entonces y no dejaba de mirarle la boca para entender cada palabra. Le entendí como la mitad, pero él me ayudó a triunfar con mi test de animación y así me convertí en un veterano de 30 años en Disney”.

Ahora, a sus 66 años, 30 de ellos parte de los estudios Disney, el animador alemán nacido en Polonia le ha dado las gracias a Larson en Animayo presentando en primicia en España su primer trabajo como director, el cortometraje ‘Mushka’. Su historia es sencilla, centrada en la amistad entre una niña y su tigre. Pero detrás de esta producción, de los casi 12 años que le tomó hacerla, hay bastante más porque en ‘Mushka’, Deja aúna los que son sus grandes amores, la pasión por los grandes felinos que siente desde ‘El libro de la selva’ y el amor por el medio animado y por el dibujo a mano. “Como muchos animadores que han trabajado en grandes estudios, siempre tienes la idea de hacer otra cosa en los fines de semana, pero cuando empiezas te das cuenta que necesita más trabajo, más concentración y esa se la estás dando a tu labor principal”, recuerda. De ahí que esperó a concluir su labor en Disney para plasmar este sueño que nació de simples preguntas como: ¿Qué es lo que más te gusta dibujar? “Animales” ¿Qué tipo de animales? “Grandes felinos, especialmente tigres”. Llegó hasta imaginar esta amistad con la niña pero necesitó de la ayuda del coguionista Michael McKinney para tomar la forma que tiene ahora la trama de ‘Mushka’.

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El estilo lo tenía claro, el de las películas de la década de los 60, ‘101 Dalmatas’ o ‘Robin Hood’. Incluso la de su adorada ‘El libro de la selva’. Una dirección de arte suelta de trazo abocetado, casi inacabado donde se puedan ver los dibujos de los animadores sin que desaparezcan tras la uniformidad del equipo de clean up, que solía estar encargado de limpiar las líneas. “Eso es lo que me distingue del CGI. La animación por ordenador ha conseguido grandes cosas, movimientos de cámara imposibles, personajes que parecen reales, pero yo lo que quiero ver es al artista, su trabajo, su mano. Quiero mis ver los dibujos con su personalidad. Un recordatorio de que los dibujos todavía pueden contar una historia”, resume.

La felicidad que siente al dibujar nunca será la misma que sintió cuando vio ‘El libro de la selva’ por primera vez, pero ha aprendido a hacer las paces. “Mi mayor preocupación todo el tiempo en Disney fue que no éramos lo suficientemente buenos, que yo no lo era. No tan buenos como los de antes. Siempre había esa sombra”, dice el tantas veces felicitado por trabajos memorables como el de Scar en ‘El rey león’. “Hasta que alguien me explicó eso de ‘Andreas, cállate y deja que la gente disfrute ahora lo que les gusta porque ‘La dama y el vagabundo’ es genial, pero de los años 50, y la gente se identifica más con ‘La sirenita’ que con esos personajes’. Y me tuve que callar”.

Su silencio no significa que esté necesariamente de acuerdo porque sus influencias, como demuestra ‘Mushka’, le devuelven a la edad dorada de la animación. De ahí que el cortometraje cuente con una canción de Richard Sherman, junto con su hermano Robert, autores de temas inolvidables como ‘Supercalifragilisticexpialidocious’ de ‘Mary Poppins’ o la música de ‘El libro de la selva’. “Le apeteció jugar con mi idea. Crecí con sus canciones y pensar que todas estas décadas más tarde me iba a ayudar… todavía no me lo creo”, agrega tan nostálgico como ilusionado.

Andreas Deja
Andreas Deja.

La producción de ‘Mushka’, incluso para un profesional como Deja, fue un largo proceso de ensayo y error. Fue un equipo muy pequeño donde solo él y su coproductor, Roger Viloria, formaron parte de toda la producción. “Hubo momentos de pánico y al principio sí que pensé si no me había metido en una aventura demasiado grandes para mi. Pero disfruté de la libertad y doy las gracias a todos los que hicieron posible la aventura”, detalla. Le gustó especialmente la libertad de hacer la escena que le complacía hacer en ese momento sin la rigidez del calendario de producción de un estudio, donde incluso cuando eres un artista de la talla de Deja, tienes que hacer las secuencias necesarias para la película en un determinado momento. Y aunque Andreas es un gran defensor del dibujo animado tradicional no dudó en incorporar avances tecnológicos de CGI que resaltaran su trabajo como añadir por ordenador textura de color a lápiz para contribuir al look abocetado que buscaba para su corto.

Con ‘Mushka’, Deja se suma a una moda cada vez más popular con la que los cortometrajes han dejado de ser trabajo de estudiantes en busca de una oportunidad sino la forma de expresarse libremente de artistas reconocidos, ya sea en el campo de la imagen real, como Pedro Almodóvar, o en la animación como demostró Glen Keane con el oscarizado ‘Dear Basketball’, o el que John Musker, director de largometrajes como La sirenita, ‘Aladdin’ o ‘Moana’, presentará en el festival de Annecy titulado ‘I’m Hip’. “Es un formato diferente, más corto, aunque el mío es algo más largo de lo normal porque este es casi de media hora, donde no nos importa experimentar porque hemos hechos largos tanto tiempo que ahora no necesito algo así para contar una historia propia”, aclara.

“Que si tienes una idea no tengas miedo de ir a por ella. Son tiempos increíbles con el CGI, con tantos programas para rodar tu película. Antes tenías que hacerlo en 16 o 30 mm y eso bloqueaba a muchos artistas porque era muy caro. Pero eso ha desaparecido. Ahora te llevará tu tiempo y tu creatividad, pero eso es todo, así que si tienes una idea, lánzate. Rodéate de gente de tu cuerda y exprésate. No tienes que esperar a que un estudio te llame para su película.”

Andreas Deja llegó a Animayo procedente del Festival de Stuttgart, donde al igual que en Canarias ofreció una master class sobre su carrera y el making of ‘Mushka’. Y la próxima parada, el Festival de Annecy, la meca de la animación, donde participará fuera de concurso con su última obra. “Lo mejor de este periplo por festivales es poder enseñar el corto a la gente porque durante tantos años solo unos pocos amigos lo vieron. Ahora está hecho y es tiempo de disfrutar. Sentarme en el centro de la sala para sentir lo que la audiencia vive cuando ve ‘Mushka’”, explica. Sus viajes también responden al amor que siente por la animación y la curiosidad por las nuevas generaciones, especialmente en España donde no conoce mucho del trabajo que se está haciendo. Andreas es amigo de Raúl García, compartiendo títulos como ‘Aladdin’ o ‘Hércules’, y conoce la obra del que también fue animador español en los estudios Disney, Sergio Pablos, de quien admira su más reciente largometraje, ‘Klaus’. Pero como miembro de la Academia de Hollywood a la que pertenece desde hace años, Deja llegó a Animayo con gran curiosidad por “lo que se cuece en España a nivel independiente”. Y también deseoso de ser el Eric Larson de otras generaciones en este foro enfocado a la formación. Por eso, le gustaría animar a los próximos animadores, directores, productores, a que se quiten el miedo de encima. “Que si tienes una idea no tengas miedo de ir a por ella. Son tiempos increíbles con el CGI, con tantos programas para rodar tu película. Antes tenías que hacerlo en 16 o 30 mm y eso bloqueaba a muchos artistas porque era muy caro. Pero eso ha desaparecido. Ahora te llevará tu tiempo y tu creatividad, pero eso es todo, así que, si tienes una idea, lánzate. Rodéate de gente de tu cuerda y exprésate. No tienes que esperar a que un estudio te llame para su película”, animó. Y lo dice alguien que, con la carrera ya hecha y demostrado todo lo que tenía que demostrar, aún así ya está preparando su próximo cortometraje, algo más breve, unos siete minutos, y con algo más de humor.

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