Es hora de reconectar

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Por Irene Jiménez, responsable de la sección de TV de Audiovisual451.

Hace unos meses, allá por febrero, tuve la oportunidad de hablar con Ramón Campos. El Festival de Berlín había seleccionado ‘Un año, una noche’, la película de Isaki Lacuesta sobre el atentado terrorista en Bataclán. En un momento dado de nuestra charla telefónica, Ramón sintió la necesidad de decirme que estaba preocupado por la deriva que las series españolas han tomado en los últimos años. Alejándose del público y dando gusto, más bien, a los deseos de los productores.

«Pienso que nos estamos equivocando en España porque hemos dejado de mirar al público, como hacíamos cuando solo trabajábamos para la televisión en abierto. Ahora estamos haciendo las series que nosotros queremos, sin pensar en el público, y es un enorme error que puede llevarnos a matar nosotros mismos la gallina de los huevos de oro«, decía Ramón al otro lado del teléfono aquella tarde.

Puede que las declaraciones, en las que también hablaba de la dificultad de encontrar al público en las plataformas y del éxito de las series turcas, hayan pasado desapercibidas, pero a mí me aliviaron. Aquella charla fue una manera de confirmar mi sensación de que más producción no está siendo equivalente a más calidad. ‘Gran Hotel’ me sigue pareciendo la mejor serie de Bambú. ‘Vis a vis’ me quitaba la respiración. ‘Estoy vivo’ me emocionó. En un plano más reciente, me quedaría con ‘Antidisturbios’, redonda. También reconoceré que ‘Cardo’ me ha traspasado y que ‘Días mejores’ ha sabido tocarme la fibra incluso hablando de un tema, la muerte, para el que aún no estoy preparada. Por una cuestión de elegancia y porque mi opinión y mis gustos importan poco, voy a callarme todas esas series españolas que, en los últimos años, he parado, horrorizada, en el minuto 20; también aquellas a las que he dado una oportunidad tras otra y he abandonado a medias; y las que, directamente, la pereza previa me ha impedido reproducir…

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Posteriormente, he comentado esta misma idea con otros productores españoles y resulta que se trata de un pensamiento generalizado que se verbaliza, habitualmente, off the record. ¿Qué pasa entonces? ¿Quiénes son los responsables o culpables de esta desconexión entre el público y la industria? ¿Está pasando con las series de otros países? ¿Tiene sentido seguir con este volumen inasumible de producción, tanto para la industria como para el espectador? Muchas de las series que vienen, algunas analizadas en nuestro especial de ficción de 2022, se presentan ante mis ojos como una luz al final del túnel, como una senda de recuperación.

Todavía recuerdo cuando al principio del desembarco de Netflix y compañía en España, los productores españoles decían «qué bien, ahora sí que vamos a poder hacer Los Soprano española». Pues yo todavía estoy esperando y me pregunto, ¿llegaré a verlo? Mientras tanto, me encontraréis viendo ‘This Is Us’.

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