Flixolé reivindica en diciembre la figura del cineasta Manuel Summers

Manuel Summers desarrolló una inusual trayectoria como humorista gráfico, también como director de cine, siendo uno de los autores de cabecera del audiovisual español por la originalidad y no menos comicidad con la que retrató a todo un país y sus gentes. La plataforma FlixOlé reivindica las viñetas cinematográficas de este creador, a menudo olvidado, con el estreno desde el jueves 7 de diciembre de su ópera prima, ‘Del rosa…al amarillo’ (1963), y su siguiente filme ‘La niña de luto’ (1964).

La carta de presentación de este realizador recién salido del Instituto de Investigaciones y Experiencias Cinematográficas (IIEC) fue un romance narrado desde una perspectiva distinta a la que acostumbraba a verse en la gran pantalla de la época. A través de inocentes dibujos de corazones dibujados en un pupitre de escuela y las misivas de amor intercambiadas en una residencia, Manuel Summers reflejó en ‘Del rosa…al amarillo’ el despertar del enamoramiento en una pareja de preadolescentes, y el amor que se profesaban a escondidas dos ancianos en un asilo de monjas.

‘Del rosa…al amarillo’

El director logró tocar la fibra de público y crítica mediante dos historias independientes que representaban los nervios del primer amor y el poder rejuvenecedor del sentimiento en la senectud. Asimismo, conectaba al espectador con ese niño que un día fue y le hacía olvidarse del mundo adulto recordándole cuando pasaba las tardes con las chapas o se dejaba pillar al ‘rescatao’ para coger la mano de la chica que le gustaba.

La película obtuvo la Concha de Plata en el Festival de San Sebastián, y supuso la primera conquista comercial del denominado ‘Nuevo Cine Español’. En su debut como realizador, Summers contribuyó a que el séptimo arte nacional abrazase la modernidad con una película sencilla en apariencia, que no dejaba de lado la crítica, y que combinaba elementos propios del neorrealismo italiano y la nouvelle vague.

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Junto la ópera prima de Manuel Summers, la plataforma también estrenará en su catálogo ‘La niña de luto’ (1964). Candidata a la Palma de Oro en Cannes, este episodio sobre el amor durante la madurez se incluía en un principio en ‘Del rosa…al amarillo’, pero finalmente se convirtió en una película independiente. La misma presentaba a Rocío (Mª José Alfonso) y Rafael (Alfredo Landa), una pareja de un pueblo andaluz que se ve obligada a aplazar su boda debido al luto que ella debe guardar por la muerte de su abuela. Cuando por fin puede contraer matrimonio, fallece su abuelo, teniendo que vestir de nuevo el negro. Cansado de la situación, Rafael le propone a Rocío huir y vivir lejos de allí.

Mientras que en ‘Del rosa…al amarillo’, los obstáculos que evitaban el triunfo del amor eran institucionales -el profesor en el caso de los adolescentes, las monjas en el de los ancianos-, en ‘La niña de luto’ son los puritanos convencionalismos de la sociedad. Con estos mimbres, y buenas dosis de humor negro, Summers perfiló un tierno y a la vez amargo testimonio social y político de la España de entonces.

‘La niña de luto’

Una práctica que continuó desarrollando en películas sucesivas: ya fuese abordando el tema del adulterio en plena dictadura del nacionalcatolicismo, ‘El juego de la oca’ (1965); rindiendo homenaje a viejas glorias en ‘Juguetes rotos’ (1967), documental que sufrió numerosos cortes por parte de la censura; o sumándose a la fiebre de comedias erótico-festivas como ‘No somos de piedra’ (1968).

Estos títulos están disponibles desde el 7 de diciembre en Flixolé para recordar al cineasta sevillano, y que incluyen las dos nuevas incorporaciones de la plataforma. En dicho especial se podrán encontrar también otros largometrajes con los que Summers demostró la facilidad que tenía en innovar: ‘Adiós, cigüeña, adiós’ (1971), exitoso filme sobre el descubrimiento sexual en la adolescencia; la secuela de ésta, ‘El niño es nuestro’ (1973); la famosa trilogía de cámara oculta, formada por ‘¡To er mundo e güeno!’ (1981), ‘To er mundo e… ¡mejó!’ (1982) y ‘To er mundo e… ¡Demasiao!’ (1985); así como el retrato autobiográfico que filmó en ‘Me hace falta un bigote’ (1986).

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