‘Hasta que me quede sin voz’, el documental sobre la vida de Leiva, que opta al Goya

‘Hasta que me quede sin voz’ es el documental que retrata la vida de Leiva, uno de los artistas españoles más aclamados de las últimas décadas. No en vano ha firmado más de 250 obras, ha publicado un total de 12 álbumes de estudio y, entre otros reconocimientos, cuenta con dos Premios Goya a Mejor Canción Original —en la próxima edición de los Goya suma seis candidaturas—.

El guion, cuya estructura ha sido uno de los grandes retos a los que se han enfrentado sus creadores, al buscar un enfoque más cinematográfico que estrictamente documental, ha corrido a cargo de Sepia y Lucas Nolla, quien, además, ha ejercido como montador. La dirección la firman el propio Nolla y Mario Forniés, también productor. Aunque, como subrayan ambos, el proceso ha sido orgánico y colectivo.

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Ha sido este un proyecto al que se han enfrentado con enorme respeto. “Te estás acercando a una persona con una carrera larga, que genera sentimientos en muchas personas. Desde el principio, intentamos contar la verdad, no vender humo y que él se viera reflejado. No queríamos vender motos ni glorificarlo, sino acercarnos a una persona como somos todos”, señala Forniés.

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En ese sentido, ‘Hasta que me quede sin voz’ se aleja del tradicional documental con testimonios de terceros y es el propio Leiva, músico, compositor y productor, quien asume la narración en primera persona, dando naturalidad al relato. Todo lo que se ve, sucede. El resultado es un retrato crudo y sin artificios de lo que es su vida: una espiral frenética que pide a gritos temporadas de sosiego.

Producida por Movistar Plus+ y Blur —productora estrechamente vinculada a la carrera de Leiva desde sus primeros videoclips—, la película es un ejercicio valiente y generoso por parte de alguien a quien no le gusta demasiado la exposición, pese a haber vivido bajo la mirada de los demás desde que un accidente le arrebató un ojo en plena adolescencia.

De esa generosidad habla Forniés, amigo del músico desde hace muchos años. “Me ha sorprendido gratamente su implicación para hacer la mejor película posible y, sobre todo, su empuje para que hiciésemos lo que quisiésemos y contásemos las cosas tal y como son. No nos puso límites”, dice.

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Y es que Leiva no escatima en detalles. Además de la narración del accidente, habla de sus comienzos en la música, su barrio, sus amigos y su familia, su etapa con Pereza —la banda con la que llenó estadios que le costó reconquistar ya en solitario—, su reencuentro con Rubén Pozo —compañero de fatigas durante tantos años—, su amistad con Joaquín Sabina y las operaciones que le permiten seguir cantando.

El reto era encontrar la historia y no irse por las ramas. Y la encontraron, convirtiéndose su voz en el hilo argumental de la película. Esa voz que le hace ser quien es y que lo desafía constantemente debido a una lesión irreversible en una de las cuerdas vocales. Aun así, Leiva no concibe otra opción que seguir. Hasta que se quede sin voz. El rodaje comenzó casi sin planificación porque una semana después de aceptar el proyecto, el músico viajaba a Nueva York. Allí, de hecho, arranca el filme.

Durante el proceso, rodaron con lo que tenían más a mano. “Unas veces con más equipo, otras con un móvil o con cámara Super-8. Y, a la hora de montar, esa especie de collage, que parecía una limitación, lo convertimos en estilo, y fue muy interesante por las distintas miradas dentro del retrato”, explica Nolla.

Además de su buen hacer, lo que los permitió llegar a buen puerto fue no perder el hilo argumental, así como el feedback recibido en distintos visionados y las recomendaciones de Movistar Plus+ y del cineasta Fernando León de Aranoa. Hasta que me quede sin voz’ se estrenó en el Festival de San Sebastián y acaba de llegar a Movistar Plus+, tras su paso por las salas de cine españolas.

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