La deportista canaria Julia Castro ha iniciado en la isla de Fuerteventura el rodaje de un documental, por ahora, sin título conocido, que dirigirá José Hernández. Se trata de un filme que busca abrir una ventana cinematográfica a este paraíso atlántico.
Con más de 150 kilómetros de playas vírgenes, imponentes dunas de arena dorada y cielos
certificados como Reserva Starlight, Fuerteventura se convierte en el escenario natural
perfecto para contar una historia que combina aventura y compromiso ecológico. Este enclave, que ha sabido conservar su biodiversidad marina y terrestre, sirve como telón de fondo y también como protagonista silenciosa del relato.
Este proyecto se sumerge en la crisis ambiental provocada por los residuos marinos y su impacto directo en los ecosistemas costeros. Cada año, más de 11 millones de toneladas de plásticos llegan al mar, amenazando a más de 1.000 especies marinas. El documental muestra, entre otras cosas, cómo incluso rincones tan vírgenes como Fuerteventura se ven afectados por residuos arrastrados por las corrientes oceánicas desde puntos tan lejanos como América, África o Asia.
La producción cuenta con la colaboración científica de Bárbara Abaroa Pérez, del Observatorio de Basura Marina de Fuerteventura (OBAM) y experta de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, quien aporta datos y análisis sobre el impacto de los microplásticos en la cadena trófica marina, la degradación de hábitats costeros y la
afectación directa a la biodiversidad de Fuerteventura.
Este documental, que se estrenará a finales de 2025, está impulsado por la productora canaria Pirubi y cuenta con el apoyo del Cabildo de Fuerteventura, a través de su Área de Turismo, así como del Ayuntamiento de La Oliva, desde sus áreas de Medioambiente y Turismo.
«Esta película es una declaración de amor al mar, pero también una llamada urgente a protegerlo. Tocamos varios temas y espero no dejar a nadie indiferente», afirma Julia Castro. «Una historia que te dejará sin aliento de principio a fin, llena de sorpresas y giros inesperados.»
