La dirección de fotografía en ‘El renacido’

El director mexicano Alejandro González Iñárritu presenta ‘El renacido’, una aventura en plena naturaleza con un rodaje de lo más complicado. La película se estrenará en cines españoles el 5 de febrero de 2016.

Inmediatamente después de ‘Birdman’, el director Alejandro G. Iñárritu lleva su perfeccionista pasión por la realización cinematográfica a un nuevo mundo con la película ‘El Renacido’ (The Revenant). Iñárritu y el director de fotografía Emmanuel Lubezki, alias “El Chivo”, con el que colabora hace mucho tiempo, tomaron algunas decisiones clave desde el principio que fijaron las reglas para la producción. Primero, decidieron rodar la película cronológicamente, con el fin de que el viaje de Glass mantuviera un fluido ritmo natural. Segundo, se comprometieron a rodar el filme utilizando exclusivamente la luz del sol y de las hogueras, evitando la inserción de iluminación artificial de épocas posteriores, y trabajando con la luz natural de una forma creativa. Finalmente, querían explorar los largos, fluidos e ininterrumpidos planos por los que se dieron a conocer en ‘Birdman’ pero con un tipo de efecto muy diferente.

El Renacido (The Revenant) fuego

Iñárritu siempre se imaginó el aspecto de la película ‘El Renacido’ (The Revenant) como si una pintura en claroscuro, llena de luz y sombra, cobrara vida de manera visceral. “Al igual que en ‘Birdman’ nos inspiramos en la música”, dice Iñárritu, “en este filme lo hicimos en la pintura. El Chivo ha jugado un increíble papel a la hora de crear esta película como una obra de arte visual”.

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Trabajando con la Arri Alexa 65 –la nueva cámara de gran formato de la pionera compañía de cámaras digitales–, Lubezki utilizó una amplia gama de lentes gran angular, que abarcaban desde 12 mm a 21 mm, para producir una gran profundidad de campo. La flexibilidad del sistema se prestaba a movimientos de cámara que a menudo iban desde intensos primeros planos hasta panorámicas sincronizadas con la acción, las fantasías y las emociones del filme. El equipo mezcló tres métodos –grúas telescópicas, steadicams y cámara en mano– para permitir que, posteriormente, Iñárritu secuenciara las imágenes como un coreógrafo junto con el montador y ganador del Premio de la Academia Stephen Mirrione.

Realizar planos largos en un rodaje absolutamente impredecible en plena naturaleza era algo completamente nuevo para todos. Los retos fueron abrumadores al principio. Dado que el equipo técnico se encontraba en la invernal ciudad de Calgary, donde el tiempo de horas de luz ya es fastidiosamente corto, las ocasiones para realizar las tomas eran pocas y la presión era extraordinaria. A la hora de hacer cualquier plano, nadie podía estar seguro de si una segunda o tercera toma era posible.

“Teníamos que coreografiar los tiempos y los ritmos, encontrar la hora más adecuada del día y, después, rezar para que las condiciones climáticas se mantuvieran”, dice Iñárritu. “Fue un desafío y algo muy divertido, pero hacerlo correctamente requirió mucho tiempo, reflexión y ensayos. Había cierta pátina y atmósfera que nosotros queríamos conservar. Las condiciones que habíamos establecido eran muy específicas; teníamos que ser muy pacientes, o forzarlas y crearlas. Yo creo que, a nuestro modo, nosotros mismos nos convertimos en tramperos; tramperos debido a las circunstancias”.

El Renacido (The Revenant) esqueletos

‘El Renacido’ (The Revenant) transportó a Lubezki no sólo al salvaje Oeste sino también al paisaje onírico que transmite el subconsciente de Glass. Iñárritu explica, “Durante el viaje de Glass, cuando está solo y físicamente al borde del colapso, la única forma de saber cómo es él como persona es a través de sus visiones y fantasías, que nos proporcionan información sobre su estado de ánimo y su pasado”.

Todos los actores se quedaron absolutamente fascinados con el estilo fotográfico del “Chivo”, que también les exigía a ellos mucho más. “La fotografía del “Chivo” es una parte intrínseca del proceso creativo de Alejandro”, observa DiCaprio. “Ambos se sumergen por completo en el material del que disponen y después trabajan con los actores en la coordinación de planos y movimientos increíblemente complejos. Lo que excepcionalmente logran en este filme es una realidad virtual donde sientes que tú estás allí luchando contra los elementos junto a los personajes. Visualmente, tienes la perspectiva de Glass hasta el punto de que parece que casi formas parte de su subconsciente”.

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