En un contexto audiovisual marcado por la incertidumbre, las coproducciones internacionales se consolidan como una de las vías más sólidas para que los contenidos locales alcancen proyección global.
Bajo el título ‘Coproducciones Internacionales: colaboraciones con estudios globales desde España’, South Series de Cádiz reunió a tres voces de la producción internacional: Anxo Rodríguez, productor y fundador de Espotlight; Chris Goble, vicepresidente senior de producción televisiva en Skybound Entertainment; y Marisa Simon-Moore, directora de desarrollo de ficción en Sony Pictures Television. La sesión estuvo moderada por Willard Tressel, consultor de programación e industria internacional.

Un mercado en transformación
Tressel abrió el debate con un diagnóstico compartido por muchos profesionales en los últimos años: la era de la Peak TV ha terminado. Tras un periodo de expansión sin precedentes en el que los streamers y cadenas competían por volumen de producción, el mercado ha entrado en una fase de contracción. A la caída del modelo de la televisión de pago y al freno de los estrenos en salas tras la pandemia se suman las huelgas en Hollywood y la necesidad de los grandes grupos de demostrar rentabilidad.
La consecuencia es clara: menos títulos en desarrollo, presupuestos ajustados y consolidación de operadores. El caso de Paramount, adquirida por Skydance hace unas semanas, simboliza un escenario donde hay menos ventanas a las que acudir y mayor lentitud en la toma de decisiones. “El miedo y la parálisis no son buenos aliados para la creatividad”, resumió Tressel. La situación podría recrudecerse, dado que Skydance ha presentado un proyecto para adquirir Warner Bros. Discovery.
El valor de las alianzas
En este panorama, las coproducciones surgen como un espacio de oportunidad. Rodríguez explicó cómo, desde Espotlight, han encontrado en las alianzas con estudios internacionales una forma no sólo de financiar proyectos ambiciosos, sino de darles un alcance mayor. Recordó la colaboración con Skybound, empresa responsable de éxitos como ‘The Walking Dead’, en el desarrollo de una serie de terror, ‘Dime tu nombre’, que se estrenará el 31 de octubre en Prime Video.
“La sinergia era evidente: ellos aportaban know-how y marca, nosotros la capacidad de producción local y el contacto con el talento. Juntos pudimos negociar de manera más fuerte con plataformas como Prime Video y elevar el valor del proyecto”, señaló Rodríguez.
Por su parte, Simon-Moore subrayó el momento especial que atraviesa España como hub creativo y de producción. “El mercado español ha alcanzado un nivel de madurez en narrativa y valores de producción que lo sitúan en el radar global. Para Sony, que no cuenta con plataforma propia, esto nos da libertad para llevar los proyectos al socio que mejor encaje, y España es hoy un terreno fértil”, afirmó.

Modelos de negocio en evolución
La sesión permitió también profundizar en los distintos modelos de colaboración: desde la producción bajo licencia, donde se conserva parte de los derechos de explotación, hasta las coproducciones integrales en las que ambas partes se involucran creativamente.
Goble expuso la estrategia de Skybound, nacida del cómic y expandida a múltiples formatos, desde videojuegos a podcast. En su opinión, la flexibilidad internacional ofrece más margen que el sistema estadounidense, dominado por los grandes estudios con control absoluto sobre los derechos. “Fuera de Estados Unidos podemos conservar más propiedad intelectual y contar con socios locales que aportan talento y autenticidad cultural. Eso hace que cada adaptación se sienta propia para el territorio”, comentó.
Rodríguez, en cambio, matizó que, para una productora española emergente, la prioridad es alcanzar audiencias globales a través de un gran streamer antes que dividir territorios en ventas fragmentadas: “El impacto que genera estrenar en Netflix o Prime Video supera con creces el beneficio de pequeñas ventas aisladas. Lo que necesitamos es visibilidad mundial”.
España como plató y socio creativo
Más allá del negocio, los ponentes coincidieron en que España se ha convertido en un socio estratégico tanto para producir como para ambientar historias internacionales. La calidad de las infraestructuras, la profesionalización de los equipos técnicos y el talento de guionistas y directores son factores que atraen cada vez más a estudios globales.
Rodríguez admitió que Espotlight, concebida inicialmente como una compañía centrada en el desarrollo creativo, ha comenzado a abrirse también a servicios de producción para terceros. “Nuestro objetivo sigue siendo participar en lo creativo, pero no podemos ignorar que España está muy bien posicionada para acoger rodajes internacionales”, apuntó.
Dónde nacen las coproducciones
Sobre los lugares donde se gestan estas alianzas, Simon-Moore destacó mercados como Content London o MIA en Roma, que facilitan encuentros uno a uno entre productores y ejecutivos. Goble, por su parte, subrayó que muchas de las mejores oportunidades llegan a través de relaciones a largo plazo con compañías locales, capaces de identificar talento y tendencias en su territorio.
“Un thriller que funciona en Suecia puede encontrar una segunda vida en Francia o en España si lo adaptamos culturalmente. Ahí está la riqueza de las coproducciones”, señaló el ejecutivo de Skybound.
Una mirada al futuro
La sesión concluyó con un consenso: las coproducciones no son solo una fórmula de financiación, sino una herramienta estratégica para construir contenidos universales sin perder identidad local. España, gracias a su idioma global y a su capacidad industrial, está llamada a desempeñar un papel protagonista en esta nueva etapa de la ficción internacional.
En palabras de Simon-Moore: “Las grandes historias pueden venir de cualquier lugar, y España tiene mucho que aportar. Lo importante es que sigamos generando alianzas que permitan que esas historias viajen”.



