A pesar de las olas de calor y la convulsa escena informativa para el audiovisual que ha marcado este mes de agosto (incluyendo la dolorosa despedida de Verónica Echegui, a la que consideramos una más de nuestras JASP), volvemos con las pilas cargadas para iniciar el curso con una nueva ración de nuestra saga sobre mujeres “Jóvenes Aunque Sobradamente Preparadas” (JASP) del audiovisual español. Y como os avanzamos antes de verano, hemos querido compilar una entrega temática dedicada al sector cinematográfico, aprovechando la celebración de la 73ª edición del Festival de San Sebastián que arranca en unas semanas, con protagonistas que reflejan la diversidad de nuestra industria del cine: una booker de distribución, una asesora de estructuración financiera, una productora ejecutiva, y una directora y guionista novel.
Aunque analizaremos la presencia que tendrán en el Festival algunas de nuestras profesionales más icónicas en la entrega de las Mujeres ALICE que publicaremos dentro de unos días, en lo concerniente al nuevo talento cabe destacar la selección de ‘Aro berria’, debut en el largometraje de Irati Gorostidi Agirretxe, para competir en la sección New Directors.
El cine español sigue trabajando por alcanzar la paridad de género, tal como revelaba la última Estadística de cinematografía: producción, exhibición, distribución y fomento publicada el pasado mayo por el Ministerio de Cultura: en 2024, el 46,5 por ciento de los largos de producción española tuvieron participación de mujeres en su dirección o en su guion, lo que significa un crecimiento de 4,7 puntos con respecto a 2023.
Pero hay realidades en las que la brecha de género continúa siendo más que patente: el estudio Radiografía de los Festivales de Cine en España de Federación Pantalla, indica que sólo el 28,6 por ciento de los festivales nacionales están dirigidos por mujeres; mientras que el colectivo de guionistas está compuesto por 32,1 por ciento de mujeres frente a un 67,1 por ciento de hombres, según los datos recogidos en el informe La profesión de guionista en España. Este análisis recogía además un hecho alarmante: el 40 por ciento de las guionistas han sufrido situaciones de acoso, tanto por razón de sexo como laboral.
Por eso siguen siendo necesarias (y aplaudimos) iniciativas como el nuevo requisito legal incorporado en la actualización del Estatuto del Artista para que la presencia de la figura de coordinación de intimidad sea obligatoria en los rodajes de escenas íntimas o sexuales; o la puesta en marcha del Premio Josefina Molina de guión de largometraje fantástico de autoría femenina con el respaldo del Festival de Sitges y Fundación SGAE.
María Jesús Losada García

Film Booker y ayudante de Marketing – ADSO Films
Cuéntanos brevemente en qué consiste tu trabajo
«Me encargo de la programación y negociación con los cines y resto de la cadena de exhibición comercial: festivales, filmotecas, casas de cultura… Y colaboro con el departamento de Marketing en nuestros planes de venta, estrategia y trade. Básicamente, trato de maximizar la rentabilidad de cada título y encontrarle su hueco en el mercado.»
¿Qué es lo que más y lo que menos te gusta de tu trabajo?
«Lo que más, la gente, poder formar parte de algo. Las relaciones desinteresadas que se generan y el apoyo mutuo es muy bonito. Me encanta que sea un trabajo tan colectivo y con tantas miradas. El crecimiento no viene de uno mismo, sino de los demás. El ego lo limita, y esto a veces se nos olvida.
Lo que menos, el clasismo tan arraigado que impera el sector. Desde que entré en ADSO, tanto mis jefes como mis compañeros han escuchado mis opiniones y me han dejado aportar. Pero esto no es la norma, tristemente. No tiene sentido que en nuestro trabajo tratemos de emocionar a la gente y, al mismo tiempo, hagamos que el camino sea un infierno. El panorama es triste, la verdad, a veces se me quitan las ganas. Pero me siento afortunada de estar rodeada de personas que me hacen recuperar la ilusión. Hay gente remando hacia un cambio.»
Bajo tu punto de vista, ¿cómo se encuentra la industria audiovisual española en este momento?
«Creo que hay una sobresaturación de estrenos; esto hace que no se puedan promocionar bien todos, que sea muy complicado que los cines te la programen y mucho más que te la mantengan. Desde ADSO escuchamos a los exhibidores y lanzamos un título al mes, queremos cuidar mucho cada estreno que hacemos. Tratamos de elegir bien, para no saturar más. Pienso que también es un trabajo de base que debe venir desde los guionistas, directores y productores. Debemos contar historias que atraigan al público, conectar mejor con los espectadores, motivarles a ver nuestro cine.»
Si pudieras cambiar una sola cosa de nuestro sector, ¿qué sería?
«La poca accesibilidad que tiene: las escuelas de cine siguen siendo bastante exclusivas, al final son las que más puertas te abren y te conectan directamente con la industria. Si he podido estudiar fuera de mi casa es gracias al esfuerzo económico de mis padres, a becas y a trabajar mientras estudiaba. Me lo he currado mucho, sí, pero no deja de ser una realidad que, si no estás en el entorno adecuado, tardarás más en llegar a ciertos puestos. Se pierde mucho talento por el camino. Da mucha impotencia.»
¿Tienes algún proyecto laboral que te apasione particularmente y quieras hacer realidad este año?
«Estamos en pleno crecimiento. ‘Flow’ nos ha traído muchísimas oportunidades y gracias al gatete, podemos acercarnos a títulos muy golosos. Nuestro próximo estreno grande es la nueva película de ‘Tom y Jerry’, tengo muchas ganas. Queremos estrenar proyectos españoles, estamos en negociaciones de películas que creemos que podrán funcionar. Y a nivel personal, tengo algunos proyectos en desarrollo con amigos, que realmente es lo que más me gusta y no me quiero olvidar de mi parte creativa. Trabajar en distribución me enriquece mucho en este sentido, saber aterrizar las ideas y ver cómo pueden funcionar mejor los proyectos.»
Mónica Ayesa Leibar

Directora General y de Operaciones – Filmika Audiovisual
Cuéntanos brevemente en qué consiste tu trabajo
«Asesoro a productores a nivel financiero y fiscal a la hora de acometer sus proyectos audiovisuales, tanto nacionales como internacionales, de cara a optimizar los planes financieros y facilitar su viabilidad económica. Además de planificar la estructura financiera y fiscal de los proyectos, tenemos relación con inversores interesados en aportar financiación a los mismos, y mantenemos una relación activa con las diferentes Administraciones Tributarias.»
¿Qué es lo que más y lo que menos te gusta de tu trabajo?
«Me apasiona trabajar en un sector tan dinámico, donde cada proyecto es único y supone un nuevo reto a la hora de estructurarlo. Además, hacerlo en un equipo como el que tenemos en Filmika, es una suerte.
Lo que menos me gusta es que, en ocasiones, encontrar la financiación necesaria puede resultar complicado, y eso puede deslucir el trabajo previo realizado así como todo el esfuerzo e ilusión que hay detrás de un proyecto.»
Bajo tu punto de vista, ¿cómo se encuentra la industria audiovisual española en este momento?
«Desde una perspectiva financiera, estamos en un momento muy positivo, con una gran colaboración entre los distintos agentes del sector. Además, en los últimos años los incentivos fiscales se han convertido en una fuente de financiación clave para cerrar los planes financieros. En este sentido, España se posiciona como un país muy atractivo y competitivo y hace que, junto con otras cuestiones como la seguridad, infraestructuras, servicios y calidad técnico-artística, España se posicione entre los países líderes en Europa en términos de volumen de producción.»
Si pudieras cambiar una sola cosa de nuestro sector, ¿qué sería?
«No es tanto algo del sector, sino la imagen que muchas veces se percibe desde fuera. Es fundamental poner en valor todo lo que la industria audiovisual aporta no sólo a nivel cultural, sino también económico: que se conozca el amplísimo ecosistema que se ve involucrado en una producción audiovisual, más allá del above the line, que a menudo es lo único visible.
Sería estupendo poder terminar con esa visión que a veces se percibe por desconocimiento, de que se trata de un sector que sólo funciona con dinero público y que se entienda el retorno económico, social y cultural que tiene la inversión pública en esta industria. De hecho, estudios recientes, tanto nacionales como internacionales, estiman que por cada euro invertido en la industria audiovisual, un país o territorio puede recuperar entre 3 y 6 euros en términos de actividad económica, empleo, recaudación tributaria e imagen exterior.»
¿Tienes algún proyecto laboral que te apasione particularmente y quieras hacer realidad este año?
«Filmika Audiovisual es un proyecto joven que iniciamos en 2024, con lo que queda mucho por hacer y me encantaría que podamos posicionarnos como referentes técnicos en la industria audiovisual. No obstante, no os voy a engañar, el proyecto más apasionante que se ha hecho realidad este último año ha sido personal: mi hija. Así que mi reto ahora es conseguir conciliar ambas pasiones.»
Odile Antonio-Baez

Productora ejecutiva – Pecado Films
Cuéntanos brevemente en qué consiste tu trabajo
«Formo parte y superviso, junto con mi socio Jose Alba, los procesos de desarrollo, financiación, producción y distribución de los largometrajes que producimos. Es decir, estoy presente en todas etapas de la vida de nuestras películas: desde la idea (el germen, unas frases en un papel, una conversación con un guionista, un libro o un guión que nos hacen llegar y que decidimos producir) hasta su estreno en salas. Soy defensora de las salas y del cine como experiencia colectiva, social y compartida. Quizá es una idea romántica, lo sé, pero este ideal me ha llevado a priorizar y producir aquellos proyectos que sé que podían y pueden encontrar su público en las salas.»
¿Qué es lo que más y lo que menos te gusta de tu trabajo?
«Lo que más me gusta es la búsqueda de talento (directores, guionistas, escritores) y/o de ideas; reflexionar sobre qué director/a y/o guionista podría ser perfecto para una determinada idea, guión o libro. Me gusta además acompañar al director/a durante el largo proceso del desarrollo y financiación, que puede durar más de cinco años, para que se mantenga fiel a la pulsión original y a su visión, y que no se desvirtúe la idea, sino que vaya creciendo y profundizándose al estar en contacto con otros directores, guionistas, libros, películas. El desarrollo es un proceso permeable y sensible y, por tanto, hay que ser cuidadosos y empáticos.
Y lo que menos me gusta es lo fácil que se desvirtúa esa idea durante este largo proceso, y por las propias concesiones que a veces tenemos que hacer para que logre financiarse (contar con determinados actores, rodar en tal región porque hay mejores fondos, tiempos repentinamente ajustados para presentar el proyecto a tal ayuda o televisión…). A veces es un milagro que una película salga bien con tantos condicionantes, límites y compromisos.»
Bajo tu punto de vista, ¿cómo se encuentra la industria audiovisual española en este momento?
«Estamos en un punto de giro: por un lado, se han multiplicado las producciones audiovisuales en los últimos años, gracias a los esfuerzos de las instituciones públicas y a la apuesta de las plataformas. Este renovado apoyo ha permitido que el cine español brille en los festivales internacionales y se consolide una nueva generación de directoras y directores. Por otro lado, la competición es feroz, los espectadores parecen no estar ya en las salas, y no sabemos hasta qué punto están en las plataformas, ya que no tenemos visibilidad sobre los datos. Los costes de producción son altos (al ritmo de la inflación), pero la inversión privada para cada película no ha aumentado proporcionalmente. Estamos en un momento de cambio, de ajustes, o esa es la impresión que tengo. Pero dicen que el cine lleva en crisis desde que se inventó la televisión. Y aquí estamos: sobreviviendo.»
Si pudieras cambiar una sola cosa de nuestro sector, ¿qué sería?
«¿Una sola cosa? Difícil… Nuestro sector tiene muchas mejoras y los productores españoles vemos con envidia los sistemas de financiación y legislativos de otros países europeos. Pero diría que mejoraría la estabilidad de las convocatorias públicas. Cada nuevo año no se sabe cuándo se convocarán las ayudas nacionales, sus importes, si habrá cambios en las bases, qué pasará con las ayudas regionales de esta u otra comunidad, cuándo resolverán… Se hace difícil planificar y tener una estrategia viable como empresa.»
¿Tienes algún proyecto laboral que te apasione particularmente y quieras hacer realidad este año?
«¡Varios! ‘Iván & Hadoum’, dirigido y escrito por Ian de la Rosa, que coproducimos en España junto a Avalon y Vayolet, acaba de terminar su rodaje en Almería y tengo muchísimas ganas de que se pueda ver. También estamos desarrollando la ópera prima de Rakesh Narwani, titulada ‘El gran bazar de mis padres’, que ha escrito él mismo junto a Marina Parés. Es una feel good movie sobre la segunda generación de migrantes en nuestro país, y ofrece una mirada luminosa a la comunidad india en el sur de España.»
Claudia Estrada Tarascó

Directora y guionista
Cuéntanos brevemente en qué consiste tu trabajo
«Escribo, desarrollo y dirijo mis propios proyectos, casi siempre desde una mirada muy personal. En este momento estoy finalizando la que será mi primera película como guionista y directora: ‘Salen las lobas’. Ha sido un proceso largo, hecho con mucha dedicación y amor, y representa un paso muy importante en mi carrera.»
¿Qué es lo que más y lo que menos te gusta de tu trabajo?
«Lo que más me gusta es la parte humana: cuando comienzo con la investigación para escribir el guión y me acerco a la realidad de lo que quiero contar. También disfruto mucho el proceso de casting: ese momento en el que los personajes que has escrito empiezan a cobrar vida es muy bonito y emocionante. Y, por supuesto, me encanta el rodaje, especialmente estar cerca de las actrices; la dirección de actores es una parte que me apasiona.
Lo que menos me gusta son los tiempos tan largos que implica sacar adelante un proyecto y la soledad que muchas veces acompaña al proceso. Es un trabajo que exige muchísima paciencia, constancia y resistencia, porque no hay caminos rápidos ni garantizados.»
Bajo tu punto de vista, ¿cómo se encuentra la industria audiovisual española en este momento?
«Creo que todavía hay muchas limitaciones en cuanto a los relatos que se visibilizan. La industria sigue repitiendo los mismos discursos, con las mismas voces, y cuesta mucho abrir espacio a nuevas miradas. Me parece que todavía es poco inclusiva y que hace falta apostar más por historias distintas, por perspectivas que rompan con lo establecido. Hay muchas realidades que siguen sin representación, y eso tiene que cambiar.»
Si pudieras cambiar una sola cosa de nuestro sector, ¿qué sería?
«Cambiaría la precariedad estructural del sector, especialmente la manera en que muchas productoras se aprovechan de los jóvenes que están comenzando. Hay una cultura muy extendida de trabajar “por amor al arte”, que a menudo se convierte en una forma de abuso normalizado. Se asume que hay que pasar por esa etapa porque así lo hicieron generaciones anteriores, pero eso no lo convierte en algo justo. Todo el mundo tiene derecho a trabajar en condiciones dignas, sin importar en qué punto de su carrera esté.»
¿Tienes algún proyecto laboral que te apasione particularmente y quieras hacer realidad este año?
«Ahora mismo estoy terminando la postproducción de ‘Salen las lobas’. Es un proyecto en el que llevo más de cinco años, y que nace de una necesidad muy personal de contar esta historia. Estoy deseando terminarlo y poder compartirlo con el público muy pronto.»



