María Luisa Gutiérrez, presidenta de AECINE y CEO de Bowfinger International Pictures, ha participado como ponente en la 32ª edición del Foro Económico de Karpacz, como representante de la producción de cine en Europa.
El pasado martes 5 de septiembre comenzó en el hotel Gołębiewski de Karpacz (Polonia) la 32ª edición del Foro Económico, la conferencia más importante de Europa Central y del Este. La Fundación Instituto de Estudios Orientales, en colaboración con la ciudad de Karpacz y el Voivodato de Baja Silesia (una de las 16 provincias que conforman la República de Polonia), ha organizado una vez más este encuentro internacional. El tema principal de este año es “Nuevos valores del Viejo Continente: Europa en el umbral de los Cambios”.
El Foro Económico, organizado desde hace más de treinta años, se ha convertido en un lugar de encuentro para representantes del mundo de la política, los negocios y el mundo académico. El evento acoge en 2023 a más de 5.000 invitados, incluidos presidentes, primeros ministros, responsables políticos, directores ejecutivos de empresas globales, expertos y artistas. La fuerza de la marca del Foro reside en su carácter internacional, como lo demuestran los asistentes de más de 60 países y la amplia cobertura de los medios.
La edición de este año presenta más de cuatrocientos debates con participantes de todo el mundo. La agenda incluye temas como seguridad, energía, política internacional y nuevas tecnologías. Una parte importante del programa está dedicada a Ucrania.
La mesa redonda en la que ha participado el miércoles 6 de septiembre la productora española María Luisa Gutiérrez tiene por título ‘El cine en tiempos del streaming: ¿Cómo ha cambiado la industria cinematográfica?’. Junto a ella ha intervenido Anna Machukh, Directora Ejecutiva de la Academia de Cine de Ucrania (Ucrania) y Łukasz Poniński, Director Drama Production House, TVN Warner Bros. Discovery (Polonia). La mesa estuvo moderada por Juliusz Braun, escritor y profesor universitario, Collegium Civitas, Polonia.
En su discurso Mª Luisa Gutiérrez, abogó por el valor de la experiencia cinematográfica y la necesidad del apoyo institucional:
Que el cine siempre ha estado en crisis es una realidad. Y que el miedo gratuito a las tecnologías siempre ha hecho augurar una muerte que nunca ha llegado, también. Se pensó que el cine moría con la llegada de la televisión, posteriormente con la cuasi muerte del celuloide, el apagón analógico y la digitalización de las salas (entre muchos otros fantasmas con los que ha habido que luchar) y hoy vemos una amenaza en lo que no dejan de ser unos socios más a los que puede recurrir el productor para financiar sus películas de cine.
Por supuesto que no se va a perder el valor artístico de las películas por la aparición del streaming. Claro que las mal llamadas plataformas se deben a su audiencia marcada por el algoritmo, pero nada distinto a lo que pasaba y pasa desde hace muchos años con el resto de financiadores (free tv, pay tv…). ¿por qué ese miedo? Seguirá habiendo películas que no encajen en las audiencias de unos u otros financiadores pero, lo cierto es que hoy, hay más nichos dónde buscar.
Y esas películas no quiere decir que no se vayan a hacer, sino que, como ha pasado siempre, tendrán que estar apoyadas por las políticas públicas de Cultura que haya en cada país para ser financiadas. Porque la diversidad cultural es un principio promovido y protegido por las políticas europeas.
En definitiva, la situación no es tan distinta después que antes del streaming. De hecho, hay que resaltar que, si bien en la pandemia, se cayó la asistencia al cine hemos decir con optimismo que este año, en la semana 28 en España se ha conseguido la mayor asistencia al cine de los últimos 13 años y que, si bien, este verano ha sido especialmente bueno por una serie de títulos muy potentes y evento, no es algo distinto de lo que pasó en los 10 años anteriores al inicio de la pandemia y hemos superado esa asistencia. Es un dato prometedor y que da alas para pensar con optimismo. El cine es una experiencia social que nunca va a poder ser comparable a la experiencia individual del resto de pantallas. Y, como pasa en todas las ofertas y demandas, sufrirá bajadas y subidas, pero nada hace pensar que vaya a desaparecer.
