Nacho G. Velilla finaliza el rodaje de ‘Menudas piezas’, producida por Telecinco Cinema, Felicitas Media y Lightbox Animation Studios

‘Menudas Piezas’, dirigida por Nacho G. Velilla (‘Perdiendo el Norte’) ha finalizado su rodaje. Se trata de la primera producción conjunta entre Telecinco Cinema, Felicitas Media, Menudas Piezas AIE y Lightbox Animation Studios.

Cuenta además con la participación de Mediaset España, Movistar +, Mediterráneo Mediaset España Group, Aragón TV, Gobierno de Aragón y Diputación de Zaragoza y la distribución en España corre a cargo de Paramount Pictures Spain. También con el patrocinio del Ayuntamiento de Zaragoza, Zaragoza Turismo, Sociedad Municipal Zaragoza Cultural, Servicio de Juventud y Patronato de las Artes Escénicas y de la Imagen de Zaragoza.

“Con ‘Menudas Piezas’ no buscamos hacer una película sobre ajedrez. El eje principal es una historia de superación, una historia sobre unos personajes marginales que, en el marco de ese tablero de sesenta y cuatro escaques, luchan contra el destino que la sociedad les ha asignado y consiguen una hazaña extraordinaria. No hay nada que te toque más el corazón que unos personajes comunes sobreponiéndose a situaciones extraordinarias”, explica e director.

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David S. Olivas, Marta Sánchez y el propio Nacho G. Velilla firman el guion del filme, cuyo rodaje ha transcurrido por diversas localizaciones de las comunidades de Aragón y de Madrid. ‘Menudas Piezas’ es una producción sostenible, que ha incorporado herramientas, protocolos y medidas para garantizar los criterios de sostenibilidad en los ámbitos medioambiental, económico y social.

La película está protagonizada por Alexandra Jiménez junto a otros actores con una dilatada trayectoria como María Adánez, Francesc Orella, Miguel Rellán, Alain Hernández, Jóse Manuel Poga y Luis Callejo y un grupo de jóvenes actores que debutan en este largometraje; Rocío Velayos, Pablo Louazel, Verónica Senra, Kiko Bena y Tuoxin Qiu.

Sinopsis

Candela cometió el error de pensar que el ascensor social solo funciona en una dirección, la de subida. Y ahora, tras un traumático e inesperado divorcio, pierde su trabajo en un colegio de élite. Por eso Candela tiene que volver al barrio del que salió, y pedir ayuda a su hermana y su padre, esos a los que lleva años mirando por encima del hombro.

Es hora de recolocar las piezas en el tablero, empezar de cero y buscar una segunda oportunidad. Pero la única que encuentra es dar clases en su antiguo instituto a estudiantes con problemas de integración. Pasa de la crème de la crème, a la crème de la mediocridad.

Lo que Candela no se espera es que con ellos aprende rá que lo importante no es quién fuiste ayer, sino quién eres hoy, que un grupo de perdedores por los que nadie da un duro pueden acabar siendo campeones de España, y que en el ajedrez, como en la vida, no importa si eres rey o peón, porque al final de la partida, ambos acaban en la misma caja.

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