Premios de Cine

Por Fernando Fernández Aransay, de Aransay | Vidaurre Copyright & Image Lawyers.

¿De quién son los premios que se conceden en los festivales y certámenes de cine? ¿por qué veos recoger el galardón a la mejor película a personas que casi nadie conoce y no a su director? ¿Quiénes son? Comenzando por la última pregunta: son los productores.

Como decíamos en un artículo anterior, los titulares de los derechos de explotación de la película, los que en el ámbito de la propiedad común llamaríamos sus dueños, ¿y por qué recogen el premio ellos? justamente por serlo.

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Sin embargo, la pertenencia de los premios a los productores de las películas o a otros miembros del equipo de la producción se atiene a razones lógicas y, por lo general, pactadas individualmente o acatadas como principios generales.

La decisión de presentar o no una película a algún premio o certamen es potestad de sus productores audiovisuales, pero de eso no se sigue que todos los premios potenciales hayan de ser para ellos. Depende de su categoría en la que se concedan: por lo general, se entregan a los respectivos titulares de cada categoría: así, los de mejor fotografía irán a los directores de fotografía, cada categoría actoral a su titular respectivo, la mejor música al compositor, etc.

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Aunque, como decimos, esta materia puede ser a veces regulada contractualmente entre los interesados, principalmente los propios productores y quienes aspiren a premios más reputados, como el director, los actores, algunos jefes de equipo u otros, lo habitual es que se impongan los usos del sector.

Los usos, como quizá debamos explicar más despacio otro día, pueden ser, en ausencia de ley (y los contratos son ley para las partes), normas de obligado cumplimiento para quienes resulten afectados por ellos.

En este caso, el uso es que, aun siendo el productor audiovisual quien decida a qué premios se presenta o no su película, los premios, tanto reputacional como económicamente, y su recepción (asistencia a la ceremonia y guarda de la estatuilla que los represente) sean para quienes, como también hemos dicho, ostenten la responsabilidad, en la producción, de la categoría respectiva (sea actriz principal, sea jefe del equipo de efectos especiales, por ejemplo).

La presentación de una obra audiovisual a certámenes u otras competiciones no deja de ser parte de una política de promoción que incumbe a los productores audiovisuales. La abundancia de festivales y la conveniencia de orientarse hacia los que mejor convengan a los fines que estos hayan determinado son factores que prevalecerán en sus decisiones, por encima de las aspiraciones personales de otros miembros del equipo.

Parece obvio que todos, productores y demás participantes en las obras audiovisuales, querrán porfiar por los premios de prestigio indubitado, como nuestros Goyas, por ejemplo, pero en el caso de otros galardones de menor importancia, será el productor quien haya de escoger cuando la participación sea potestativa.

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