Xabier Berzosa produce ‘Maspalomas’: «Este rodaje ha sido un guante hecho a medida para esta película»

José María Goenaga y Aitor Arregi vuelven a la esencia de sus primeras películas con ‘Maspalomas’, largometraje que compite por la Concha de Oro en la 73ª edición del Festival de San Sebastián.

Rodada en localizaciones de Euskadi y Canarias, ‘Maspalomas’ cuenta la historia de Vicente, un señor mayor abiertamente homosexual que, cuando es ingresado en una residencia, opta por volver al armario. El dúo creativo detrás de largometrajes como ‘Marco’ o ‘La trinchera infinita’ ha optado por los 35mm para contar esta historia que «pretende reflexionar sobre los confinamientos psicológicos (y físicos), sobre las identidades borradas, sobre lo difícil que resulta reivindicarte en algunos entornos cuando no sabes por dónde empezar y sobre lo fácil que puede ser perder lo ya conquistado», comenta Jose Mari Goenaga, autor también del guion original. Jose Ramon Soroiz, Nagore Aranburu, Kandido Uranga, Zorion Egileor y Kepa Errasti componen el elenco protagonista.

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‘Maspalomas’ es una producción de Irusoin, Moriarti, Maspalomas pelikula AIE y Bowfinger. Con la participación de RTVE, EITB, Filmin, Movistar Plus+ y la ayuda del ICAA (1,2 millones de euros en las generales de 2023), Gobierno Vasco y Diputación Foral de Gipuzkoa. Bteam distribuirá la película en España y las ventas internacionales correrán a cargo de Film Factory. El presupuesto total estaría en torno a los cinco millones de euros. Se trata de la cuarta vez que los Moriarti son elegidos para la Sección Oficial de San Sebastián, después de ‘Loreak’, ‘Handia’ y ‘La trinchera infinita’.

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El productor Xabier Berzosa (Irusoin) comenta cómo ha sido el proceso de ‘Maspalomas’, que se estrenará en salas el 26 de septiembre, coincidiendo con la recta final del certamen internacional.

Audiovisual451: ¿Cuál es el origen de ‘Maspalomas’?

Xabier Berzosa: «El arranque de este proyecto fue el habitual de las historias de Moriarty, dado que surge de una inquietud personal de uno de los miembros del equipo. La fase de desarrollo interno ha sido muy larga, tanto que hay una parte en la que ni siquiera todos nosotros sabíamos lo que estaba sucediendo. Luego, hicimos una puesta en común para valorar la posibilidad de hacer la película, y ahí es donde empezó el proceso de desarrollo, como tal. En este caso, es Jose Mari el que tiene el deseo inicial de atacar esta historia que, en parte, también resuena con nuestras primeras películas; no solo por el hecho de ser en euskera, también por temática, por estilo. Tiene mucho en común con ‘En 80 días’, nuestra primera película, que contaba una historia de dos abuelas que iniciaban una relación sentimental, o con ‘Loreak’, más que con ‘La trinchera infinita’ o con ‘Marco’.»

A451: ¿Cómo fue ese desarrollo?

X.B.: «El trabajo de guion fue muy largo. Mientras estábamos trabajando en ‘Marco’, Jose Mari fue quien estuvo más centrado en avanzar con ‘Maspalomas’. Afortunadamente, el guion con el que terminamos esa fase de desarrollo era un guion excepcional que reflejaba claramente la película que quería hacer Jose Mari. A partir de ahí, arrancamos el proceso de financiación y, posteriormente, de preproducción. Siempre surgen complicaciones, pero echamos a andar con un proyecto muy trabajado, que estaba en la cabeza de Jose Mari y también de Aitor. Es decir, saltamos al vacío sabiendo a dónde queríamos llegar.»

A451: ¿También teníais claro desde el principio que una parte del rodaje tendría lugar en Canarias, y la otra, en Euskadi?

X.B.: «Sí, porque el papel que juega Maspalomas como localización y como concepto es un elemento crítico dentro del esquema la historia. Maspalomas es algo más que una ciudad, es un símbolo muy potente que nos permite jugar al contraste con lo que es Euskadi.»

A451: ¿Cuánto tiempo rodasteis en cada lugar?

X.B.: «Muy mayoritariamente, el rodaje se ha realizado en Euskadi. No sé exactamente cuántos días rodamos en Maspalomas, pero fuimos muy quirúrgicos a la hora de filmar allí lo que necesitábamos. Los exteriores de Maspalomas son fundamentales en la historia por su espectacularidad, ya que rodamos allí el arranque de la película, que resulta muy impactante, a mi juicio, con esas imágenes de fiesta, muchedumbres y demás.»

A451: ¿Os habéis acogido al incentivo fiscal de País Vasco y de Canarias?

X.B.: «Creo que somos los únicos que hemos rodado en Canarias y no hemos aprovechado su incentivo. Hemos ido hasta allí por razones puramente artísticas, dado que el incentivo ya lo teníamos cubierto en Euskadi. Tampoco nos cuadraba acogernos a él, puesto que el peso de los días que rodamos en Canarias es muy pequeño en relación al total.»

A451: ¿Qué os ha motivado a rodar en 35 mm?

X.B.: «En general, es algo que cambia todos los procesos. El planteamiento es artístico, ya que, desde nuestra percepción fílmica, se trata de una fórmula ideal para rodar historias en las que los personajes y las escenas íntimas tienen un peso importante, y la imagen necesita transmitir un calor y un realismo muy cuidado. Hicimos muchas pruebas, y llegamos a la conclusión de que, con respecto al digital, había una diferencia en cómo se percibe lo que está sucediendo. Además de esa naturalidad, el color es también clave en la historia, y el 35 mm ayudaba a conseguir unos colores realmente espectaculares.»

A451: ¿Y qué ha supuesto esta decisión a nivel de producción?

X.B.: «Obviamente, tienes que pasar por laboratorios y mandar el material sin ningún tipo de copia de seguridad por mensajería hasta el laboratorio, y esto lo complica todo. Además, en un rodaje de 35 mm, la palabra ‘acción’ significa que todo el mundo tiene que estar al cien por cien a nivel de concentración, silencio y tensión, pero este clima más pausado también ayuda a que todo esté cuidado al máximo. Claro que ha habido sustos y problemas, pero no nos arrepentimos. Viendo cómo ha quedado la película, estamos felices, dado que el 35 mm nos ha permitido lograr exactamente lo que buscábamos.»

A451: ¿El trabajo de laboratorio se ha realizado en España?

X.B.: «En nuestro caso, que trabajamos con Kodak, ese proceso lo hemos hecho en Roma. Había algunas opciones en Madrid, pero no se trataba de laboratorios al uso, sino de sistemas más artesanales. Cuando ruedas en 35 mm, no tienes ese control que te proporciona el hecho de poder visionar la toma tal cual la has hecho en el momento, pero, si bien esto te obliga a trabajar de una manera diferente, es posible hacerlo, e incluso tiene sus pequeñas ventajas, dependiendo del proyecto. Este rodaje ha sido un guante hecho a medida para esta película, y no sé si volveremos a hacer algo así en toda nuestra vida.»

A451: ¿Cómo ha afrontado esta circunstancia el director de fotografía?

X.B.: «Junto a los directores, ha sido uno de los mayores promotores de esta decisión. Generalmente, a los directores de fotografía les suele gustar este formato porque les da un mayor control sobre la imagen y el color. Es una maravilla cómo responde el material en el laboratorio, y él estaba feliz, a pesar de todas las limitaciones, porque la diferencia era enorme. Los directores perdieron, a su vez, la posibilidad de repetir muchas tomas, pero se dieron cuenta de que era mucho más lo que ganábamos que lo que perdíamos.»

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Rodaje de ‘Maspalomas’

A451: ¿Y en cuanto al resto del equipo?

X.B.: «La verdad es que no les ha afectado demasiado. Más allá del equipo de cámara y algunas gestiones concretas del departamento de producción, teníamos un equipo que, mayoritariamente, ya había trabajado antes en 35 mm. Para algunos puestos concretos, seleccionamos personas que contaban ya con una cierta experiencia, evidentemente, pero al resto de equipos de arte, sonido y demás, no les ha afectado en su trabajo diario.»

A451: Hablabas antes de sustos, ¿qué ha sido lo más complicado del rodaje?

X.B.: «Desde el punto de vista de la producción, hemos tenido algunos problemas logísticos, que muchas veces no han sido tan importantes para la película como, por ejemplo, el hecho de llevar a los actores a ese punto en el que son capaces de desenvolverse de manera extraordinaria en los momentos más íntimos y difíciles de rodar. Pero, claro, rodar en pleno Winter Pride de Maspalomas, con dos cámaras de 35 mm, rodeado de miles de personas, es un reto tremendo, aunque se termina asumiendo. Creo que lo que más pesa es la incertidumbre que generan los envíos de material, sobre todo en el momento en el que has conseguido rodar justo lo que querías y tienes que mandarlo en una caja, sin quedarte ninguna copia, mientras no sabe nada de ese envío durante días.»

A451: En esta era digital, cuesta mucho adaptarse a algo así…

X.B.: «Pues sí, porque, hoy en día, estamos acostumbrados a tener tres o cuatro copias de seguridad en sitios diferentes cuando se rueda un solo plano, así que, cuando nos confirmaban desde Roma que el paquete había llegado bien, era una alegría grandísima para todos. No hay que ir en contra de las mejoras, pero si se da el caso, como nuestra película, de que un formato es más adecuado que otro hay que tomar la mejor decisión para el proyecto. Un rodaje es navegar entre problemas de distinto tipo, y es que también recuerdo proyectos en los que fallaron los discos duros y fue un auténtico drama.»

A451: ¿Cómo fue la confección del reparto?

X.B.: «Al tratarse de una película en euskera, hicimos el casting entre actores que contaban ya con cierta experiencia trabajando en euskera. Desde un principio, José Ramón Soroiz fue una opción segura, dado que era un actor con el que habíamos trabajado e incluso Jose Mari lo tuvo en mente ya desde el proceso de creación de la historia. En el caso del resto de intérpretes, como Nagore Aranburu o Kandido Uranga, llegamos a ellos a través de sucesivas pruebas, de una manera muy natural, y estamos muy satisfechos con la selección. Una vez confirmado el casting, hicimos especial hincapié en preparar cada personaje y trabajar los matices. Con José Ramón, el recorrido fue muy largo hasta conseguir la inmersión que buscábamos, pero trabajar con gente cercana siempre ayuda, como también lo hace que los directores sepan trabajar con los actores desde el respeto, pero siempre con unas metas muy claras.»

A451: Vais a presentar la película en San Sebastián y su estreno comercial será el 26 de septiembre, ¿qué recorrido va a seguir ‘Maspalomas’ a partir de ahí?

X.B.: «Tener el estreno comercial tan cerca es problemático a la hora de participar en algunos festivales, pero, para nosotros, este mercado siempre ha resultado clave para dar a conocer nuestras películas. Vamos a intentar cubrir todas las opciones posibles, sobre todo a nivel internacional, y sí que es verdad que las cosas están cambiando y ya hay muchos festivales que permiten competir a películas ya estrenadas, cosa que antes era imposible. La vida en cines y en festivales van a funcionar como dos caminos paralelos.»

A451: Contáis con RTVE y EITB, pero, ¿podría sumarse alguna plataforma?

X.B.: «En este momento, estamos cerrando los últimos flecos en lo que se refiere a las ventanas, cosa que cada vez es más complicada, pero aún no podemos anunciar nada.»

A451: ¿Qué puedes contar de vuestros próximos proyectos?

X.B.: «Tenemos pendiente de estreno ‘La misteriosa mirada del flamenco’, una película chilena con participación nuestra que pasó por Un Certain Regard de Cannes, estará en San Sebastián y probablemente se estrenará en 2026. Y luego, también tenemos entre manos ‘Gaua’, la próxima película de Paul Urquijo, que se estrenará en Sitges antes de llegar a los cines, y que es un proyecto muy ambicioso que confirma el crecimiento de Paul como director. Estas dos películas no tienen nada que ver entre sí, ni tampoco con ‘Maspalomas’, así que estamos muy contentos y nos divierte mucho manejar códigos tan diversos.»

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