Asaari Bibang: “Siento que con mi papel en ‘Ruido’ no solo estaba haciendo una película, estaba haciendo historia”

La actriz y cómica Asaari Bibang participa en ‘Ruido’, debut en el largometraje de Ingride Santos

El pasado 28 de noviembre se estrenó en los cines españoles ‘Ruido’, sin duda, uno de los debuts más interesantes de este año 2025 que está a punto de finalizar y que se encuentra sumido actualmente en la temporada de premios. La película se podrá ver desde el próximo 26 de diciembre ya en la plataforma Filmin.

La ópera prima de Ingride Santos tuvo su estreno mundial en la Sección Oficial del Festival de Cine de Málaga 2026, también pasó por la Sección Oficial del 51º Seattle International Film Festival, participó en la Sección Visionaries de la primera edición europea del mítico festival South by Southwest -SXSW en Londres y estuvo presente en la 30 edición del Festival Cinespaña, donde logró tres premios: Mejor Dirección, Mejor Directora Novel y Mejor Fotografía.

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Asaari Bibang

‘Ruido’ es una película original de Filmin, ambientada en el mundo de la música urbana, producida por Sábado Time en coproducción internacional con La Corte, con la participación de Crea SGR. Cuenta con el apoyo del ICAA y del ICEC y la colaboración de The Black View.

Protagonizada por dos actrices no profesionales, Latifa Drame y Judith Alvarez Vargas, seleccionadas tras realizar más de cien entrevistas a raperas, raperos, managers, organizadores de batallas de gallos y speakers; junto a la actriz y cómica Asaari Bibang, en un papel muy alejado de su registro habitual.

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Ingride Santos ya fue nominada al mejor cortometraje de ficción en 2021 por ‘BEEF’, en el que aparecían algunos de los temas en los que se adentra su debut en el largometraje. Tras más de cuatro años asistiendo a peleas de gallos en la ciudad de Barcelona y alrededores e investigando sobre el mundo del freestyle, Ingride muestra en ‘Ruido’ a una gran parte de la sociedad, especialmente a una juventud que a través de la palabra y de la música urbana aborda los temas que preocupan a la sociedad hoy en día.

“Rodar ‘Ruido’ fue una experiencia muy reveladora, casi un ejercicio de escucha constante. Para mí era fundamental mezclar actrices sin experiencia previa en cine, como Latifa Drame y Judith Álvarez —que vienen del freestyle y la música urbana, con una energía muy directa y auténtica—, con alguien como Asaari Bibang, que tiene una enorme trayectoria escénica en la comedia y el stand-up, pero que aquí se colocaba en un lugar mucho más contenido y emocional. La preparación fue clave. Trabajamos durante casi un año, con muchos meses de improvisaciones, para que las actrices noveles perdieran el miedo a la cámara y aprendieran a confiar en su propia presencia, sin impostar nada. Asaari, desde su experiencia, aportaba algo muy valioso: el ritmo, la escucha, la precisión emocional. Ese intercambio fue muy rico, porque no se trataba de que unas se adaptaran a la otra, sino de que todas encontraran un terreno común”, explica la directora.

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Ingride Santos, durante el rodaje

En la película, Lati encuentra refugio en el rap tras la muerte de su padre y, dos años después, sueña con triunfar en el mundo de las batallas de freestyle. Sin embargo, su madre, una mujer rigurosa, no tolera esa vocación al considerarla peligrosa y vulgar. Lati entrenará a escondidas con Judy, una antigua promesa del freestyle, que la ayudará a enfrentarse a sus propios límites, descubriendo que la verdadera batalla no se libra solo en el escenario, sino también en su interior.

‘Ruido’ es además una película con un componente feminista muy acusado. Más allá de la historia que cuenta, el filme ha sido escrito por la propia Ingride Santos, junto a Lluís Segura. En la dirección de fotografía aparece Beatriz Sastre y Fernanda Gascón se encarga del montaje. La producción corre a cargo de Toni Carrizosa, Kike Maíllo, Alberto Aranda, Ana Eiras, María Sard, Jaume Ripoll, Sam Baixauli y María Molina.

“’Ruido’ es una proyecto que nos llamó la atención desde la primera vez que Ingride Santos y Lluís Segura se sentaron en nuestra oficina para contarnos la idea que tenían. Sabíamos que era una propuesta arriesgada en muchos aspectos, pero también era el momento para nosotros en el que podíamos permitirnos aceptar ese reto. Hay demasiadas películas muy parecidas protagonizadas por actores y actrices muy similares. Y sin embargo hay una realidad enorme aún en nuestro país que de momento no tiene apenas visibilidad y debe estar más representada en la ficción española. ‘Ruido’ es nuestro pequeño granito de arena para ello. Seguramente no ha sido el revulsivo que hubiéramos deseado, pero estoy convencido que será un paso más para que vengan otras que llegarán más lejos y tengamos un imaginario colectivo más plural y representativo de quienes somos hoy”, comenta el productor Toni Carrizosa.

La banda sonora ‘Ruido’, como no podía ser de otra manera otro pilar fundamental de la película, ha sido compuesta por Cookin’ Soul. Ya en plena temporada de premios, la actriz Asaari Bibang ha contado a Audiovisual451 su experiencia en esta película, en el papel de la madre de la protagonista.

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Latifa Drame y Asaari Bibang

Audiovisual451: ¿Cómo llegas tú a este proyecto, a la ópera prima de Ingride Santos?

Asaari Bibang: “Tuve la suerte de que Ingride ya seguía mi trabajo a través de redes sociales, por Instagram sobre todo. Me conocía como cómica y cuando empezó con los castings, pues pensó en mí para este personaje. Es curioso, porque yo vengo realmente de la ficción pero en los últimos ocho años se me conoce sobre todo en el campo de la comedia. Ingride tenía súper claro que podía hacer un papel tan dramático como el de ‘Ruido’, algo que a mí personalmente me alegra. Yo iba muy preparada al casting, porque además es un tema que me toca mucho, el de la maternidad. Yo soy mamá y además tengo una madre que vino de Guinea Ecuatorial. Tenía mucho donde mirarme, tanto a nivel cinematográfico, como a nivel personal y la verdad es que lo preparé concienzudamente. Además, la conexión con Latifa Drame fue increíble desde el primer minuto”.

A451: Sin embargo, realmente tu imagen está muy asociada a la comedia…

A.B: “Al final es lo que queremos como actores y actrices, que los directores de casting y los directores de proyectos de cine y televisión sean capaces de vernos como lo que somos, actores y actrices que nos dedicamos a interpretar personajes que a veces no tienen absolutamente nada que ver con nosotros y nosotras. Yo particularmente lo necesitaba en mi carrera por el encasillamiento al que me veo sometida muchas veces. Por eso creo que en mi caso valoro todavía más que haya llegado a mis manos un personaje como el de Aminata, que se sale muchísimo de todo lo que he hecho antes, se sale del estereotipo. La directora me dejó crear el personaje desde mi visión, me permitió trabajar artísticamente y creativamente con ella y se lo agradezco mucho porque si de algo adolece precisamente mi carrera es de no haber tenido muchas oportunidades de salirme de personajes que no estuvieran estereotipados, estoy profundamente agradecida, ha sido un viaje increíble”.

A451: ¿Además de tu propia madre qué otros referentes usaste para construir el personaje?

A.B: “Para construir el personaje cogí también muchas referencias cinematográficas, por ejemplo me gustaba mucho el padre que hace Denzel Washington en ‘Fences’. Me interesaba mucho explorar a nivel social la visión de la ternura, crear un debate sobre la ternura, con un padre que la parte emocional igual no la tiene trabajada, cómo culturalmente la ternura va cambiando sus formas, cómo hay culturas en las que su lenguaje del cuidado y del amor es la comida y hay culturas en las que su lenguaje del amor es la limpieza o hay culturas en las que todo se mezcla. Incluso dentro de España tenemos distintos caracteres según el clima, según nuestras costumbres. Para mí todo esto es lenguaje del amor y a mí me interesaba muchísimo darle a Aminata un lenguaje del amor lo suficientemente potente como para que la gente no la viese solo como una madre estricta que no deja a su hija hacer lo que quiere hacer, que el debate fuera muchísimo más profundo y que eso diera espacio a la empatía, que al final es de lo que se trata el cine, de que nos podamos poner los zapatos de cada personaje. En ese sentido, tengo que decir que estoy muy contenta, porque yo cuando vi la película sí que vi ese carácter estricto, pero también vi una ternura muy clara, muy concreta, que además estaba como muy ubicada y muy explicada también en lo cultural. Eso me encantó. Creo que siempre se puede hacer mejor, pero que por lo menos yo en mi mente siempre quise que estuviera presente esa doble faceta”.

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Latifa Drame y Judith Álvarez

A451: ¿Y cómo de ajeno era para ti todo el mundo del rap y las batallas de gallos?

A.B: “No tengo un amplio conocimiento pero es un mundo que respeto mucho, que amo muchísimo. Primero, porque es cultura que trabaja con el verbo, con las palabras y como persona que hace stand-up comedy, les considero mis compañeros. En segundo lugar, a nivel personal trabajo con Frank T en el podcast ‘No hay negros en el Tibet’ y no es que Frank T sea rapero es que es ‘el rapero’, para muchísima gente Frank T es historia del rap. Yo trabajo con él, a nivel personal es mi hermano y a nivel profesional no lo puedo admirar más, con lo cual no soy totalmente objetiva tampoco en el rap porque lo miro desde un lugar de profundo respeto y de profundo cariño. Como te decía lo equiparo mucho también a lo que nosotros hacemos en el stand-up. Ahora he aprendido de la mano de Lati, que ha contado mucho con la ayuda de sus amigos, de su comunidad del rap”.

A451: ¿Y qué has aprendido?

A.B: “Por ejemplo, me ha enseñado que yo desde fuera lo veía como un mundo muy individualizado, acostumbrada a ver ese freestyle, pero luego tiene una parte de comunidad muy importante que además ha sido imprescindible en esta película, para trabajar en las letras, para crear las batallas, para asesorar… Muchos de ellos eran amigos personales de Lati. Yo espero y deseo que hayan aprendido de mí, pero yo también he aprendido muchísimo de ellas”.

A451: ¿Había entonces un choque a la hora de enfrentarse a la interpretación?

A.B: “Comentaba el otro día, que la experiencia es un grado pero la experiencia también es algo que te lleva a ese punto de exigencia que a veces no es bueno, no te permite naturalidad. Luego estaban ellas de esta Generación Z, ilusionadísimas con el proyecto, sin tener ni idea de lo que estaban haciendo (ríe), pero gozándose… ¿sabes? yo dije, pues me subo a este barco, a gozar se ha dicho. Con el tiempo, con las decepciones, con la experiencia, con tu autoexigencia, a veces también con esta idea de que a lo mejor es la última oportunidad de mi vida, pues lo voy a disfrutar. Me subí a esa idea de que para mí era también la primera oportunidad, porque es la primera vez que voy a hacer esta película con estas personas, que también es una experiencia nueva y lo disfruté muchísimo, la verdad. Latifa Drame, la protagonista, es una persona increíble y ha hecho un trabajo alucinante. No lo digo teniendo en cuenta que es su primera película. Emocionalmente facilitaba muchísimo el rodaje porque es una persona bondadosa, llena de cariño, llena de ternura y de respeto hacia ella misma y hacia los demás. El resto del equipo lo mismo, tanto el equipo artístico como técnico. Lo he pasado tan bien, me he sentido tan respetada, tan amada… no sé qué puedo esperar del próximo rodaje, quizá un grupo de gospel recibiéndome, porque mis expectativas están por las nubes ahora (ríe)”.

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A451: Entonces, a partir de ahora todo cuesta abajo…

A.B: “Está clarísimo. No me puedo acostumbrar a que todo sea así, porque yo sé, por experiencia, que no lo es. Hasta ahora he tenido muchísima suerte, bueno, hay una parte de suerte y luego también hay parte de otra cosa, que esto sí que es la experiencia, que son las decepciones, las expectativas y son los límites que también te conducen siempre a este tipo de escenarios. A estas alturas de la vida tengo mucha conciencia de trabajar en espacios donde esté bien, porque ya he aprendido que la violencia tiene en muchos formatos. He sufrido discriminación a lo largo de mi carrera, no solamente en el cine sino en otros muchos aspectos profesionales, desgraciadamente. Estoy en un punto en el que sí quiero trabajar pero no a cualquier costa, porque para mí es súper importante que tengamos claro que la base de todo es el respeto. No me tiembla el pulso si tengo que decir que no, si eso no se cumple, por mucho que lo pueda necesitar emocional o económicamente”

A451: Has hablado del equipo y es una película muy de mujeres en todos los sentidos, no solo por la historia que cuenta…

A.B: “Efectivamente, es una peli muy de mujeres, es el matriarcado, pero un matriarcado súper diverso. No es que solamente sea una película liderada por mujeres, tanto en el aspecto técnico como en el artístico, sino que además es una película liderada por mujeres, cada una muy particular, muy diversa. Esto es importante porque me parece que el cine necesita una mirada más interseccional. Esta es una película que para mí es maravillosa porque muestra no solo la diversidad, sino la diversidad dentro de su propia diversidad, los matices y las particularidades de cada uno de sus personajes. Yo no interpreto a una madre negra, que hubiera sido lo fácil, porque madre negra no es un personaje ni chica negra que era un concepto que se utilizaba en los castings hace unos años. Obviamente a Aminata bebe de parte de su cultura, de su legado, de sus vivencias, pero luego está ella con sus matices, su forma de mirar, su forma de amar, de prohibir y su forma de permitir, sin estereotipos ni tópicos. Este personaje es un regalazo, porque aunque sea de reparto tiene muchísima presencia, tiene su propia intrahistoria”.

A451: Es un personaje clave en la historia, aunque no sea la protagonista…

A.B: “La historia de Lati da a los espectadores la parte ‘Dirty dancing’, de ‘8 millas’, que te hace salir del cine diciendo que quieres bailar, apela al entretenimiento, a soñar, a cuidar de ti, a priorizarte, pero luego está toda la historia de la madre que va a la emoción, al corazón, a un lugar más interno y más reflexivo. Me parece que esa conjunción entre ese sentimiento del rap del personaje de Lati y ese sentimiento más más profundo y más adulto de la madre, es lo que hace que ‘Ruido’ sea la película especial”.

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A451 ¿Y cómo recuerdas ese rodaje hace un año?

A.B: “Justo en noviembre hizo un año. Recuerdo particularmente el primer día de rodaje que además fue en el set que representaba la casa donde vivía mi personaje junto con sus dos hijas. Ese primer día para mí fue terrible pese a mi experiencia y también un poco debido a ella, por la cuestión que nos lleva a denostar un poco la comedia. Parece que hacer reír nunca se valora lo suficiente dentro de este arte. Es como la hija fea. Y hacer reír no es fácil, de hecho creo es lo más difícil porque tienes que poner de acuerdo a todo el mundo a la vez para que en el mismo instante les haga gracia lo que dices. Siempre digo que cuando vas a ver una película dramática, nadie te pide que llores, que salgas del cine llorando, pero cuando vas a ver algo cómico, te tienes que reír o si no el artista ha fallado. Los cómicos somos los artistas que no podemos fallar y eso es una Espada de Damocles bastante chunga sobre nuestra cabeza. Cuando yo llego ese primer día al rodaje de ‘Ruido’, con toda esa mochila de la comedia, yo realmente no había puesto en valor que llevaba 14 años sin hacer ficción, sin embargo llevaba los últimos ocho años de mi vida subida a un escenario, todas las semanas, yo lo tenía muy presente y te juro que entré en el set y pensé: me van a poner la cámara delante y me voy a echar a llorar, porque me van a venir todas mis inseguridades. Esa primera escena me costó mucho porque tuve que trabajar con mi propia inseguridad, por esta cosa de que solo haces reír y llevas 14 años sin hacer nada en ficción. Pensé, relájate y, al final, la escena fue muy bien”.

A451: ¿Y qué otra secuencia destacarías?

A.B: “Sin duda la escena de la cena, en la que estamos los cuatro miembros de la familia cenando. Te puedes imaginar que aquello se eternizo, con todos los diferentes puntos de vista. Pero coincidimos tanto Lati como Ingride como yo que es la escena que más nos gusta de toda la película, porque es  muy emotiva y costó mucho rodarla. Fue un momento de comunión de todos los actores y actrices de la familia, porque es la única escena que tenemos a los cuatro juntos y, sinceramente, te digo que la sentí como un momento histórico, porque yo nunca me había sentado, escénicamente hablando, con cuatro personas negras rodando una escena que no tuviera que ver con el racismo. Me emociono, porque siento que no solo estaba haciendo una película, estaba haciendo historia. Nunca he visto en el cine español una escena cotidiana como ésta, las veces que se ve a familias africanas juntas, lamentablemente o se les ve llegando en una patera o en un punto de auxilio o socorriéndoles… Yo me fijo mucho en estas cosas y en cómo se trabaja  audiovisualmente en este sentido y no tengo recuerdo de haber visto nunca una escena con cuatro personas negras en España, una familia compartiendo un momento de convivencia dentro de su casa. Al igual que existe el Test de Bechdel para evaluar la representación femenina en obras de ficción, habría que hacer un test sobre estas cosas. ¿Cómo es posible que no hayamos tenido todavía la oportunidad de ver en el cine español una cosa que en mi casa pasa todos los días? y en la casa de miles de personas en este país. Hay gente que dirá: yo puedo rapear, puedo cantar, pues yo puedo ser astronauta… y un montón de tramas que hemos visto en la ficción, pero muchas personas de este país nos vamos a sentar a ver ‘Ruido’ y vamos a poder decir nosotros también cenamos, podemos cenar y podemos hablar de nuestras cosas. Creo que eso no es pedir tanto”.

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A451: La película ha viajado mucho por festivales, no sé si tú has podido acompañarla, también ha logrado algunos premios…

A.B: “Esta película ya nació con un proceso extraño, en el sentido de que prácticamente nada más terminarse de rodar, entró en la Sección Oficial del Festival de Málaga, donde pude estar con mi madre… la Pitu con su hija por Málaga, la persona más feliz del mundo. Luego la película estuvo en Toulouse y en Seattle, si no me equivoco, realmente ha estado seleccionada en muchos festivales. También se hizo un preestreno en Moncada, que es de donde es Latifa Drame. Cualquier logro de ‘Ruido’ lo considero mío también, porque así me lo han hecho sentir”.

A451: ¿Has tenido más propuestas después de este papel?

A.B: “Pues la verdad es que no, pero hasta finales de diciembre sigo sin parar en los escenarios. Hasta el 20 de diciembre tengo bastantes actuaciones, luego seguiré con la promoción de ‘Ruido’. Ahora estamos ahí obviamente intentando a ver si entramos en la temporada de premios, como es lógico. Yo estoy súper orgullosa, después de los cines llegará a Filmin y espero simplemente que al público le encante, que la vea, que hablen de ella y que haya un camino precioso, profesional y fructífero para la película y también para todas las compañeras que han participado en ella y que la han hecho posible. Estoy deseando seguir trabajando y deconstruyendo el audiovisual. Haciendo cosas diferentes, sobre todo eso, lo que pides es hacer mil cosas diferentes, aunque sigas en la comedia, pero que también te vean como una actriz para hacer otro tipo de papeles, que no eres sólo una cómica, eres una actriz”.

“Porque yo era actriz antes de cómica, pero empecé a escribir mis monólogos, porque no podía seguir trabajando en ficción si lo que me llegaba eran solo personajes de prostituta, de inmigrante recién llegada o de persona con un acento concreto, que está muy bien interpretar eso porque existe, pero insistir e incidir en ello sin representar toda la diversidad que hay dentro de la diversidad, como te comentaba antes, me pareció que ya había tenido suficiente y que quería hacer comedia. Es algo que también invito mucho a hacer a mis compañeras y compañeros, que recomiendo y aconsejo mucho como me lo aconsejaron a mí. Creo, sinceramente, que he hecho un buen trabajo en la comedia. El Skyline de la comedia también está cambiando, imagínate si hasta hace tres años estábamos discutiendo si las mujeres cómicas son graciosas, imagínate discutir si las mujeres negras cómicas son graciosas, si las mujeres cómicas negras con gafas son graciosas, si las mujeres negras cómicas con gafas que necesitan silla de ruedas son graciosas… y así sucesivamente. Creo que en ese sentido he hecho un muy buen trabajo, me gustaría seguir creando mi arte y disfrutando de él, seguir creando empleo para mí, para mis compañeros y compañeras, creando oportunidades también para las mujeres, particularmente las mujeres con mi perfil, seguir abriendo las puertas que pueda. Siempre estamos pensando en la meta y yo ahora estoy en un momento en el que para mí lo más importante es disfrutar del camino y permanecer, que al final es lo que más cuesta. Sin grandes sostenes ni nada detrás, he conseguido estar en la comedia durante estos ocho últimos años y creo que tiene mucho mérito”.

A451: Entonces lo próximo escribir una película…

A.B: “No lo descarto, todo lo que tenga que ver con escribir, una película o una serie, o yo que sé, no estoy cerrada a nada. Siempre he sido crítica, pero también sí que se nota que hay cosas que están cambiando y creo que parte de ese cambio se debe uno a las redes sociales, a que las redes sociales están potenciando perfiles que antes pasaban más desapercibidos, porque no llegaban a la persona que tomaba las decisiones. También hay más creadores con esa visión mucho más interseccional, que tienen mucha más conciencia de muchas cosas, una mirada muchísimo más amplia. Me gusta siempre acabar diciendo que sí, que se están notando cambios e invitando a todas las personas que lo están haciendo posible con sus creaciones, a que lo sigan haciendo, porque es verdad que a veces nos enfocamos tanto en quien lo está haciendo mal y nos olvidamos también de darle una palmadita en la espalda a quien lo está haciendo bien”.

A451: ¿Te sientes como un referente?

A.B: “A mí siempre me han dicho, es que no era constante, desde pequeña me lo decían, con la comedia descubrí que no es que no fuera constante, es que todavía no había encontrado aquello que  me inspirara. Ahora he aprendido a hacer las cosas con toda la pasión que se pueda. Siento que muchas veces que he inspirado a otros, también me lo trasladan y me lo dicen, y bueno, yo procuro que eso no sea un peso para mí, pero desde luego es un honor que si cualquier niña como yo era que sueñe con ser ‘mocatriz’, me ve y de repente piensa que es posible, yo ya he cumplido”.

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