Así se rodó ‘Marte’ (The Martian)

‘Marte’ (The Martian) es la nueva película de Ridley Scott. Protagonizada por Matt Damon, se estrena el viernes 16 de octubre en los cines españoles. Durante una misión tripulada a Marte, el astronauta Mark Watney (Matt Damon) es dado por muerto después de una tormenta feroz y abandonado por su tripulación. Pero Watney ha sobrevivido y se encuentra atrapado y solo en el planeta hostil. Con tan sólo unos escasos suministros, debe recurrir a su ingenio, agudeza y espíritu para subsistir y encontrar una manera de enviar a la Tierra una señal de que está vivo.

Así se rodó

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El rodaje principal de ‘Marte’ (The Martian) comenzó el 8 de noviembre de 2014 en Budapest. La espléndida capital centroeuropea se ha hecho famosa por acoger una larga lista de películas de alto presupuesto de Hollywood debido a sus bonitos escenarios y a los experimentados equipos locales. Pero lo que de verdad atrajo a los productores de la película a la ciudad fueron los estudios de grabación insonorizados de los estudios Korda.

El escenario 6 de Korda, supuestamente el más grande del mundo, era ideal para construir un paisaje de Marte que incluyera el habitáculo y el lugar de despegue de la aeronave. El escenario se utilizó principalmente para escenas de diálogos, los interiores del habitáculo y la secuencia de la gigantesca tormenta de arena. Las escenas con muchas vistas más panorámicas del paisaje se rodaron más tarde en Jordania.

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El productor, Mark Huffam afirma: «Habíamos explorado el interior de Australia como un posible paisaje para la superficie de Marte. Pero al final no funcionó, así que decidimos grabar la mayoría de las secuencias de Marte en interiores, lo que nos daba un mayor control de la producción; y luego grabamos los exteriores correspondientes en Wadi Rum, en Jordania.

Durante la producción, Korda era un hervidero de actividad, ya que se utilizaron los seis escenarios insonorizados disponibles para construir y reformar una docena de grandes escenarios, incluida la nave espacial Hermes y el habitáculo de los astronautas en Marte. El departamento artístico estaba siempre a la carrera para mantenerse un paso por delante de Scott, al que le gusta trabajar rápido y es conocido por ir siempre adelantado al programa.

Además de los estudios Korda, Budapest cuenta con otro extra en forma de un centelleante edificio conocido como The Whale (la ballena), llamado así por su forma y por su ubicación junto al río Danubio. Este edificio hizo el papel de las oficinas del personal de la Nasa, entre las que se encuentran la de Teddy Sanders y Annie Montrose, así como salas de conferencias, un área de descanso y una cafetería, una entrada principal y la sala de control de vuelos. El diseñador de producción Arthur Max describe el edificio como «una innovadora obra de arquitectura de primera categoría. Se trata de una estructura geodésica de una escala descomunal con montones de cristales y hormigón y unas maravillosas persianas que se abren y cierran con motores. Tenemos un control total del nivel de luz. El edificio es una bendición del cielo. Costaría una fortuna construir un conjunto de escenarios como éste en un estudio de grabación.

 

Para maximizar la flexibilidad, se montaron paredes simuladas de hormigón sobre ruedas para configurar rápidamente todos los diseños de oficina en los espacios abiertos del edificio. El resplandeciente, futurístico y curvilíneo cristal exterior del Whale también sirvió como la sede de próxima generación de la NASA.

La joya de la corona es, sin embargo, la sala de control de misiones, el centro de comunicaciones de la NASA. Cuenta con una pantalla central gigante, rodeada de más de una docena de pantallas más pequeñas, que muestra información e imágenes de vital importancia que la NASA registra a cada momento. Estas imágenes provienen de satélites, naves de reconocimiento en órbita, sondas y de la Estación Espacial Internacional. Es en esta sala de control en la que Mindy Park descubre que Watney sigue con vida y en la que, meses después, los líderes de la NASA ordenarán y dirigirán el lanzamiento del cohete de rescate.

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En vez de utilizar un croma en el que se vean los monitores de la sala de control y añadir más tarde las imágenes, Ridley Scott prefiere ver los gráficos mientras se graba, utilizándolos como fuentes de luz y permitiendo a los actores reaccionar a las imágenes en tiempo real. La empresa británica Territory (‘Espías’, ‘Misión imposible: Nación secreta’) fue contratada para trabajar con la artista gráfica Felicity Hickson en la gran cantidad de gráficos, imágenes de satélite de alta resolución y rodajes de la NASA.

En efecto, la NASA fue un colaborador clave, asesor y consejero durante todo el proyecto, desde el guión hasta el rodaje principal. El productor Mark Huffam recuerda sus llamadas a la NASA durante la primera reunión de producción con Ridley Scott y afirma sentirse «encantado de que conocieran el libro y se mostraran tan entusiastas con la idea de una relación de puertas abiertas e intercambio de ideas gratuitas».

La producción obtuvo permiso para grabar lanzamientos de cohetes en Cabo Cañaveral, incluido el del Orion en diciembre de 2014, una nave de nueva generación diseñada para llevar personas al espacio exterior como un primer paso hacia la exploración de Marte. El Orion fue enviado a órbita con un tributo a Ridley Scott: la primera escena que grabó el director de Mark Watney, en la portada del guión, con las atrevidas declaraciones del astronauta: «Voy a sacar el máximo de toda la jodida ciencia de este planeta».

La colaboración con la NASA comenzó con Bert Ulrich, el enlace de cine y televisión de la agencia y después se expandió para incluir, entre otros, al Dr. James Green, director de la división de Ciencias Planetarias y a Dave Lavery, de la oficina de Marte, que trabajaron como asesores técnicos del guión y la producción.

 

Ulrich afirma que la novela de Andy Weir, que es ahora una recomendación no oficial para leer en el Centro Espacial Johnson y la cantidad de documentación realizada por el aclamado Ridley Scott han resonado con fuerza dentro de la agencia mientras prepara su viaje a Marte.

«La ciencia ficción, especialmente en películas, siempre ejerce influencia en la ciencia real», asegura Ulrich. «Creo que tanto el arte como la ciencia surgen de aspectos similares de creatividad, curiosidad y visión».

Los diseños de producción de Arthur Max empezaron a arraigar en una larga visita al Centro Espacial Johnson, guiada por el Dr. Green, la cual supuso una inmersión sobre las necesidades de llevar a un ser humano a Marte. Max también visitó los antiguos centros de control del Mercury y el Apolo, así como el centro actual, que dirige las misiones del espacio y monitoriza la Estación Espacial Internacional.
«Combiné algunos de los elementos que vimos en la NASA y, a partir de ahí, me fui hacia el futuro con el diseño, para crear lo que pensamos que podría ser su próximo centro de control«, explica Max. «La nasa fue increíblemente generosa no sólo dándonos grandes recursos y ayudas, sino también aprobando todos nuestros diseños».

Después de grabar en los escenarios de la NASA de Max en The Whale, la producción se trasladó a un complejo de edificios de 100 acres llamado Hungarian Expo, donde se construyeron los escenarios de las oficinas del JPL, el laboratorio y el garaje.

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La grabación en la Hungarian Expo concluyó a finales de noviembre, en las que se grabó al resto de los miembros del reparto: Ejiofor, Daniels, Wiig, Bean, Davis, Wong y Glover. Después de una breve interrupción, comenzó el rodaje en el Marte de los estudios Korda, donde se llevaron a cabo las grabaciones de las distintas tramas de Watney y los astronautas.

Damon afirma: «Creo que antes de llegar yo a Korda ya había concluido el rodaje de 54 actores».
Debido a las tramas de los personajes, los horarios de Damon sólo se solapaban con los de Chastain y los demás astronautas durante tres días a mediados de diciembre; y después, de nuevo con Chastian durante un par de días más en febrero.

«Con ésta, Matt y yo hemos hecho dos películas juntos (la otra fue ‘Interstellar’), y sólo hemos trabajado juntos en el escenario durante una semana», asegura Chastain.

Toda la tripulación de la Hermes aparece junta en la terrible tormenta de arena de Marte que da el pistoletazo de salida a la película. Lejos de fiarse de los efectos especiales, Ridley Scott quería que la tormenta pareciera real y así la sintieran tanto los actores como la audiencia. Se grabó en el escenario exterior de Marte del colosal escenario 6 durante un periodo de tres días, en la que hubo ventiladores gigantes, polvo espeso, poca visibilidad y mucha tierra. El primer día de tormenta llevó a todo el mundo al límite.

«El día más duro de mi carrera», recuerda la diseñadora de vestuario Jany Yates. Y Damon añade: «Fue como andar en un huracán».

Ni siquiera las máscaras evitaron que el polvo y la tierra les entrara en los ojos, en las orejas y en la boca. Las partículas conseguían introducirse por las tomas de aire de los cascos espaciales de los actores, causando problemas de respiración. Entre toma y toma, los ayudantes se apresuraban a quitarles los cascos a los actores para que pudieran respirar mejor.

«Ven a Marte a pasar un buen rato», bromea Michael Peña con la boca llena de polvo. «Llegué al escenario con el traje puesto pensando: ‘Qué guay, soy un astronauta, es una escena impresionante. Esto es lo que significa estar en una película de Ridley Scott. ¡Me voy a salir!’ Y de repente me encuentro luchando contra el viento, intentando respirar y no caerme y pasa a ser algo parecido a: ‘mierda, espero no haber estropeado la escena'».

«Bautismo con fuego», añade Jessica Chastain. Grabamos la escena de la tormenta uno de los primeros días juntos y todavía no nos conocíamos bien. Estábamos, literal y figuradamente, tratando de encontrar la base de nuestros personajes mientras unas turbinas gigantes nos lanzan tierra y piedrecitas».

Aunque los actores a menudo se encontraban desorientados y apenas podían verse entre ellos en algunas ocasiones, siempre tenían las voces de los demás y la de Ridley en la cabeza. Los del departamento sonido instalaron unos pequeños intercomunicadores en los cascos para que se pudieran comunicar entre ellos y con el director. «Todo ello hizo que se convirtiera en una experiencia emocional surrealista», relata Kate Mara.

«Congeniamos enseguida entre todos porque con los cascos puestos no podíamos oír a los demás miembros del equipo, sólo a nosotros mismos», afirma Mara. «Empezamos a bromear y a contar chistes y eso hizo que nos uniéramos mucho. Algunos de ellos incluso eran un poco picantes. De vez en cuando nos olvidábamos de donde estábamos y preguntábamos: ‘Un momento, ¿Ridley nos está escuchando ahora?'»

El peso de los cascos y de los trajes, unos 18 kilos en total, eran un añadido al esfuerzo que ya tenían que realizar los actores para luchar contra la arena y los vientos de más de 100 kilómetros por hora.

Tanto los cascos como los trajes fueron creación de la diseñadora de vestuario Janty Yates y el especialista en trajes espaciales Michael Mooney. Los cascos tienen seis luces, que se operan individualmente con un pequeño mando a distancia de dos canales. En la mochila de soporte vital de los trajes hay un ventilador que envía aire a través de un tubo hasta el casco. De un espesor de uno a cuatro milímetros, los cascos fueron fabricados con un proceso de fundición al vacío por FBFX. Mooney los modificó para que fueran lo más ligero posible, unos 4 kilos, pero «debido a que por necesidad, no los podían aguantar con los hombros», afirma, «los cascos eran demasiado pesados para algunos miembros del reparto para llevarlos en días de 10 horas de rodaje».

Bajo los cascos, los astronautas llevan unos trajes naranjas y blancos mientras exploran la superficie del planeta. Son aerodinámicos y ajustados, aunque lo suficientemente maleables para permitir todos los movimientos.

Yates le enseñó un diseño de un prototipo inicial de un traje a Damon durante los primeros días de preproducción y el actor afirma que el resultado final fue «exactamente como lo diseñó. Mientras leía el guión iba pensando ‘la historia es genial y seguramente suponga tener que estar 80 días metido en unos trajes súper incómodos’. Pero al final resultó ser bastante cómodo, teniendo en cuenta que era tan ajustado como un traje de neopreno».

Antes del diseño de vestuario, Yates se reunió con un conservador del Smithsonian Museum de Washington D. C., que alberga una colección fascinante de trajes especiales que datan de los inicios del programa Mercury; y también realizó investigaciones en el Centro Espacial Johnson y el JPL. La experiencia la dejó cautivada.

Yates añade: «Pude ver los robots, les vi construyendo satélites… me sentía como si ya estuviera en una película de ciencia ficción. Me enviaron muchísimas imágenes que me fueron increíblemente útiles. Vimos los diseños de los trajes que planean utilizar para misiones que van más allá del año 2030

«Desde el principio, Ridley quería que los trajes espaciales fueran finos y les permitieran moverse bien, pero que a la vez quedaran bien visualmente. Los trajes de la NASA llevan el casco integrado, así que no servían para nuestros objetivos, así que tuvimos que cambiar el diseño. También tuvimos que hacer algunos cambios por razones estéticas y prácticas del rodaje, y creo que al final dimos con la tecla entre función y forma».

La forma tenía que ver con lo que se conoce como un traje EVA (actividad extravehicular), lo que se denomina un traje para el espacio exterior. (O a lo que Ridley Scott llamaba «soldado de infantería»). El traje EVA es voluminoso y pesado y se utiliza cuando se llevan a cabo actividades en gravedad cero fuera de la Hermes. El núcleo está hecho de fibra de carbono, con ocho anillos de acero de 3 mm atornillados que se agarran a los cables de las escenas peligrosas. Sólo el equipo de escenas peligrosas de Damon pesaba 25 kilos que, sumado al peso del traje y el casco, hacía que en algunas ocasiones tuviera que soportar 45 kilos extra.

Se emplearon más de una docena de personas para crear los cascos y los 15 trajes EVA.

Yates diseñó un tercer traje para los astronautas que ella misma describió como «un traje de viaje para sus actividades diarias a bordo de la Hermes. Son elegantes, entallados y cómodos y, como sólo tienen que llevarlos dentro de la nave presurizada, no necesitan sistemas de soporte vital».

Hermes aporta su propio soporte vital, manteniendo a la tripulación del Ares III durante el viaje de nueve meses a Marte. (La longitud del viaje puede variar dependiendo de las órbitas de los respectivos planetas). Hermes fue construida en los escenarios 2 y 3 de los estudios Korda, basándose en diseños de la Estación Espacial Internacional, que utiliza una serie de módulos interconectados. El exterior de la nave está equipado con paneles solares, oxígeno y compartimentos de almacenamiento de agua, aletas disipadoras de calor, módulos de comunicación y otros mecanismos de soporte vital.

Basada en los planos de diseño avanzados de la NASA, Hermes está propulsada por un motor de propulsión de plasma iónico, que Arthur Max afirma que nunca antes se ha visto en una película ya que la tecnología es de última generación. El diseño incorpora un largo brazo telescópico que mantiene el reactor emisor de calor a una distancia prudencial de la nave.

«Hemos intentado mantenernos fieles a la realidad práctica y a la tecnología de vanguardia a la vez que le dábamos una estética atractiva», explica.

Max creció en la era Sputnik, durante la intensa carrera espacial entre Estados Unidos y la URSS, y en su infancia estaba obsesionado con la ciencia. «Yo estaba en el club de cohetería y solíamos avivar el fuego de la cocina, a veces con resultados casi desastrosos», recuerda. «MARTE (The Martian) era mi oportunidad para reavivar mi interés por los viajes espaciales, a la vez que formaba parte del relato de una clásica historia de aventuras sobre un viaje hacia lo desconocido».

El reluciente interior blanco de Hermes es un guiño a ‘2001: Una odisea del espacio’. El interior se extiende desde la cabina de mando, por un largo pasillo que se estira hasta varias decenas de metros.  Aproximadamente a la mitad del pasillo hay una conexión con un túnel que se denomina el nudillo, que lleva a la sala de recreación. Dentro, una bobina que da vueltas, conocida como rueda giratoria, que gira a la velocidad suficiente para generar una fuerza centrífuga que simula los efectos de la gravedad.  Rudi Schmidt, científico de la Agencia Espacial Europea y asesor técnico en el escenario, explica que el primer experimento con la rueda de gravedad fue en las misiones Skylab de los años 70, un predecesor de la actual Estación Espacial Internacional.

«Es muy recomendable para los astronautas que se expongan a estos efectos gravitatorios para mantener la masa ósea y el sistema muscular intactos«, afirma Schmidt. «Teóricamente, la rueda gravitatoria puede generar casi la mitad de la fuerza de la gravedad en la Tierra, suficiente para los objetivos de salud».

La sala de recreación está equipada con bicicletas estáticas, cintas de correr y otro equipamiento de gimnasio. Construida en un plató separado del escenario 4 de Korda, se montó sobre un ascensor hidráulico que inclinaba la rueda gravitatoria hasta 30 grados hacia cada lado.

Para representar el movimiento de los astronautas a bordo del entorno de gravedad cero de Hermes, los actores tenían que llevar arneses con cables para levantarlos y que diera la impresión de que flotaban de un lado a otro. El coordinador de escenas peligrosas, Rob Inch, diseñó un enorme cuadrado en 2D con un sistema de manivelas, que se suspendía desde encima de Hermes y que les permitía llevar volando a los actores a cualquier lugar dentro de ese cuadrado. Los cables se conectan a una rueda que gira que está enganchada a la cintura y también a unos mangos en las piernas y los hombros. El sistema estaba informatizado y mecanizado, pero también requería que los miembros del equipo de escenas peligrosas tiraran de las cuerdas para crear un movimiento vertical e hicieran de titiriteros con los actores. El uso de manivelas y culatas de aluminio permitían el movimiento en todas direcciones, así como giros de 360 grados.

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«Tuvimos que trabajar mucho en las complicadas tomas para conseguir llevar a los actores por el pasillo a las otras habitaciones», afirma Inch. «Por ejemplo, en una escena teníamos que llevar a Jessica y Michael hasta el fuselaje principal y luego girar 90 grados a la derecha por un pasillo que lleva hasta la rueda gravitatoria. Y tenía que ser un movimiento fluido. Fue algo complicado y delicado.

Según el especialista de escenas peligrosas Leonard Woodcock, se necesitaban 150 metros de celosía, 90 metros de vías, 70 poleas y 400 metros de cuerda Tech-12 para construir la estructura. «Ni siquiera sé cuántos andamios necesitábamos», afirma. «Más de los que puedo contar».

Jessica Chastain se preparó para el trabajo en gravedad cero bailando en sus días libres para imitar los movimientos físicos de la ingravidez. Famosa por su meticulosa preparación, Chastain también pasó varios días visitando las instalaciones de la NASA y leyendo las vidas de los astronautas como Sally Ride.
“En ‘Interstellar’, la película del año 2014, mi personaje estaba siempre en la Tierra y recuerdo que durante la proyección pensaba lo divertido que habría sido para los coprotagonistas Matthew McConaughey y Anne Hathaway rodar las escenas del espacio”, explica Chastain. “Creo que sería genial interpretar a un astronauta. Un par de semanas más tarde supe que Ridley quería que interpretase a uno en ‘Marte’ (The Martian). Así que lo aposté todo. Visité el JPL y el Centro Espacial Johnson y vi unas cosas asombrosas. Entré en una aeronave y en una maqueta de una lanzadera espacial.

Chastain afirma que tuvo mucha suerte por poder pasar tiempo con la astronauta y química Tracy Caldwell Dyson, experta de la misión del vuelo STS-118 del transbordador espacial Endeavour en agosto de 2007, y que fue parte de la tripulación de la Expedición 24 de la Estación Espacial Internacional en 2010.

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Dyson informó a Chastain sobre los componentes técnicos y humanos de ser un astronauta. Chastain afirma que Dyson y otras mujeres astronautas son verdaderos modelos a seguir. “Ellas inspiran a las mujeres de todo el mundo para que realicen carreras de ciencias y matemáticas”, señala la actriz.
Otra parte favorita de la preparación de Chastain fue llevar gafas 3D Oculus y experimentar imágenes panorámicas de Marte tomadas por el robot Curiosity. “Me hizo sentir como si realmente estuviera allí”, afirma.

El robot Curiosity sirvió de modelo para el Rover de ‘Marte’ (The Martian), aunque este último es incluso más grande y estilizado. Basado en los diseños de Arthur Max y supervisado por Oliver Hodge, el Rover de seis ruedas y de gran altura posee una cabina en forma de trapecio y un chasis construido por Szalay Dakar, un equipo de ingenieros que construye coches de carreras para el exigente Rally Dakar.

Un equipo de 22 técnicos junto con 15 miembros de Szalay creó dos versiones a escala real del Rover. En esencia, el Rover es un vehículo agrícola todoterreno muy avanzado que va equipado con enormes neumáticos industriales diseñados para viajar por terrenos rocosos y complicados. El diseño incluye puertas de ala de gaviota hidráulicas, marchas de carrera y un motor diésel de dos litros, aunque el exterior está cubierto de paneles solares para simular que funciona con energía solar.

Glenn Marsh, técnico de vehículos de efectos especiales, afirma: “El motor propulsado por energía solar desempeña un papel importante en la trama, ya que limita la autonomía del vehículo a 40 kilómetros cada vez. Esto supone un nuevo problema para Mark Watney cuando tiene que hacer un viaje épico para llegar a su punto de partida para un posible intento de rescate”.

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Los paneles y las escotillas del Rover fueron diseñados para una extracción rápida y sencilla con el fin de facilitar la inserción de cámaras 4K en el interior, que capturan la comunicación de Watney con la NASA y proporcionan imágenes interiores del astronauta conduciendo el vehículo.

Como Marsh explica, el Rover se diseñó para circular por terrenos abruptos y se probó en una cantera de Hungría antes del rodaje en Jordania.

Antes de eso, el Rover se había utilizado en varias tomas en el paisaje de Marte del escenario 6. 4.000 toneladas de tierra y otros materiales se destinaron a la creación de una paleta topográfica que se correspondería con la del desierto Wadi Rum de Jordania. Arthur Max señala que Wadi Rum es asombrosamente similar a Marte en sus tonos rojizos anaranjados y que el objetivo es conseguir una integración perfecta del escenario y de los efectos visuales del lugar.

El encargado del croma, Roger Holden, mezcló tres tipos de tierra húngara a máquina y a mano para encontrar el color exacto. Mientras la superficie del plató de Marte se estuvo perfeccionando durante un período de dos meses, Holden estuvo cultivando las patatas que siembra y cuida Watney en el habitáculo. Holden cultivó patatas cortadas por la mitad siguiendo los mismos procedimientos que se ven en la película.

«Construimos una guardería en el estudio con un entorno completamente artificial, incluyendo la iluminación, la calefacción y la fertilización”, aclara Holden. “Nuestro proceso de fertilización fue, sin embargo, mucho menos difícil que el de Watney. En total, Holden cultivó alrededor de 1.200 patatas, con una media de unas ocho patatas por planta.

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Alrededor del paisaje bien cuidado de Marte de Holden en el escenario 6, estaba, posiblemente, el croma más grande jamás montado. Con una longitud de 95 de metros de largo y 20 de alto, el croma abarca unos 6.400 metros cuadrados de superficie. Matt Sloan, supervisor de efectos visuales, explica que “a Ridley le gusta tener mucho margen y nosotros tenemos un telón de fondo de 360 grados en este escenario, donde podemos añadir tomas de escenarios de Wadi Rum, así como de cielos y lunas sobre el horizonte”.

Para poder emparejar las fotografías de escenarios con el rodaje posterior en Jordania, Sloan y su equipo estudiaron gráficos de la trayectoria solar en Wadi Rum para que él y el director de fotografía Dariusz Wolski (ASC) siempre supieran la dirección correcta de iluminación. Wolski empleó una fuente de luz portátil que alcanzaba los 20 metros de altura, lo que le permitía elegir el ángulo apropiado de sol.

Tanto el departamento de cámaras como el de efectos visuales usaron una innovadora herramienta de referencia visual que proyecta en una pantalla portátil el fondo exacto que se verá desde cualquier plano, lo que ayuda muchísimo en el encuadre. Sloan comenta: “Si Ridley o Dariusz querían ampliar o extender un plano del escenario insonorizado sobre la pantalla verde, podían ver con exactitud qué efectos visuales aparecerían en la toma y qué elementos específicos del paisaje de Jordania serían visibles desde ese ángulo, como arbustos, formaciones rocosas, pequeñas dunas de arena, etcétera”.

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1 COMENTARIO

  1. La película tiene unos efectos fantásticos, pero el sol que ponen en Marte, cuando el astronauta sale al exterior, es demasiado grande. Desde Marte, el Sol queda más pequeño que desde la Tierra.

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