‘Baby Driver’: trepidantes persecuciones con la música como principal protagonista

‘Baby Driver’, con su mezcla de velocidad y música, es la nueva explosión electrizante del director y guionista Edgar Wright, un thriller de acción que mezcla géneros como ningún otro.

En el filme, Ansel Elgort es Babyun conductor de cara inocente que lleva a criminales del punto A al punto B, con aire temerario y una banda sonora propia en su cabeza. Eso es porque tiene la ruta de escape trazada al ritmo de canciones específicas que salen de su iPod, directas a sus oídos y que convierte en giros de 180 grados expertamente sincronizados, cambios de marcha y maniobras de evasión haciendo que sus pasajeros, ya curtidos en riesgos, vivan el viaje de sus vidas.

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Baby trabaja para Doc (Kevin Spacey), un pez gordo en racha asaltando bancos a plena luz de día, en parte gracias a la pericia al volante de Baby. Doc cuenta con otros profesionales como Buddy (Jon Hamm), antiguo agente de bolsa convertido en criminal, Darling (Eiza González), la joven desenfrenada y escandalosa cómplice de Buddy, y Bats (Jamie Foxx), un impulsivo pistolero cuyas sospechas sobre Baby, tanto de su actitud como de su aptitud, empiezan a generar problemas en la operación.

La apariencia de Baby, las gafas de sol, su indiferencia y los auriculares que siempre lleva, pueden sugerir que el trabajo le viene grande, pero nadie le iguala cuando se trata de persecuciones. Y aún así la turbia demanda de su don, y lo que está haciendo con él, empieza a hacer mella en su sentido del bien y del mal, especialmente cuando se enamora de la dulce camarera Débora (Lily James), pero un trabajo condenado a la perdición amenaza su oportunidad en el amor y la felicidad alejado de su arriesgada profesión.

Escrita y dirigida por Edgar Wright, ‘Baby Driver’ está producida por Nira Park de Big Talk Productions, y Eric Fellner y Tim Bevan de Working Title Films. Los productores ejecutivos son Adam MerimsJames BiddleRachel PriorLiza Chasin y Michelle Wright.

El filme está protagonizado por Ansel Elgort (‘Bajo la Misma Estrella’), Kevin Spacey (‘House of Cards’), Lily James (‘La Cenicienta’), Jon Bernthal (‘El Castigador’), Eiza González (‘Abierto Hasta el Amanecer’), con Jon Hamm (‘Mad Men’) y Jamie Foxx (‘Noche de Venganza’).

Para el equipo de producción creativa Wright junta a un grupo de colaboradores nuevos y viejos de gran octanaje. El director de fotografía nominado a un Emmy Bill Pope junto con el diseñador de producción de confianza de Wright, Marcus Rowland, el editor Paul Machliss, y otros nuevos colaboradores como la diseñadora de vestuario Courtney Hoffman, el supervisor de efectos visuales Stuart Lashley, y el coordinador de dobles Darrin Prescott.

‘Baby Driver’ es una producción de TriStar Pictures y MRC. La cinta ha sido rodada en la ciudad de Atlanta y en sus inmediaciones y tiene una duración de 1 hora y 53 minutos.

Es molón pero algo ingenuo. Joven pero mayor de espíritu. A veces algo graciosillo pero muy centrado cuando es necesario. Increíblemente bueno en su trabajo pero no siempre consciente de las repercusiones de lo que hace. Ese es Baby, interpretado por Ansel Elgort, un personaje creado por Edgar Wright para que el espectador mire a través de los ojos de un criminal, pero que también experimente las verdaderas consecuencias de ese mundo.

La película empieza con el sueño de ser conductor experto en fugas, pero rápidamente se convierte en la pesadilla de ser un criminal” dice Wright. “La persecución que abre la cinta está organizada con una precisión de pieza de relojería. Todo funciona a la perfección. De repente las cosas empiezan a torcerse y no tardan en aparecer consecuencias sangrientas. Nubes de tormenta se han ido acumulando a lo largo de la película. En cualquier momento la suerte de Baby se va a acabar”.

El Baby que conocemos al principio de la película, escondido tras unas gafas de sol, enchufado al iPod y un diablo al volante, es probablemente el mejor aprendiz de una banda de la historia. “Este niño es un crack, pero no es el núcleo duro de la banda” dice Wright. “De hecho se sienta lo más alejado posible de ellos porque no quiere ser parte del grupo. Piensa, erróneamente, que puede ser el conductor pero no un criminal. Tipo, ‘Yo sólo soy el mensajero. No tengo nada que ver con lo que se está cociendo’. Las escenas de acción son el día a día de Baby y creo que muchas personas en trabajos parecidos se acaban protegiendo con un personaje que crean. Después cuando llegan a casa son totalmente distintos”.

Cuando Wright empezó a esbozar el papel se imaginó al tipo duro y silencioso que personifica Clint Eastwood y Steve McQueen, pero con la tensión que aparece al pensar que puede que todo sea una máscara. “Le conoces y es el tipo duro en su trabajo, e inmediatamente después empiezas a conocer al verdadero niño que hay dentro. Es una interesante antítesis, que sea tan bueno en un trabajo que no debería estar haciendo”.

La música que guía a Baby es, según Wright, un indicativo de su doble personalidad. Poner a todo trapo sus canciones favoritas mientras hace su trabajo es muy guay, pero en realidad oculta un lesión. “Tiene un defecto en el oído, acúfenos, unos pitidos constantes causados en un accidente de tráfico cuando era pequeño” dice Wright. “Lo que resulta en que no quiera hablar mucho, ya que la gente con defectos en el oído se puede sentir más cohibida al hablar. Aunque la verdadera razón es que con la música parece amortiguar los pitidos de los acúfenos. Empieza siendo algo que le da seguridad y acaba convirtiéndose en pura obsesión. Tiene que ponerle una banda sonora a su vida literalmente, porque en realidad no puede hacer nada si no suena la canción correcta”.

Su padre adoptivo (CJ Jones), que es mayor y sordo, le anima a escapar de esa vida. Cuando conoce a la simpática y preciosa camarera Débora (Lily James) esta sensación se acrecienta y descubre cuanto mejor su vida podría ser. Así que Baby tiene que dar el paso y decide cortar relaciones con su profesión. ¿Pero a qué coste? “Simplemente me gusta la idea de que un personaje tenga que elegir entre algo que se le da muy bien o lo que en realidad quiere llegar a ser” dice Wright.

Para una película alimentada por la música, y cuando está elegida por su protagonista especialmente, no sorprende que Wright hubiese elegido canciones mucho antes incluso de que hubiese escrito ni una sola palabra del guion. Temas como “Bellbottoms” de The Jon Spencer Blues Explosion, “Neat Neat Neat” de The Damned, “Brighton Rock” de Queen y “Hocus Pocus” de Focus sirvieron a Wright como inspiración para imaginarse secuencias totalmente coreografiadas. “La estructura de las canciones es lo que empieza a dar forma a cada escena” dice Wright. “‘Bellbottons’ tiene una introducción de dos minutos antes de que la canción realmente empiece, lo que encaja perfectamente con el tiempo que tiene que estar esperando un conductor en la puerta de un banco antes de fugarse. Entonces, a los dos minutos, es cuando la persecución empieza”.

Pero no solamente está coreografiada la acción dentro del coche, Baby también tiene un ‘número musical’ improvisado cuando va a por café por las calles de Atlanta, todo a ritmo de “Harlem Shuffle”, e incluso los tiroteos están sincronizados con ciertos temas. “El verdadero germen de la idea fue ¿cómo podía hacer una película de acción totalmente marcada por la música?” dice Wright. “La música es lo que motiva todo el resto”.

En este aspecto, encontrar al coreógrafo idóneo fue tan crucial como cualquier otro trabajo de la película, lo que llevó a contratar a Ryan Heffington. Ryan es más conocido por ser la mente detrás de los videoclips de Sia “Chandelier” y de Arcade Fire “We Exist”. Heffington aceptó encantado el reto de unirse al equipo de Wright para coreografiar por primera vez actores y equipo en su primer largometraje. Su compañero en todo el proceso como asistente de coreógrafo fue Ryan Spencer, quien hizo su debut a los tres años y empezó su andadura profesional por libre a los 15 años, actuando y coreografiando a nivel nacional e internacional.

Edgar es muy preciso en lo que quiere y conoce hasta el más mínimo detalle de la película, aunque es capaz de confiar en el equipo que ha juntado y darme margen para trabajar, lo que le convierte en un gran colaborador y un director increíble” explica Heffington.

Elgort, junto con sus seis colegas atracadores, tenía algo de experiencia en música y coreografía, algo que los productores tuvieron muy en cuenta cuando eligieron al reparto. “En las pruebas, los actores y actrices sabían que no sólo tenían que tener talento musical sino que tenían que ser capaces de aprender la coreografía bien” explica Park.

Todos los actores trabajaron muy duro con las coreografías de sus escenas, aunque en el resultado final parezca que todo ha sido fácil. Creo que parte de mi trabajo es hacer que el resultado parezca fácil y al alcance de todos” añade Heffington.

Para Elgort la música de la película se convirtió en una extensión del personaje, de alguien que se maneja en su propio universo. “Baby no tiene ordenador. Está totalmente fuera de onda, así que la música que escucha la consigue de los iPods de distintas personas. Y es por eso por lo que tiene una banda sonora que es tan diferente y única” dice Elgort.

Elgort explica que mucha de la música no la había escuchado nunca, pero que todo el conocimiento enciclopédico que Wright le mostró le sirvió como entretenimiento extra. “Musicalmente hablando la película toca todos los palos y eso es muy divertido. Va a mantener al espectador en vilo” dice Elgort.

Aprovechándose de su experiencia como dj, Elgort aclara, “Un dj verdaderamente bueno es aquel que puede hacer que la gente se mueva sin tener que poner sólo temas de éxito, y para esta banda sonora no sólo se han juntado éxitos. Son una serie muy ecléctica de álbumes que son una pasada”.

Va a ser una película como ninguna otra. No es un musical. Es un nuevo género que incluye una historia de amor y acción, persecuciones, violencia y baile. Es para todos los gustos, y tiene unos actores brillantes como guinda del pastel” concluye Heffington.

Era esencial una gran precisión en la conducción para hacer de ‘Baby Driver’ una historia trepidante, pero también la mejor coreografía de acción, los coches correctos y el perfecto equipo de dobles. Wright y tres artistas gráficos empezaron a esbozar la secuencia de la persecución dibujo a dibujo, para luego animarla y tener una idea general de cómo podría ser el resultado final. “Esas animaciones se aproximan bastante a la película terminada” dice Wright. “El siguiente paso fue trabajar con el director de fotografía, el equipo de dobles y el de efectos especiales. ¿Qué partes requieren un especialista? ¿Cuáles pueden hacerlas los actores directamente? ¿Qué equipo utilizar en cada secuencia?”

Lo que Wright se negaba era a simplificar la escena, significando esto que tendrían que grabar con múltiples cámaras y acabar con millones de metros de película, para acabar atando cabos en la sala de edición. “Las animaciones se convirtieron en una increíble guía, ya que con ellas sabíamos cuantas tomas necesitábamos para cada secuencia” explica Wright. “Todo se resumía en optimizar recursos”.

Otra de las decisiones más importantes que tomo Wright fue la de hacer persecuciones a la luz del día, pues añaden una tensión extra por los choques. Además, los atracos a bancos se suelen hacer de día. “Probablemente sea mucho simple hacer una persecución de noche por una autopista, ya que es más fácil cerrar ese tramo de carretera. Hacerlo a plena luz del día lo complica todo mucho, pero hace que sea mucho más impresionante”.

Cuando se pararon a decidir qué coches usarían, Wright tenía claro que no quería coches caros o tuneados, quería coches que fuesen prácticos a la hora de atracar un banco. Sean Ryan, responsable de los coches, explica que toda persecución en pantalla “tiene que ser grandiosa, pero sobretodo parecer real. Wright estuvo investigando cuáles eran los coches más robados en los Estados Unidos y esto fue determinante a la hora de elegirlos para la película. Hay más de 150 coches en este proyecto y cada uno de ellos tiene su función específica. Todo este proceso de selección acabó siendo como el desarrollo de un personaje en los ojos de Edgar”.

Para el primer atraco se decidió que el coche sería un Subaru WRX. “Edgar tenía clarísimo que quería usar este coche por su sobresaliente manejabilidad, es rápido y ágil. Este es el tipo de coche con el que puedes escapar de la escena del crimen lo más rápido posible” dice Ryan. “Es como un coche de rallys” añade Wright, citando su investigación sobre el tema.

Una vez decidimos qué vehículos usaríamos, tuvimos que determinar qué trucos tendría que hacer cada uno y por tanto sus diferentes características mecánicas. Por ejemplo, teníamos cuatro Subarus. Uno de ellos tenía que tener tracción a las cuatro ruedas para acabar haciendo un trompo de 270 grados donde las ruedas traseras se bloqueasen, pero luego se tenían que poder desbloquear las delanteras para que cuando el conductor cambiase la marcha atrás el coche tirase” explica Ryan. Y continúa entre risas “es todo muy técnico”.

Para los otros atracos Wright fue igual de exquisito. Eligió un Chevy Avalanche para el segundo, que encima tenía que poder subir un muro de ladrillo, y un Mitsubishi Galant para el último atraco. “Tuvimos que hacer muchos cambios y puestas en marcha con estos coches para que hiciesen todo lo que Edgar esperaba de ellos” explica Ryan.

Para el personaje de Kevin Spacey se eligió un Mercedes-Benz S550, un modelo que le queda como un guante a un pez gordo, aunque no de la talla en manos de Baby. De cualquier forma, para hacer todo lo que querían que hiciese tuvieron que manipular el sistema de ordenador que lleva incorporado, ya que está programado para corregir la trayectoria cuando se descontrola. “Hay una escena en la que el coche hace un derrape increíble en un parking. Le metemos bastante caña a este coche” recuerda Ryan.

Siempre que fuese posible, eran los propios actores los que conducían. A principio de 2016, antes de empezar con la producción, Ansel Elgort y Jon Hamm empezaron el entrenamiento para conducir, todo bajo la supervisión de Darrin Prescott y Jeremy Fry, los coordinadores de dobles. El objetivo era prepararles para las escenas donde el espectador pudiese ver las caras de los actores. “Estuvieron trabajando juntos intermitentemente durante un mes intentando enseñar a Ansel lo que los coches podían hacer y cómo conducirlos”. Después de su tiempo como conductor especialista, Elgort bromeaba comentando que aunque conduce un Tahoe en la vida real, está preparado en todo momento para un Subaru, ¡ahora que sabe lo que puede hacer con uno!

De cualquier forma, lo que realmente fue complicado de coreografiar fueron las persecuciones de coches. “Primero empezábamos con una pre-visualización de las localizaciones en la que medíamos el espacio y hacíamos una réplica en el aparcamiento del circuito de carreras de Atlanta. Entonces condujimos por el recorrido exacto con los coches que Edgar quería usar porque necesitábamos saber cómo se movían y el tiempo que tardaban”.

Los cambios y las maniobras del coche tenían que coincidir con las notas de la canción usada en la escena, y esa canción no se iba a hacer más larga o más corta, así que teníamos que clavar los tiempos” continúa Prescott.

Con respecto a los trucos que los conductores especialistas tenían que hacer algunos nunca se han visto antes en la gran pantalla, incluido el peligroso movimiento conocido como “180 dentro y 180 fuera”. “Muchos directores harían algo así en un gran aparcamiento de coches y recrear los edificios por ordenador, pero por supuesto Edgar quería que todo se hiciese in situ” explica Prescott.

El hombre detrás del volante para ese truco fue Fry, quien ha conducido en algunas de las mejores escenas de persecuciones de la gran pantalla. “Completamos la maniobra en un callejón estrecho del centro de Atlanta. La escena requería que el coche fuese a toda mecha por el callejón y hacer un giro de 180 grados a toda prisa entre dos edificios y después volver a hacer otro 180 para salir de él, y puedo decir que lo bordó” presume Prescott.

El actor Jon Bernthal, cuyo personaje se ve envuelto en varias de estas espeluznantes situaciones, lo expresa de forma concisa: “Es mejor que una montaña rusa” dice entre risas.

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