Cantabria busca posicionarse como destino clave para el audiovisual en España y a nivel internacional, pero aún es necesario que las instituciones y la sociedad entiendan que se trata de una verdadera industria capaz de generar empleo y riqueza. La novena edición del Festival de Cine de Santander (FCS) acogió la mesa de debate ‘Cantabria como destino audiovisual’ dentro de las actividades de industria.
En la mesa, patrocinada por la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE) y organizada conjuntamente por el certamen y Audiovisual451, han participado Víctor Lamadrid, director de la film commission de Cantabria; la productora Meri Ingelmo; el director Manuel Gutiérrez Aragón y el productor Cristóbal García. Los ponentes han coincidido en que uno de los grandes desafíos para atraer producciones a Cantabria son los incentivos fiscales, pero destacan que, a diferencia de otras comunidades autónomas, Cantabria ofrece cercanía y profesionales que facilitan el trabajo, a lo que se suma que está virgen, y eso es un valor.

Más allá de ser escenario de películas, Cantabria debe ser el lugar donde se desarrollen historias propias
Todos los participantes han resaltado los valores de la región cántabra, que ha sido calificada como “un plató de ensueño”, por poseer escenarios asombrosos que cautivan a productores y realizadores y en los que el paisaje se convierte en un protagonista más, pero se necesitan estrategias a largo plazo para potenciar esto y que más allá de ser escenario de películas, sea el lugar en el que se desarrollen historias propias.
Víctor Lamadrid ha explicado la labor que desarrolla la entidad desde 2013, centrada en tres pilares: atraer rodajes a la región, ofrecer apoyo integral a producciones de cualquier escala y fomentar el crecimiento del sector local. “Queremos que nuestro crecimiento sea sostenido y sostenible, no se trata solo de atraer grandes rodajes que se marchan sin dejar huella, sino de generar desde dentro una base sólida que permita que el talento local brille”, señaló y añadió que se han puesto en marcha ayudas a largometrajes, desarrollo y producción, además de programas formativos y acuerdos con festivales como San Sebastián o Málaga, pues “sabemos dónde estamos y hacia dónde queremos ir”.

Para Cristóbal García, productor de La Terraza Films (‘Segundo premio’), un objetivo ambicioso es que la región no solo sea escenario de películas, sino también el lugar donde se desarrollen historias propias. “Me encantaría rodar una película que suceda en Santander de verdad, que no sea solo un lugar de paso. Ese sería el siguiente gran paso para el cine cántabro”, sostuvo.
Meri Ingelmo, de la productora Las Hermanísimas, en marcha desde hace cinco años, la comunidad ofrece ventajas competitivas claras: “Aquí los permisos son más rápidos, los costes más bajos y las distancias mínimas, es un lugar ideal para rodar. La gente se sorprende cuando ve localizaciones como la playa de la Arnía o el Pinar de Liencres, tenemos un diamante en bruto que empieza a ser reconocido”.
Sin embargo, destacó que aún falta que las instituciones y la sociedad entiendan el audiovisual como una verdadera industria capaz de generar empleo y riqueza.
“Movemos mucho dinero en técnicos, localizaciones y servicios, necesitamos que se nos tome en serio y se nos dé espacio para crecer, nadie se ha fijado realmente en nosotros”, aseveró.
El director de cine, guionista y escritor español Manuel Gutiérrez Aragón, nacido en Torrelavega, ha apuntado que actualmente Canarias y País Vasco siguen siendo territorios más competitivos por sus ventajas fiscales, al grado que son imbatibles, pero, aun así, Cantabria tiene un potencial propio basado en su flexibilidad y calidad de servicio. “Madrid, por ejemplo, es ahora un lugar infernal para rodar: mucho ruido, permisos complicados y tiempos largos; Cantabria, en cambio, ofrece cercanía y una gente que hace mucho más fácil el trabajo”.
Las plataformas han llevado los rodajes más allá de Madrid y Barcelona
La mesa también ha dejado claro que la irrupción de las plataformas de streaming ha sido clave para diversificar los lugares de rodaje en España, rompiendo con la histórica concentración en ciudades como Madrid y Barcelona. Según el productor cántabro Cristóbal García, antes de la llegada de servicios como Netflix, la mayoría de las producciones se desarrollaban en estos dos grandes polos y, sin embargo, el nuevo modelo de financiación y distribución que trajeron las plataformas ha abierto la puerta a grabar en localizaciones más diversas, favoreciendo a distintas regiones y generando impacto económico local.
“Hace mucho que no ruedo una película completa en Madrid o Barcelona. Mis últimas cinco o seis producciones se han repartido entre Valencia, Canarias, Sevilla y otros lugares”, explicó y anotó que este fenómeno se debe, en parte, a que las plataformas no tienen las mismas limitaciones financieras que los productores independientes, lo que les permite apostar por proyectos con mayor libertad a la hora de escoger escenarios y expandir la producción por todo el país.
El productor compartió un caso concreto que refleja este cambio: una película que, mediante los canales tradicionales, habría reunido un presupuesto aproximado de 4,5 millones de euros, Netflix, en cambio, decidió financiarla por completo con 8 millones, lo que les permitió rodar en ciudades como Vigo y París sin restricciones. “Hace diez años, algo así era impensable. Hoy, gracias a las plataformas, los rodajes llegan a lugares que antes no estaban en el mapa”, aseveró García.
El turismo cinematográfico impulsa la desestacionalización y posiciona a Cantabria como destino de rodajes
En la mesa redonda, también se resaltó que el turismo vinculado al cine y las series se ha convertido en una herramienta estratégica para desestacionalizar la actividad turística y dar visibilidad a zonas menos conocidas de Cantabria. Víctor Lamadrid recordó el caso de la serie ‘Gran Hotel’, emitida en Antena 3, que situó en el mapa al Palacio de la Magdalena y que, gracias a su aparición en la ficción, las visitas al emblemático edificio aumentaron un 70%, según datos compartidos en su momento por Susana de la Sierra, exdirectora del ICAA.

“El turismo cinematográfico tiene dos grandes ventajas: desestacionalizar el turismo y dar a conocer lugares fuera de los circuitos tradicionales, es decir, no solo atrae visitantes en verano, sino que puede generar viajes en cualquier momento del año”, explicó y añadió que este fenómeno permite descubrir lugares que de otra forma pasarían desapercibidos, citando como ejemplo la película ‘Diecisiete’, rodada para Netflix y producida por Atípica Films, que no solo mostró Cantabria en 190 países, sino que también provocó experiencias directas diversas.
Por su parte, Meri Ingelmo subrayó que el crecimiento de las plataformas ha cambiado la forma de rodar y de consumir contenidos, con un ritmo de producción mucho más acelerado. “Se está rodando constantemente porque se consume mucho. Eso ha hecho que entren grandes productoras de publicidad en el terreno de las series y películas, y que se diluya un poco el romanticismo que tenía el cine tradicional”, explicó.
Ingelmo, productora especializada en publicidad, subrayó que esta dinámica también ha generado nuevas oportunidades para Cantabria, ya que cada vez más productoras contactan para rodar en localizaciones singulares como el Palacio de los Hornillos o El Bolao. “Estamos empezando a aparecer en el mapa para las grandes productoras. Cada vez nos llaman más porque reconocen el valor de nuestras localizaciones. Es una oportunidad que debemos aprovechar”, manifestó.



