Ciudad de Madrid Film Office lanza su tercera guía ahora dedicada al ‘Eje Monumental. De Atocha a Plaza de España’

Ciudad de Madrid Film Office lanza su tercera guía esta vez sobre uno de los ejes neurálgicos de la ciudad, el Paseo del Prado y la Gran Vía, protagonistas de innumerables películas a lo largo de los años. Directores de todas las épocas y de diferentes procedencias han retratado sus espacios más icónicos y ubicado en ellas sus peripecias.

Tras la de ‘El Madrid de Edgar Neville‘ y la de ’21 películas para 21 distritos’, la guía ‘Eje Monumental. De Atocha a Plaza de España’, elaborada nuevamente por el grupo de investigación GeoCine para Ciudad de Madrid Film Office y el Foro de Empresas por Madrid, invita a recorrer estos dos ejes históricos de la ciudad a través de películas rodadas en ellos. Una invitación a explorar la ciudad a través del cine y descubrir el rico legado audiovisual que hace de Madrid una ciudad de película.

La importancia del Paseo del Prado y la Gran Vía en la vida de la ciudad y el incuestionable valor patrimonial de sus espacios y edificios han convertido ambos ejes en objeto predilecto de las miradas de cineastas de todas las épocas, decididos a capturar sus ritmos y sus transformaciones. Ambas avenidas conectan algunos de los lugares más icónicos de la ciudad, combinando patrimonio y modernidad.

'El día de la bestia'
‘El día de la bestia’

El Paseo del Prado es uno de los bulevares más antiguos y populares de Madrid. Delimitado por las glorietas de Atocha y de Cibeles, en el siglo XVIII Carlos III transformó el espacio en un paseo de jardines y fuentes ornamentales como las de Cibeles, Neptuno y Apolo, todas ellas diseñadas por Ventura Rodríguez. Entre los siglos XIX y XX se convirtió en la sede de varios de los edificios monumentales más importantes de la ciudad, como el Museo del Prado, el Banco de España o el Palacio de Cibeles, actual sede del Ayuntamiento de Madrid. Un valor histórico por el que actualmente es candidato a ser declarado Patrimonio de la Humanidad.

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Por su parte, la construcción de la Gran Vía entre 1910 y 1931 supuso el comienzo de la modernización de la ciudad. A lo largo de sus tres tramos, que unen la calle de Alcalá, la Red de San Luis, la plaza de Callao y la plaza de España, se pueden encontrar los primeros rascacielos del país, como el Edificio Telefónica, el Edificio Capitol o el Palacio de la Prensa, y edificios emblemáticos de las corrientes arquitectónicas en boga a comienzos del siglo XX en otras metrópolis europeas y americanas.

Con el fin de poner en valor el legado cinematográfico y urbanístico de ambas avenidas, la guía ‘Eje Monumental. De Atocha a Plaza de España’ propone un recorrido por los lugares emblemáticos del Paseo del Prado y la Gran Vía a través de más de 65 películas que las han utilizado como escenario de sus historias. La guía combina obras de diferentes décadas y géneros para ofrecer un retrato variado de la ciudad y el cine rodado en ella.

El recorrido comienza en la Estación de Atocha, puerta de acceso a la ciudad de muchos de los protagonistas del cine rodado en Madrid, como ‘La ciudad no es para mí’ (Pedro Lazaga, 1965), ‘Ese oscuro objeto del deseo’ (Luis Buñuel, 1977) o las internacionales ‘El ultimátum de Bourne’ (Peter Greengrass, 2008) y ‘Los límites del control’ (Jim Jarmusch, 2009). En el exterior, en la plaza del Emperador Carlos V, el antiguo ‘scalextric’ que se elevaba sobre la glorieta de Atocha aparece visible en películas como ‘Enseñar a un sinvergüenza’ (Agustín Navarro, 1970) y ‘Operación Ogro’ (Gillo Pontecorvo, 1979).

La guía invita a detenerse en el Museo del Prado y seguir las andanzas de Rita Hayworth y Rex Harrison en ‘Los alegres ladrones’ (George Marshall, 1961), decididos a robar uno de los cuadros de Velázquez que se exhiben en la pinacoteca. Pero también las peripecias de Manuel, el celador del Museo interpretado por Gabino Diego, en su empeño por salvar un autorretrato de Goya en ‘La hora de los valientes’ (Antonio Mercero, 1998).

A través de las películas de la guía se puede cruzar la plaza de Cánovas del Castillo y su fuente de Neptuno a lomos de ‘El último caballo’ (Edgar Neville, 1950), montado en ‘El cochecito’ (Marco Ferreri, 1960) o sobre el llamativo deportivo rojo que trae de cabeza a Glenn Ford en ‘Empezó con un beso’ (George Marshall, 1959).

La emblemática plaza de Cibeles aparece en películas tan dispares como la sátira española ‘Patrimonio Nacional’ (Luis García Berlanga, 1981), la película de acción hongkonesa ‘Operación Cóndor: La armadura de Dios II’ (Jackie Chan, 1991) o el drama histórico ‘Las trece rosas’ (Emilio Martínez-Lázaro, 2007), donde fue recreada en estudio para poder adecuar la fuente a su situación durante la Guerra Civil. Tampoco falta en la guía una referencia a ‘Manolo, guardia urbano’ (Rafael J. Salvia, 1956), en la que Manolo Morán manejaba el tráfico con tal diligencia y simpatía que el director hollywoodiense Jean Negulesco volvería a recuperar al personaje para un cameo en ‘En busca del amor’ (1964).

La confluencia de la calle Alcalá con Gran Vía, coronada por el Edificio Metrópolis, y la Red de San Luis, con el imponente Edificio Telefónica siempre a la vista, aparecen en películas como ‘Historias de la radio’ (José Luis Sáenz de Heredia, 1955) o ‘El mundo sigue’ (Fernando Fernán Gómez, 1963), en las que se puede observar el antiguo templete de granito que daba acceso al metro de Gran Vía, obra del arquitecto Antonio Palacios.

Las películas incluidas en la guía también permiten acercarse la Plaza de Callao desde diferentes perspectivas. Puede verse desde el cielo en ‘El misterio de la Puerta del Sol’ (Francisco Elías, 1929), la primera película sonora española, cuyos personajes, a pesar estar enfrascados en una carrera contrarreloj, aprovechan que su avión está sobrevolando la ciudad para deleitarse con unas espectaculares vistas aéreas de la Gran Vía y de otras zonas céntricas de Madrid. En ‘La flor de mi secreto’ (1995), Pedro Almodóvar ofrece unas vistas privilegiadas de la plaza desde el ático del Palacio de la Prensa en el que vive el personaje interpretado por Juan Echanove. Y también podemos asomarnos a ella desde el Edificio Carrión, concretamente colgados de su icónico letrero de Schweppes, como hacen los protagonistas de ‘El día de la bestia’ (Álex de la Iglesia, 1995) en una de las escenas más icónicas del cine español.

La flor de mi secreto
‘La flor de mi secreto’

La guía invita a recorrer el ajetreado tramo final de la Gran Vía, entre Callao y Plaza de España, a ritmo de tonadilla junto a las ‘Las chicas de la Cruz Roja’ (Rafael J. Salvia, 1958), o bajo la melandólica mirada del detective encarnado por Alfredo Landa en ‘El crack dos’ (José Luis Garci, 1983). Pero también a visitarla tranquila y de noche en ‘Solos en la madrugada’ (José Luis Garci, 1978), y completamente vacía en ‘Abre los ojos’ (Alejandro Amenábar, 1997)

La plaza de España, con su monumento a Cervantes en el centro, ha sido escenario de los encuentros románticos de los protagonistas de ‘El día de los enamorados’ (Fernando Palacios, 1959) y ‘En busca del amor’ (Jean Negulesco, 1964). Es posible observarla desde las alturas de un recienemente inaugurado Edificio España en ‘La ironía del dinero’ (Edgar Neville, 1957) y desde uno de los pisos más altos de la Torre de Madrid en ‘La venganza’ (Stephen Frears, 1984). También desde uno de esos pisos su valentía la protagonista de ‘Maravillas’ (Manuel Gutiérrez Aragón, 1981), andando por la barandilla de la terraza con la ciudad mostrándose imponente al fondo.

Guía ‘Eje Monumental. De Atocha a Plaza de España’

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