Edmon Roch, productor de ‘El pacto’: «David Victori tiene una extraordinaria capacidad para crear atmósferas»

Máximo responsable de Ikiru Films y productor de ‘El pacto’

‘El pacto’, la ópera prima de David Victori, se estrena en cines este viernes, 17 de agosto. La película, protagonizada por Belén Rueda junto a Mireia Oriol y Darío Grandinetti, y producida por Sony Pictures International Productions, Edmon Roch (Ikiru Films), Jordi Gasull (4Cats Pictures) y El Pacto La Película AIE, llegará a nuestras pantallas de la mano de Sony Pictures Entertainment Iberia. ‘El pacto’ cuenta con la participación de TVE, TVC, Movistar+ y Vodafone así como con el apoyo del Gobierno de España (ICAA) y de la Generalitat de Catalunya (ICEC).

Edmon Roch

Tras el estreno en febrero de ‘El cuaderno de Sara’, el productor Edmon Roch encadena durante el verano la promoción de esta película con la de su próximo proyecto, ‘Yucatán’, el nuevo filme de Daniel Monzón que llegará a los cines el próximo 31 de agosto, tan solo dos semanas después del estreno de ‘El pacto’. Entre sus futuros proyectos, destaca la tercera parte de la saga animada ‘Las aventuras de Tadeo Jones’, el rodaje de la nueva película de Salvador Calvo, ‘Un mundo perdido’, así como el desarrollo de una serie para Movistar+, bajo el título de ‘Justo antes de Cristo’. A su vez, el productor de las dos entregas de ‘Tadeo Jones’ y de películas como ‘Atrapa la bandera’ y ‘El Niño’, participa en otras tres películas de menor tamaño que ahora mismo se encuentran en fase de postproducción.

El realizador David Victori se dio a conocer como ganador del Festival de Cortometrajes de YouTube en 2012. Este premio le llevó a rodar ‘Zero’, un proyecto producido por Ridley Scott y Michael Fassbender, que le convirtió en uno de los directores jóvenes más interesantes a nivel internacional.

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Ahora presenta su primer largometraje, cuyo guion firma junto a Jordi Vallejo. «La semilla argumental de esta película se le ocurrió a mi padre unos meses después de la muerte de mi hermana (su hija)» ha comentado el propio Victori.

Una mañana, Clara (Mireia Oriol), la hija adolescente de Mónica (Belén Rueda) desaparece en extrañas circunstancias. Horas más tarde es encontrada inconsciente, con vida pero condenada a una muerte inminente. Mónica se niega a aceptar la irremediable pérdida de su hija y, arrastrada por la desesperación, participa en un oscuro ritual donde un misterioso hombre le propone un pacto para salvar la vida de Clara. Al día siguiente y de forma inexplicable, Clara vuelve a la vida. El viaje hacia el infierno de Mónica ha comenzado.

Edmon Roch atendió a Audiovisual451 tras el pase de prensa de ‘El pacto’ y desgranó los detalles de la película.

Audiovisual451: ¿Cuál es la motivación para producir la que es la ópera prima de un joven talento como David Victori?

Edmon Roch: «Son muchos los factores. El primero y el básico es el talento absoluto que tiene David. Cuando le conoces y empiezas a hablar de proyectos con él, no le ves como un director, sino como lo que los americanos llaman un ‘filmmaker’, el autor que está detrás de un proyecto y que cuida desde la primera idea hasta el día del estreno, acompañándolo en todos los sentidos. Además de en la escritura del guión, se involucra en el montaje, la fotografía, siempre está cerca de los personajes y de los actores y vive con esa idea hasta que un día desemboca en una pantalla de cine. David tiene una personalidad y un talento artístico extraordinarios y lo ha demostrado ya en sus multipremiados cortos, tanto en ‘La culpa’ como en ‘Reacción’, proyectos llevados a cabo con pocos recursos pero con mucho talento, lo que permite que fluyan sin que nos demos cuenta de sus evidentes limitaciones a nivel presupuestario.

«David tiene una personalidad y un talento artístico extraordinarios y lo ha demostrado ya en sus multipremiados cortos, tanto en ‘La culpa’ como en ‘Reacción’, proyectos llevados a cabo con pocos recursos pero con mucho talento, lo que permite que fluyan sin que nos demos cuenta de sus evidentes limitaciones a nivel presupuestario.»

Demostró su capacidad de trabajo con la webserie ‘Zero’, que sacó adelante tras ganar el concurso organizado por Michael Fassbender y Ridley Scott en 2012 y que supone una inmersión total en el cine norteamericano. Así, por una parte, David era un primer realizador, pero por otra, era alguien que había tenido experiencias que directores que han hecho muchas películas en España ni siquiera han experimentado.

Su conocimiento del medio y su capacidad para contar historias es extraordinaria, mientras que a la vez tiene esa frescura y ese arrebato de un primer director a la hora de presentar proyectos novedosos e insólitos. David tiene una extraordinaria capacidad para crear atmósferas, te introduce en su mundo desde que se apagan las luces de la sala de cine, entras en un universo muy personal que fluye con verosimilitud y te lleva a unas conclusiones fáciles pero a la vez complejas. Yo conocí a David Victori a través de otra productora, Oberon Cinematográfica, de Antonio Chavarrías y Àngels Masclans, compañeros a los que admiro, los cuales estaban desarrollando en ese momento con David un proyecto que, a pesar de tanto tiempo y tanto esfuerzo invertido, no terminó de cuajar. A partir de ahí, el otro coproductor además de Sony, Jordi Gasull, y yo, empezamos a desarrollar con David lo que podía ser un nuevo proyecto, que en un principio se llamaba ‘El sexto cadáver’ y que fue transformándose hasta convertirse en lo que es hoy ‘El pacto’. En un primer momento, de cara a la internacionalización del proyecto, incluso nos llegamos a plantear si hacer el rodaje en inglés, pero desde un principio tuvimos muy claro que esta historia tenía que ser explicada desde aquí».

«Por una parte, David era un primer realizador, pero por otra, era alguien que había tenido experiencias que directores que han hecho muchas películas en España ni siquiera han experimentado. Su conocimiento del medio y su capacidad para contar historias es extraordinaria, mientras que a la vez tiene esa frescura y ese arrebato de un primer director a la hora de presentar proyectos novedosos e insólitos.»

A451: ¿Cuál ha sido el presupuesto de esta película? ¿Es más ambicioso que el de proyectos anteriores?

Rodaje de ‘El pacto’.

E.R.: «Cuando nos planteamos hacer esta película con David, teníamos en mente hacer una película que, a pesar de ser una ópera prima, tuviera la capacidad de generar atmósferas, lo que no siempre es barato en cine, puesto que implica una inversión importante en efectos visuales, pero también en todos los departamentos de cámaras, iluminación, grúas, drones, etc. Aunque es una película que se hace desde España con un presupuesto muy ajustado y donde toda la gente da mucho más de lo que puedes pagarle, teníamos claro que había una serie de mínimos a los que no queríamos renunciar.

Hasta que no conseguimos aunar todos los elementos que han hecho posible esta película no nos lanzamos a hacerla, motivo por el que estuvimos envueltos en un proceso de preproducción tan largo, de entre tres y cuatro años, de escritura de guión, búsqueda de financiación y de patrocinadores, hasta llegar al rodaje de la película. En ese sentido, TVE, junto con el ICAA y el ICEC, fueron los primeros que dieron el paso adelante cuando conocieron a David y vieron la película. Tras entrar las ayudas y decidirse la precompra de derechos de antena por parte del Comité de TVE, ya fuimos sumando el resto de elementos.

Por otra parte, fue decisiva la implicación de Sony, no solo adquiriendo la película para su distribución mundial, sino creyendo en el proyecto de David e involucrándose en la producción, lo que abrió un nuevo camino de conocimientos y financiación. Así, cuando tuvimos todos estos elementos, nosotros ya sabíamos que podíamos hacer una película de una dimensión importante, con toda una serie de recursos técnicos que nos permitirían explotar la película al máximo dentro de nuestra modestia. Las entradas de cine son igual de caras para una película española de bajo presupuesto que para un blockbuster americano, por lo que queríamos que el público pudiera sumergirse en la historia y disfrutarla al máximo».

«Fue decisiva la implicación de Sony, no solo adquiriendo la película para su distribución mundial, sino creyendo en el proyecto de David e involucrándose en la producción, lo que abrió un nuevo camino de conocimientos y financiación.»

A451: ¿Cómo fue la confección del reparto?

E.R.: «Cuando David estaba escribiendo el guión, el personaje de Belén Rueda nació siendo un personaje masculino, pero desde un primer momento la propia Belén estuvo en la mente de David, que nos la acabó proponiendo a mí y a mi compañero, el coproductor Jordi Gasull, lo cual nos pareció maravilloso. Hemos tenido la suerte de trabajar varias veces con Belén, una de las mejores actrices y estrellas que tiene nuestro cine, y que además tiene la capacidad de transportar al espectador hasta los límites más sutiles cuando estás hablando de un thriller o de una película de terror, puesto que tiene una cara que transmite la emoción, la tensión y el terror y que sabe expresar muchísimo con muy poco, cosa que es bastante difícil. Nos pareció la apuesta perfecta, fuimos a verla para que leyera el guión y nos hizo sus comentarios, tremendamente constructivos por cierto, y a partir de ahí comenzamos a hacer crecer la película junto a ella.

Darío Grandinetti es otro de los grandes intérpretes en lengua española que, debido a su nacionalidad argentina, muchas veces es asociado a un tipo de cine más latinoamericano. Es un actor maravilloso, del cual Pedro Almodóvar dijo que es el actor masculino que mejor llora, pero además es un auténtico camaleón que entra en el personaje y lo hace suyo, hace que crezca con él. En esta película teníamos el reto de que su personaje, que es un policía de Barcelona, no tenía que parecer un policía argentino de Barcelona, por lo que tuvimos que trabajar el acento para darle verosimilitud. Él ya hizo de un personaje español en ‘El año del diluvio’, pero aquí estuvo ensayando con su método hasta dar forma al personaje de Alex, un policía de Barcelona que nos parece que es de nuestra tierra. Darío es un actor muy intuitivo que hace suyo el personaje y que comparte con Belén esa capacidad de dar mucho con muy poco, con un pequeño gesto. Cuando le ves en pantalla grande es realmente emocionante, somos muy afortunados de que Darío entrase en este proyecto, que es una película de género en la que se le exigía cierto esfuerzo extra.

Para llegar hasta Mireia Oriol, nuestra tercera protagonista, emprendimos un proceso de búsqueda muy grande. Ana González, nuestra directora de casting, entrevistó, grabó y probó a centenares de actrices de esa edad. Tuvimos varias opciones y descubrimientos interesantes, hasta que al final lo centramos todo en tres finalistas. Durante el proceso contamos con la complicidad de Belén, y cuando le presentamos a Mireia en su casa para que leyeran unas escenas juntas, vimos que existía una conexión muy creíble para esa difícil relación madre-hija que tienen las dos en la película. La química fue creciendo entre ellas a medida que se fueron conociendo, lo que permitía percibir ese amor desmesurado del personaje de Belén, Mónica, hacia el de Mireia, Clara, y el resentimiento de esta hacia una madre sobreprotectora. David y yo fuimos a las oficinas de Sony para informar a los productores y ver con ellos las pruebas que habíamos grabado con Belén y Mireia, y al salir de esa reunión llamamos a Mireia, que estaba en el aeropuerto de Barajas para coger un vuelo a Londres, y le comunicamos que iba a ser la tercera protagonista de la película.

«En una película de género es muy importante dar en el clavo en los distintos personajes sin caer en tópicos, y ahí el trabajo de dirección de David Victori junto a un elenco extraordinario liderado por Belén Rueda y Darío Grandinetti ha hecho que esto pareciera fácil cuando no lo es nunca».

A partir de ahí, al ser un reparto coral, hemos tenido la suerte de contar con actores maravillosos como Antonio Durán “Morris”, que hace una creación fantástica sin la cual es imposible entender la película y aporta todo ese trabajo atmosférico que nos lleva al otro lado de las sombras, y también Josean Bengoetxea, Patxi Santamaría, Carlos Fábregas, Vanessa Buchaca, entre otros. En una película de género es muy importante dar en el clavo en los distintos personajes sin caer en tópicos, y ahí el trabajo de dirección de David Victori junto a un elenco extraordinario liderado por Belén Rueda y Darío Grandinetti ha hecho que esto pareciera fácil cuando no lo es nunca».

«El rodaje duró siete semanas y tuvo lugar en Barcelona. Yo venía de rodar ‘El cuaderno de Sara’ en Uganda, que creía que era una película complicada, pero en el caso de esta película nos tocó vivir una situación convulsa en Barcelona, puesto que el rodaje coincidió con los sucesos del 1 de octubre, la posterior huelga general y demás.»

A451: ¿Cuántas semanas duró el rodaje? ¿Hubo alguna complicación, tanto en el rodaje como en la postproducción?

E.R.: «El rodaje duró siete semanas y tuvo lugar en Barcelona. Yo venía de rodar ‘El cuaderno de Sara’ en Uganda, que creía que era una película complicada, pero en el caso de esta película nos tocó vivir una situación convulsa en Barcelona, puesto que el rodaje coincidió con los sucesos del 1 de octubre, la posterior huelga general y demás. Así, la situación política del momento actuó de aliciente para el rodaje en el sentido de superar dificultades imprevistas que a mí no me habían ocurrido nunca rodando en Barcelona.

A pesar de todo, el equipo trabajó de manera extraordinaria: Albert Manera en dirección de sonido, Elías M. Félix como director de fotografía en el que era su primer largometraje, Patrick Salvador como director de arte, Luis Tinoco en efectos visuales, Lluís Rivera en efectos mecánicos, Elisa Sirvent como directora de producción, que hizo un trabajo titánico para que encajaran las piezas y pareciera una película grande a pesar de no serlo en cuanto a presupuesto, etc.

Todos se involucraron muchísimo en el proyecto y aportaron lo mejor de sí mismos, y a pesar de dichas complicaciones, el rodaje se desarrolló finalmente con toda normalidad y David Victori demostró que tenía el conocimiento y la tranquilidad de un veterano a la hora de dirigir y coordinar a los distintos equipos».

A451: ¿Cuál fue la secuencia más difícil?

E.R.: «Hay varias secuencias que fueron muy difíciles para el equipo. Sin desvelar ningún detalle de la película, hay una escena con un accidente de un coche en el que un vehículo sale catapultado de la carretera y prende en llamas con una persona dentro que resultó muy complicada. Teníamos una phantom para rodar, puesto que era una escena técnicamente muy compleja de iluminar, puesto que era un rodaje de noche, disponíamos de un circuito cerrado para hacer todo el recorrido del coche, teníamos grandes grúas, teníamos efectos, varios coches para estallar… Era una secuencia realmente complicada, pero acabó saliendo bien a la segunda o a la tercera toma, y lo que podría haber sido un día de cierto fracaso acabó siendo una jornada de gran alegría para todo el equipo, cuya profesionalidad hizo que la escena funcionara muy bien. También hubo muchas secuencias en las que aparentemente no pasaba nada pero que necesitaban de muchos elementos que debían ser añadidos en postproducción, y por tanto tuvimos que repetirlas muchas veces hasta dar con el resultado que queríamos».

«A nivel técnico y de resolución y a nivel de ritmo y de historias, la animación española ha alcanzado una calidad muy alta, a pesar de contar con presupuestos quince veces menores a los de las producciones de los grandes estudios de animación norteamericanos.»

A451: Como productor de ‘Tadeo Jones’, ¿Cómo valoras la situación actual de la animación en España?

E.R.: «En estos momentos hay una eclosión maravillosa de la animación española, como ocurrió hace unos años con el cine de acción real. Hoy día en este país hay un grado de equipo técnico altamente cualificado, lo que hace que grandes compañías norteamericanas vengan a subcontratar equipos españoles para realizar trabajos para películas de Hollywood. Recuerdo que cuando estábamos promocionando ‘Tadeo Jones’ en Pekín, tenía que explicar una y otra vez que nuestra película no era una película norteamericana de Paramount o una producción de Lucasfilm. A nivel técnico y de resolución y a nivel de ritmo y de historias, la animación española ha alcanzado una calidad muy alta, a pesar de contar con presupuestos quince veces menores a los de las producciones de los grandes estudios de animación norteamericanos.

En este sentido, estamos viviendo un muy buen momento a pesar de todas las complicaciones que existen. El riesgo de producir una película de animación es mucho mayor que el de una película de acción real porque los presupuestos son mucho más grandes. Mientras estábamos haciendo ‘Atrapa la bandera’ a la vez que la película de ‘El Niño’, la gente se pensaba que la película cara era ‘El Niño’, cuando en realidad era al contrario, lo cual se explica porque son muchos años de duro trabajo y con sueldos muy ajustados para llegar a fin de rodaje.

A la vez que el riesgo es mucho mayor, la recompensa en caso de éxito también es más grande, pero aún así, si la película no sale bien, puede ser una completa hecatombe. Ahora estamos necesitados de que los distintos elementos financieros y las majors sigan apostando en España por este tipo de cine, como hizo con nosotros Paramount en el caso de ‘Atrapa la bandera’ y las dos primeras películas de ‘Tadeo Jones’, así como la futura tercera parte, que está en estos momentos en desarrollo. Gracias a su ayuda, estas películas han estado por todo el mundo compitiendo con las películas realizadas en Estados Unidos con un presupuesto diez veces mayor, pero por otra parte, sigue existiendo el riesgo de que todo ese talento que hay aquí, si no tiene el músculo suficiente después del lanzamiento para crear una marca consolidada como nosotros hicimos con ‘Tadeo Jones’, acabe por no generar todos los rendimientos que debería».

«Tenemos tres películas más que están ahora mismo en fase de postproducción, a punto de terminarse, y por otro lado, estamos preparando un largometraje con Salva Calvo titulado ‘Un mundo prohibido’, cuyo rodaje está previsto para principios de 2019 y será de nuevo en el continente africano, y también tenemos en desarrollo una serie con Movistar+ que se llama ‘Justo antes de Cristo’, la cual empezará a rodarse en septiembre.»

A451: ¿Tienes nuevos proyectos, tanto de animación como de acción real, en desarrollo?

Parte del equipo de ‘El pacto’

E.R.: «En cuanto a animación, ahora mismo estamos empezando a trabajar en la tercera película de ‘Tadeo Jones’, y estamos muy concentrados en ello.

Respecto a películas de acción real, este año hemos estrenado ‘El cuaderno de Sara’, y en breve llegarán a los cines ‘El pacto’ y ‘Yucatán’. Además, hemos rodado una pequeña película en Senegal, dirigida por Neus Ballús, que se llama ‘Staff Only’, con Sergi López, y a su vez, hemos rodado también ‘Taxi a Gibraltar’, con Dani Rovira y Joaquín Furriel y dirigida por Alejo Flah, ambas actualmente en fase de montaje, junto con un documental sobre una escritora taiwanesa, Sanmao, que también está en marcha. Por tanto, tenemos tres películas más que están ahora mismo en fase de postproducción, a punto de terminarse, y por otro lado, estamos preparando un largometraje con Salva Calvo titulado ‘Un mundo prohibido’, cuyo rodaje está previsto para principios de 2019 y será de nuevo en el continente africano, y también tenemos en desarrollo una serie con Movistar Plus que se llama ‘Justo antes de Cristo’, la cual empezará a rodarse en septiembre».

«Para mí fue una sorpresa y una tragedia que una película como ‘El cuaderno de Sara’ quedara fuera de las ayudas debido a un empate técnico que tuvo con otras películas y que por tanto no pudiera acceder a ellas cuando era una película industrialmente sólida, que es lo que entiendo que busca reforzar precisamente la política de ayudas y subvenciones que promueve el ICAA.»

A451: ¿Qué opinas de la nueva orden de ayudas al cine que el Ministerio de Cultura ha publicado recientemente?

E.R.: «Yo creo que se ha hecho un esfuerzo muy importante para tratar de llegar a un punto más justo que en el que estábamos antes, pero como suele ocurrir al principio, hay elementos que se tienen que terminar de acoplar y que no siempre dan los frutos deseados. Para mí fue una sorpresa y una tragedia que una película como ‘El cuaderno de Sara’ quedara fuera de las ayudas debido a un empate técnico que tuvo con otras películas y que por tanto no pudiera acceder a ellas cuando era una película industrialmente sólida, que es lo que entiendo que busca reforzar precisamente la política de ayudas y subvenciones que promueve el ICAA. Era una película muy bien financiada, muy bien prevendida, que contaba con Netflix, con Mediaset y Telecinco y con la distribución de Buena Vista en España. Pienso que, debido a esta fase de acoplo, hemos tenido la desgracia de que nuestra película se quedase fuera, y a partir de ahí se tendrán que ir implementando una serie de ajustes hasta llegar a conseguir que estas ayudas cumplan con su finalidad, que no es otra que ayudar a la industria del cine español a competir con músculo y con fuerza con las películas de fuera, que tienen una capacidad de generar recursos muy superior a la que tenemos nosotros.

En ese sentido, espero y deseo que el fondo aumente sustancialmente y que dejemos de hablar de cifras que, respecto al total de los Presupuestos Generales del Estado y de las ayudas a otras industrias, en otros países europeos se considerarían ridículas. Con que el fondo fuera de en torno a setenta millones, la industria del cine español podría ser aún más competitiva y películas tan sólidas como ‘El cuaderno de Sara’, con una puntuación tan alta que rondaba los 82,5 puntos en dicha convocatoria, cuando lo que se pedía era superar los 80 puntos, no se quedarían fuera.

Tenemos que seguir mejorando y trabajando por la industria, pero aún así los productores hemos de agradecer la continua receptividad del ICAA hacia nuestras propuestas y su voluntad de consenso con las asociaciones de productores para acordar la fórmula ideal para que las ayudas fueran lo más productivas posibles para la industria del cine español. En esencia, el problema es la falta de recursos y fondos, si se pudiera solucionar eso con unos presupuestos más acordes y se ajustaran pequeños detalles dentro de la orden, podríamos construir un sistema que refuerce la marca del cine español y su competitividad, tanto comercial como artística, en el mercado europeo y mundial. Está más que demostrado que las películas españolas bien producidas obtienen un buen rendimiento en la taquilla nacional, como hemos visto con el caso de ‘Campeones’, que ha conseguido situarse entre las películas más taquilleras del año. Por ejemplo, sin ir más lejos, sin las ayudas del ICAA y del ICEC, ‘El pacto’ no existiría, nunca hubiéramos sido capaces de hacerla. Es importante sumar fuerzas y recursos, puesto que es evidente que las ayudas del ICAA son imprescindibles para dar solidez y competitividad al cine español».

«En esencia, el problema es la falta de recursos y fondos, si se pudiera solucionar eso con unos presupuestos más acordes y se ajustaran pequeños detalles dentro de la orden, podríamos construir un sistema que refuerce la marca del cine español y su competitividad, tanto comercial como artística, en el mercado europeo y mundial.»

A451: Desde que dejaste la vicepresidencia de la Academia de Cine, ¿cómo valoras la gestión de las sucesivas administraciones que han ido pasando por ella?

E.R.: «La verdad es que todas ellas son dignas de aplauso. La presidencia de la Academia, como todos los que hemos estado dentro sabemos, es un trabajo muy duro, intentas estar siempre ahí para aportar el máximo de ti y buscar el bien de los compañeros de profesión. Además es un trabajo no remunerado que implica muchísima dedicación y tiempo y que se hace con la ilusión de poder mejorar las condiciones generales de la industria. Se necesita mucho empuje y mucha constancia para conseguir que las cosas funcionen y no es un trabajo nada fácil, requiere estar al pie del cañón cuando todos tenemos otras obligaciones y producciones propias a las que nos debemos. Además, es la institución que nos acaba representando, que organiza los premios y que discute asuntos en los que toda la profesión debe ir unida. La Academia es un elemento muy importante para que funcione bien la imagen y los mecanismos internos del cine español, y por ello, cualquier persona que preste su esfuerzo y su trabajo en esa dirección es realmente digna de aplauso. Lo que hizo Yvonne con su respectiva junta y lo que está haciendo ahora Mariano merece todo mi reconocimiento y mi confianza».

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