No es ningún secreto que cada vez son más los largometrajes que se producen con un presupuesto mínimo, sin plan de distribución y con equipos técnicos y artísticos capitalizando sus sueldos para convertirse en coproductores.
Esta triste realidad es cada vez más habitual en el cine español y el certamen por excelencia dedicado a producciones españolas no podía obviarla. “El hecho de que ‘Stockholm’ esté en la Sección Oficial de Málaga es una apuesta decidida del Festival por este tipo de producciones de bajo presupuesto para que puedan jugar de tú a tú con otras más potentes”, comentó Fernando Méndez-Leite, miembro del comité de selección del 16 Festival de Málaga.
‘Stockholm’ es la segunda película como director de Rodrigo Sorogoyen tras ‘8 citas’ que dirigió junto a Peris Romano. El propio Sorogoyen, Borja Soler, Eduardo Villanueva y Alberto del Campo son los cuatro amigos que están detrás de la productora Caballo Films, que con un presupuesto de producción de 60.000 euros han levantado este largometraje generacional protagonizado por Javier Pereira y Aura Garrido, rodado en tan solo 13 días.
Un total de 13.000 euros del presupuesto procede del micro-mecenazgo a través del apoyo de familiares, amigos y los 234 aficionados al cine que apostaron por esta historia de amor y secuestro en la plataforma de crowdfunding: Verkami. Además todo el equipo técnico y artístico capitalizó su sueldo y se convirtieron en coproductores del filme. Por si fuera poco, el productor Alberto del Campo también es el montador de la película, cuyo guión es obra de Sorogoyen junto a Isabel Peña, todo queda en casa.
Como ha reconocido en el Festival de Málaga el propio director de ‘Stockholm’, la película carece de plan de distribución y esperan que el certamen de la Costa del Sol facilite ese arduo camino. “Vamos a seguir paso a paso, a lo mejor nos toca esperar con la distribución porque queremos cuidar mucho nuestra película. Estamos abiertos a todo, incluyendo la distribución online, los tiempos han cambiado y hay que amoldarse”, explicó Sorogoyen. No hay duda los tiempos han cambiado.
