Si hace un par de meses analizamos la vigencia de los folletos como una herramienta para promoción cinematográfica ‘low cost’, ahora vamos a profundizar en la misma idea, para demostrar que en la era digital también hay cabida para otras opciones de comunicación tradicional, milenarias, efectivas y baratas.
La nueva era de la información ha cambiado muchas cosas, también la promoción de las obras audiovisuales. Sin embargo, los métodos tradicionales, aunque en los últimos años han perdido algo de terreno, siguen muy vigentes y se actualizan de mil maneras diferentes para hacer cada envío un acontecimiento, algo único, incluso con la ayuda de sobres personalizados que envuelven el contenido. Hace unos años era casi indispensable que distribuidoras de cine y vídeo, canales de televisión y productoras realizaran envíos masivos por correo para promocionar sus productos.
Estos envíos eran principalmente destinados a la prensa especializada que después se encargaría de hablar sobre los próximos estrenos en emisoras de radio y en las televisiones o plasmar sus impresiones en las páginas de las revistas dedicadas al mundo del entretenimiento o en los diarios. En el mejor de los momentos, estos “regalos promocionales” podían ser de todo tipo y valor, aunque principalmente la crisis produjo una reducción drástica de estos envíos hasta casi convertirlos en algo excepcional. Pero, al igual que el vinilo vive una nueva edad de oro o los juegos de 8 bits y las viejas consolas de videojuegos se desempolvan, ahora, nuevamente, estas acciones promocionales por correo comienzan a reactivarse y a vivir un buen momento.
Las compañías encargadas de la promoción audiovisual son conscientes de que en un mercado cada vez más competitivo tienen que buscar la diferenciación y hoy en día cuentan con herramientas baratas y accesibles, impensables hace unos años. Los envíos pueden hacerse de una manera cuidada y personalizada que permiten incluir un logo o imagen corporativa en los sobres, cajas o bolsas de múltiples colores y tamaños. Las posibilidades son tantas como dicte la imaginación y lo que es mejor, su efectividad y precio reducido convierten esta alternativa todavía en algo irrenunciable para los directores de marketing.
Por otro lado, a principios de año comienza la temporada de premios cinematográficos que distinguen las mejor películas del año anterior. En España la temporada se inicia con los Forqué y continúa después con los Feroz, las Medallas del Círculo de Escritores Cinematográficos… hasta llegar a los más importantes, los Goya, que este año alcanzaron su 32ª edición y coronaron a ‘La librería’ y ‘Handia’. En el caso de los premios Goya, los candidatos pueden y deben intentar rascar votos enviando la película nominada a los miembros de la Academia, pero siempre ajustándose a unas normas muy estrictas que impone la institución cinematográfica. Este tipo de campañas son esenciales para que la película llegue a todos los académicos y amplíe sus opciones de éxito. En estos casos, también se presenta como una opción ideal realizar estos envíos con sobres personalizados que destaquen la película por encima de las demás. Son solo algunos ejemplos, pero no los únicos. La vigencia de los envíos por correo postal es incontestable y en la diferenciación se encuentra la clave del éxito.
