El vestuario de ‘La La Land’: un torbellino de colores

Chico conoce a chica. Dos aspirantes a artistas se saltan las costumbres de la vida cotidiana mientras ‘La ciudad de las estrellas – La La Land’ nos lleva por un exuberante recorrido musical a través del romance que cambiará la vida de un pianista de jazz y de una actriz en ciernes. La película es un canto al glamour y a la emoción del cine clásico, una carta de amor a Los Ángeles, ciudad de los sueños eternos, y también un romance moderno que reúne a Ryan Gosling y a Emma Stone a las órdenes del realizador Damien Chazelle (la oscarizada ‘Whiplash’).

Un torbellino de colores: El vestuario de Mary Zophres

Para la diseñadora Mary Zophres, nominada a los Oscar, y cuyo trabajo abarca desde un western como ‘No es país para viejos’, hasta la exploración espacial de ‘Interstellar’, esta película ofrecía lo que más le gusta, la posibilidad de una total inmersión. Coordinó la paleta de colores del vestuario con Linus Sandgren y los Wasco para crear un mundo lleno de armonía.

A pesar de la experiencia profesional de la diseñadora, ‘La ciudad de las estrellas – La La Land’ era un auténtico reto. «Mia y Sebastian realizan más de cincuenta cambios de vestuario cada uno«, dice, «y eso es mucho. Pero la visión de Damien me motivó profundamente, se me ponía la carne de gallina cuando me describía lo que quería, y eso me animó a seguir adelante, a pesar de estar agotada por la falta de sueño».

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Mary Zophres y Damien Chazelle se centraron en los colores para comunicar emociones. «El primer día que trabajamos juntos, estudiamos la película escena a escena hablando de los colores», recuerda. «Pensamos que algunas escenas podrían ser más neutras y tener un toque de amarillo, mientras que en otras, los hombres irían de negro y las mujeres, de colores. Siempre buscamos una atemporalidad dentro de la contemporaneidad».

Estudiaron detalladamente películas como ‘Los paraguas de Cherburgo’, ‘Melodías de Broadway’ y ‘En alas de la danza’. Sin embargo, el proceso fue lo contrario a la imitación. Los diseños y los colores salen directamente de los mundos habitados por Sebastian y Mia.

«Fue un proceso muy intuitivo», dice la diseñadora. «Utilizamos los colores como hacían los musicales clásicos, pero escogimos tonos que nos gustaban para los personajes. Por ejemplo, había visto a Emma en una alfombra roja con un vestido amarillo canario. No hay muchas mujeres que puedan permitirse llevar ese color, pero ella estaba espléndida, y le propuse a Damien que Mia vistiera de amarillo para el número ‘Duet’«.

Mary Zophres encontró una musa en Emma Stone: «Es maravilloso vestir a Emma. En algunas ocasiones nos quedábamos atónitos porque es un lienzo estupendo. Mia empieza llevando colores vibrantes, es joven. Poco después madura, se centra en su sueño, y los colores empiezan a ser menos saturados, hasta el punto de que cuando llega su momento en el escenario, va vestida de blanco y negro. Cuando la reencontramos cinco años después sigue siendo la misma, pero mucho más sofisticada«.

Entre los numerosos trajes de Mia, algunos tienen un toque retro que encaja con el tono de la película. «Su blusa de camarera sale de una maravillosa toma de Ingrid Bergman en los años cuarenta», explica Mary Zophres. «También me fijé en una prueba que hizo la actriz sueca muy al principio de su carrera en la que llevaba un vestido rosa de tirantes. Mia viste algo parecido que encontramos en una tienda de ropa retro del valle de San Fernando. Es de esos vestidos de hace 50 años, pero que puede llevarse hoy en día».

Para Sebastian, la diseñadora se decantó por la elegancia con un toque de originalidad. Casi toda la ropa de Ryan Gosling se hizo a medida. «No va exactamente a la moda, no viste como la mayoría de hombres que vemos en la calle. Se nota que es un look estudiado con el que se siente cómodo. No es el tipo de hombre que imagino llevando una camiseta. Al contrario, es muy esbelto, su silueta hace pensar en trajes tradicionales, formales«, explica Mary Zophres.

Los tonos también tienen importancia en el guardarropa de Sebastian, desde el traje marrón oscuro de la primera escena, pasando por un blazer azul marino, hasta el traje negro cuando sale de gira con The Messengers. También lleva zapatos de dos tonos. «Fueron muy populares en los años cuarenta, pero me pareció que daban un toque extravagante y alegre. Esos zapatos simbolizan a Sebastian porque siente pasión por el pasado, pero vive en el presente. Me encantaría ver a más hombres con zapatos de dos tonos».

Ryan Gosling no esconde su admiración por la diseñadora: «Si existe un monte Rushmore para los diseñadores de vestuario, sé que Mary Zophres está allí», dice. «Es una de las grandes diseñadoras de vestuario actuales, y su ropa me ayudó a estar en los años cuarenta sin abandonar el mundo de hoy».

Para los grandes números musicales, Mary Zophres se centró en la forma, pero también en la funcionalidad. Sus trajes se mueven, giran y se hacen más espectaculares cuanto más ambicioso es el número. «El vestuario de Mary realza la intensa sensibilidad que inunda cada fotograma de la película», dice el productor Marc Platt. «La forma en la que sus trajes se mueven acentúa la belleza de la imagen».

Jordan Horowitz se quedó alucinado ante la perfecta fusión de todos los elementos de este moderno musical: «Los que colaboraron en esta película no solo son apasionados profesionales, también se apasionaron por la visión de Damien». Fred Berger añade: «El resultado es una experiencia visceral perfecta para la gran pantalla, perfecta para pasarlo bien. Los personajes son auténticos, pero también es un espectáculo de principio a fin».

En opinión de Marc Platt, cada uno de los cuidados elementos de ‘La ciudad de las estrellas – La La Land’, desde los diálogos, las canciones, las interpretaciones y la fotografía, hasta el más mínimo detalle de los decorados y del vestuario está perfectamente sincronizado para crear algo mucho mayor que la suma de todo lo que compone la película.

«La ciudad de las estrellas – La La Land es una experiencia cinematográfica en sí misma, grandiosa e íntima a la vez, alegre y melancólica. Hay danza y canto. Y describe el amor y la ciudad de Los Ángeles como nunca se ha hecho antes. Incluso puede llevar al espectador a sentir una sensación diferente de la acostumbrada en una sala de cine», concluye el productor.

Damien Chazelle espera que la película evoque pasión, ya que fue el sentimiento que sostuvo la complicada creación: «La ciudad de las estrellas – La La Land gira en torno a la pasión, pasión por el arte, por el amor. La misma pasión con la que escribimos el guion, compusimos la música, hicimos la película y la presentamos ahora».

Ryan Gosling, Emma Stone y Damian Chazelle en la premiere de Londres.
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