‘Everest’ – estreno en cines 18 de septiembre

Basada en hechos reales.

Inspirada en los increíbles acontecimientos que sucedieron durante un intento por coronar la montaña más alta del mundo en 1966, ‘Everest’ describe el impresionante recorrido de dos expediciones que se enfrentan a una de las peores tormentas de nieve que jamás se haya conocido. El temple de los alpinistas se pone a prueba cuando deben luchar contra la furia desatada de la naturaleza y superar obstáculos imposibles en un desesperado esfuerzo por sobrevivir. 
EverestDirigida por Baltasar Kormákur, la épica aventura está protagonizada por Jason Clarke, Josh Brolin, John Hawkes, Robin Wright, Michael Kelly, Sam Worthington, Keira Knightley, Emily Watson y Jake Gyllenhaal.

La película se ha rodado en Nepal, en la falda del Everest, los Alpes italianos, los estudios Cinecittà de Roma y los estudios Pinewood en el Reino Unido.

Cualquier rodaje es un reto, pero ‘Everest’ resultó ser más agotador que la mayoría. El reparto y el equipo se embarcaron en una producción de proporciones épicas que acabó convirtiéndose en una auténtica expedición. Con un rodaje distribuido entre el Nepal, los Alpes italianos, los estudios Cinecittà de Roma y los estudios Pinewood en el Reino Unido, los desafíos de la filmación superaron todo lo previsto.

La mayoría del público conoce el Monte Everest por los numerosos documentales que se han rodado allí, y Baltasar Kormákur quería apartarse a toda costa de la sensación de «cinéma vérité». El director tenía muy claro que ‘Everest’ debía ser filmada con absoluta autenticidad para la gran pantalla de modo que el público viera la inmensidad de la montaña y entrara emocionalmente en la historia de los protagonistas. Consecuentemente, jamás pide a los actores que hagan algo que él no haría y tiende a quedarse al lado de la cámara, lo más cerca posible de los actores, en vez de observar la filmación desde la tienda de los monitores.

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La mano derecha de Baltasar Kormákur durante el rodaje fue el director de fotografía Salvatore Totino, que colaboró con Ron Howard en películas tan taquilleras como ‘El código Da Vinci y Ángeles’ y demonios, o películas más intimistas del realizador como ‘El desafío – Frost contra Nixon’ y ‘Cinderella Man, el hombre que no se dejó tumbar’. Juntos estaban decididos a que la épica película debía mostrar la majestuosidad de la montaña más alta del mundo… y los incalculables peligros que encierra.

Uno de los problemas fue trasladar todo el equipo de filmación a distintos lugares de la montaña e impedir que las cámaras se congelaran, para lo que se instalaron tiendas especiales donde mantener la Alexa a una temperatura adecuada.

Decir que el plan de rodaje era ambicioso es quedarse corto. Empezó el 14 de enero de 2014 en Katmandú con una unidad reducida que se dedicó a rodar en localizaciones a 6.000 metros de altitud, donde el reparto y el equipo no tuvieron más remedio que acostumbrarse a las dificultades de la vida en la alta montaña. «La altitud te afecta inmediatamente», recuerda Jason Clarke. «El periodo de aclimatación empieza en el Campamento Base. Reconozco que para los actores fue maravilloso recorrer el Himalaya y que la experiencia nos unió mucho». A pesar de estar más acostumbrados a hoteles de cinco estrellas y a caravanas de lujo, el reparto de ‘Everest’, al igual que el equipo, no tardó en acostumbrarse a la realidad de la vida en la montaña mientras se movían de una localización a otra.

Baltasar Kormákur hace un rápido repaso de los problemas a los que se enfrentaron: «El agua estaba congelada, no había calefacción, dormíamos con mantas eléctricas. Casi no podíamos salir de la cama para ir a mear por el frío que hacía. Los actores no tenían ayudantes, nadie les echaba una mano. Debían llegar andando al rodaje y llevar ellos mismos su equipo».

Josh Brolin añade: «Balt quería que fuese lo más realista posible. Trabajamos las horas que hiciera falta, olvidamos los horarios habituales. Nada de volver a una caravana entre escena y escena o que la maquilladora hiciera retoques. Recuerdo estar tumbado en la cama y contemplar las nubecillas de vapor que exhalaba al respirar sin acabar de creer el frío que estaba pasando. Reconozco que nos quejamos, pero lo pasamos muy bien, y las dificultades sirvieron para unirnos».

David Breashears, que se ha pasado la vida rodando en lugares inhóspitos en condiciones extremas, dice: «De golpe, sin conocernos previamente, nos sumergimos en un torbellino de actividad. Salimos del caos de Katmandú para trasladarnos a la falda del Everest. Gran parte del equipo jamás había estado más arriba de 3.000 metros sobre el nivel del mar. No podíamos ir más despacio o pararnos como hace una auténtica expedición porque estábamos bajo una presión tremenda para rodar lo máximo posible cada día».

«Hubo entre 190 y 200 aterrizajes en la falda del Everest solo para transportar a la gente y las toneladas de equipo», sigue diciendo. «Al trasladar a los miembros del reparto y del equipo con avionetas, no pudieron aclimatarse progresivamente como ocurre con los montañeros. La logística requerida para este rodaje superó con creces cualquier otro proyecto en el que había trabajado en el Himalaya».

El productor Kentish Barnes resume el sentimiento del equipo: «Fue una experiencia brutal, pero que nos unió a todos profundamente».

Una vez acabado el rodaje en Nepal, todos se trasladaron a Val Senales, en el norte de Italia, para rodar exclusivamente en el glaciar Senales. El equipo estaba compuesto aproximadamente por 180 personas procedentes de Inglaterra, Nueva Zelanda, Australia, Alemania, Italia, Estados Unidos, Islandia y Nepal. El rodaje, complicado de por sí, lo fue aún más cuando cayó una de las mayores nevadas de los últimos años, enterrándolo todo bajo varios metros de nieve en polvo.

El diseñador de producción Gary Freeman dice: «Plantábamos tiendas en la montaña, cosa nada fácil si tenemos en cuenta que la pendiente era de 45 grados. A Baltasar le gustan los decorados naturales muy inhóspitos. Regresábamos dos días después, y las tiendas habían desaparecido bajo un grueso manto de nieve. El trabajo de mi equipo fue agotador, tenían que desenterrar y reconstruir los decorados constantemente».

Por si no fuera suficiente, y debido al peligro de aludes, las autoridades locales cerraron el glaciar en varias ocasiones, retrasando el plan de rodaje. En cuanto volvía a abrirse, los actores, los técnicos y el material eran llevados a los decorados con tractores, motos y quads de nieve, así como helicópteros. Algunos incluso usaban el teleférico y los telesillas.

El asesor David Breashears habla de las dificultades: «Los actores aprendieron rápidamente lo que significa estar en un entorno helado y ventoso a mucha altura. Estaban en el exterior durante ocho o nueve horas diarias, e incluso diez en ocasiones, trabajando de noche».

El Tirol del Sur en los Alpes italianos era el paisaje perfecto para Everest. Aunque pueda parecer que sería más fácil que rodar en el Himalaya, las dificultades fueron grandes y el equipo debió soportar temperaturas de 34 grados bajo cero.

Jake Gyllenhaal describe lo que vio y vivió: «Estábamos a 3.800 metros por encima del nivel del mar, nevaba. Todo el equipo técnico llevaba material por el glaciar, los sherpas portaban enormes ventiladores en la espalda, los helicópteros traían las piezas de las cámaras, todo esto 15 minutos antes de empezar a rodar. La organización que representa algo así es extraordinaria; en esta película, todo fue intenso».

Para que las escenas fueran aún más auténticas, los productores contrataron a once sherpas. Era la primera vez que salían de Nepal, y se trasladaron a los Alpes italianos antes de conocer los estudios Cinecittà y Pinewood. David Breashears describe su reacción cuando descubrieron el decorado del Campamento Base en el estudio: «Se quedaron atónitos. El hecho de que a los sherpas les pareciera real dice mucho del trabajo del departamento de decorados».

El productor Tim Bevan habla de la contribución de los sherpas a la película: «Si el Himalaya perteneciese a alguien, debería ser suyo. Son parte de la mitología del Everest y, desde luego, de las ascensiones a la cima. En esta película son nuestros héroes porque llevaron las cargas más pesadas».

También ayudaron con el decorado instalando la tienda dedicada a la cocina tal como está en el auténtico Campamento Base. Incluso la usaron para prepararse alguna comida que otra cuando se trabajaba más tarde de lo habitual y se cansaban del catering. No era raro encontrarlos cocinando un dal bot, un guiso de lentejas y arroz muy apreciado en la región.

Desde Roma, el equipo al completo se trasladó a Londres, a los estudios Pinewood, donde el departamento artístico había recreado muchos decorados de las laderas del Everest, como la cascada Khumbu, el Collado Sur y la cumbre del monte en el famoso plató 007. Era esencial rodar ciertas escenas en un entorno controlado para que Baltasar Kormákur pudiera filmar lo que quería sin poner en peligro a los actores y a los técnicos.

Para crear el vestuario de la película no bastó con acercarse a la tienda deportiva especializada más cercana. Los acontecimientos habían tenido lugar hacía casi veinte años y los equipos de los montañeros han cambiado mucho desde entonces.

El diseñador de vestuario Guy Speranza dice que el equipo se divide en tres niveles: el primero para el primer tramo del recorrido hasta el Campamento Base; el segundo hasta el Campamento Tres situado a 7.468 metros, y finalmente el equipo necesario para alcanzar la cima. «El último equipo fue el más complicado de encontrar», explica el diseñador. «Necesitábamos encontrar numerosos trajes de plumón usados en los noventa, no solo para los actores, sino para los especialistas».

El diseñador también debió considerar los diferentes decorados. Gran parte del rodaje tuvo lugar en exteriores a temperaturas muy por debajo de los cero grados, pero otra parte del rodaje se realizó en los platós de estudios donde un traje adecuado para  estar a 8.500 metros por encima del nivel del mar no sirve para rodar en interiores. «Al final, acabamos por crear los equipos de los alpinistas», dice Guy Speranza. «Cada actor tenía un color para que se supiera inmediatamente de quién se trataba aunque llevara una máscara de oxígeno, gafas y gorro».

Dirección: Baltasar Kormákur.

Año: Estados Unidos, 2015.

Reparto: Jason Clarke, Josh Brolin, John Hawkes, Robin Wright, Michael Kelly, Sam Worthington, Keira Knightley, Emily Watson y Jake Gyllenhaal.

Producción: Tim Bevan, Eric Fellner, Baltasar Kormákur, Nicky Kentish Barnes, Brian Oliver, Tyler Thompson.

Distribución: Universal Pictures Spain.

Estreno: 18 de septiembre de 2015.

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