‘Ex machina’ – estreno en cines 27 de febrero

Título sobre la inteligencia artificial.

Caleb es un joven programador que trabaja en una de las mayores empresas de Internet del mundo. Tras ganar un concurso de la compañía, se prepara para realizar un viaje que le llevará a conocer al misterioso y solitario director ejecutivo de la empresa, Nathan. Al llegar a la remota residencia, Caleb descubre que deberá participar en un experimento tan extraño como fascinante que consiste en convivir con la primera inteligencia artificial auténtica jamás creada, encerrada en el cuerpo de una preciosa robot.

EX MACHINA‘Ex machina’, una escalofriante visión del futuro no tan distante de la inteligencia artificial, está dirigida por el realizador y guionista Alex Garland (’28 días después’, ‘Sunshine’).

Toda la historia transcurre en un solo decorado, la ultramoderna casa de Nathan en Alaska. Mientras está en el helicóptero camino de la mansión, Caleb le pregunta al piloto cuánto tardarán en llegar a la propiedad de Nathan, y el piloto le contesta que hace dos horas que sobrevuelan sus tierras.

Pero ¿cómo vive el multimillonario? “Fue el mayor reto de una película con un presupuesto reducido”, dice Alex Garland. “Debíamos enseñar la casa de uno de los hombres más ricos del mundo, ¿cómo conseguirlo?”

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La tarea recayó en el equipo del diseñador de producción Mark Digby. “Hemos trabajado con Mark y con Michelle Day, la decoradora, en muchas películas desde ’28 días después’”, dice Andrew Macdonald. “Los dos conciben las películas en su conjunto y unen el diseño con los personajes, lo que me parece absolutamente necesario”.

El mundo de los muy ricos no es algo que se vea a menudo porque los recursos ilimitados ofrecen la posibilidad de total aislamiento. “Cuando empezamos a visualizar el mundo de Nathan, nos fijamos en casas carísimas”, dice Mark Digby, “mansiones de millonarios o multimillonarios, pero nos dimos cuenta de que debíamos ir mucho más lejos, llegar hasta la estratosfera. Nathan está más allá, pertenece a las escasas personas poderosas globalmente y con una fortuna incalculable”.

Alex Garland siempre pensó que la residencia de Nathan debía estar situada en plena naturaleza. “Si conseguíamos encontrar un paisaje espectacular, sabíamos que comunicaría el poder de Nathan. Solo alguien muy poderoso se adueña de paisajes asombrosos”.

“Buscábamos algo de líneas muy modernas en medio de un entorno increíble”, explica el diseñador de producción. El equipo de localizaciones acabó encontrando lo que buscaba en Noruega”.

“Noruega puede pasar perfectamente por las Rocosas de Colorado, Canadá y Alaska”, explica el productor Andrew Macdonald. “Recuerda a Escocia, de donde provengo, pero Escocia a la décima potencia. Es alucinante, con montes cortados y verticales, cascadas por todas partes, fiordos profundos y lagos salados”.

La casa de Nathan fue diseñada en dos decorados a una cómoda distancia el uno del otro, situados a las afueras de un pueblo llamado Valldal. “Recorrimos Noruega”, recuerda Alex Garland. “Encontramos una casa y un hotel diseñados por el mismo arquitecto en un lugar bastante alejado de todo”.

En la residencia privada Fjora y en el Juvet Landskapshotel se rodaron varios interiores y exteriores de ‘Ex machina’. Ambos edificios fueron concebidos en el estudio de los arquitectos noruegos Jensen & Skodvin.

“Fuimos a visitar la casa, pero nos preocupaba que fuera demasiado pequeña”, recuerda Mark Digby. “Hablando con el propietario, nos dijo que los mismos arquitectos habían hecho otro edificio a una media hora en coche. Nos explicó que era muy parecido, pero a una escala totalmente diferente”.

Cuando el diseñador de producción y su equipo se documentaban y buscaban imágenes de posibles casas para Nathan, una de las fotos que incluyeron en el dossier fue la de una sauna acristalada que dominaba un paisaje nórdico. Cuando Mark Digby visitó el hotel, vio que había encontrado la sauna de la foto. Era el sitio perfecto.

Sin embargo, Mark Digby prefirió redecorar los interiores y alejarse del modernismo a ultranza. “No quisimos una casa brutalmente moderna”, explica. “Nos inclinamos por una estética muy sencilla, y mezclamos materiales orgánicos con otros sintéticos”.

Las paredes de la casa están llenas de vida mediante recovecos con plantas y jardines en miniatura. “En cierto modo, refleja lo que pasa con los personajes”, dice el diseñador. “Los seres humanos interactúan con una máquina”.

La casa Fjora tiene un aspecto único: la roca sobre la que está asentada se adentra en el salón, del que está separada mediante un cristal. “La casa nos entusiasmó”, reconoce el productor Allon Reich.

Pero el mundo que Nathan ha creado cambia a medida que se desarrolla la historia. “La casa, que a primera vista parece maravillosa, elegante y única, empieza a no ser tan agradable, da la sensación de peligro y claustrofobia”, dice Alex Garland.

Mark Digby y su equipo construyeron la sala de monitorado de Ava, así como otros interiores en los platós de los estudios Pinewood, a las afueras de Londres. Encajaban con los diseños de las dos casas noruegas, y los grandes ventanales se convirtieron en pantallas azules a las que se añadirían los paisajes en posproducción.

“Cualquiera que entraba en esos decorados se quedaba maravillado”, dice Allon Reich. “Irradiaban tranquilidad, elegancia, discreción y dinero”.

Cuando Alex Garland escribió el guión, imaginó que Caleb y Ava estarían separados por una pared de cristal. “Mark Digby tuvo una idea brillante: Colocó a Ava en un espacio muy amplio, mientras que Caleb está en una especie de caja”, dice el realizador. “Ava, la prisionera, tiene todo el espacio, y Caleb, el ser humano que debe ‘domarla’, está en una celda”.

El cubículo desde donde Caleb lleva a cabo las pruebas de Turing es literalmente un cubo de cristal alrededor del que Ava puede moverse. “El aspecto voyeurístico es total”, dice Mark Digby. “Construimos una pequeña habitación transparente dentro de la amplia sala donde está ella. Siempre podemos verla, no hay un solo momento en que no se la observe”.

La sala de Ava acaba en un pequeño jardín al que ella no tiene acceso. “Así entiende que existe el exterior, y que ese exterior no tiene nada que ver con los objetos creados por el hombre”, sigue diciendo.

El rodaje empezó en Pinewood antes de que el equipo se desplazara a Noruega durante dos semanas. Allí se rodó una escena en un glaciar espectacular. El equipo dispuso de casi todo el hotel para trabajar.

“Me alegro de que rodáramos en ese orden y no al revés, primero en Noruega y luego en los estudios”, dice Domhnall Gleeson. “Es difícil no quedarse atónito ante los paisajes noruegos. Sin embargo, en Pinewood todo era bastante claustrofóbico, de eso se trataba. Hubo momentos muy intensos en el plató”.

Alicia Vikander está de acuerdo: “En Pinewood estábamos encerrados; realmente me sentía como Ava. Fue maravilloso rodar las escenas en las que Ava da sus primeros pasos en el mundo real, como si entrara en un edén”.

Oscar Isaac también se quedó impresionado por los paisajes noruegos. “Todo es gigantesco, prehistórico”, dice. “La yuxtaposición de la máquina con una naturaleza inmensa es genial”.

Alex Garland y el director de fotografía Rob Hardy trabajaron en estrecha colaboración para rodar e iluminar los magníficos decorados que habían realizado Mark Digby y su equipo. Gracias a los paneles de cristal que van del suelo al techo, cada una de las habitaciones de la fabulosa casa cambia de luz y desprende sensaciones diferentes según la hora del día, haciéndose aún más patente en la sala observatorio de Ava.

“Hace tiempo que admiro a Rob Hardy”, dice Andrew Macdonald. “Ha hecho cosas asombrosas. Queríamos a alguien que pudiera trabajar con Alex. En esta película, la colaboración es la clave, y así ha sido en todos los departamentos”.

Alex Garland dice: “Rob entendió perfectamente lo que quería y siempre fue más allá, siempre me dio más”.

Rob Hardy se alegró de rodar un género que no había tocado. “Nunca había hecho nada cercano a la ciencia-ficción”, explica. “La historia contenía todos los elementos que me interesan y ofrecía más de lo habitualmente accesible. Las oportunidades visuales no tenían fin”.

Sin embargo, se apoyó en los elementos más humanos para definir la estética visual de la película. “No hablamos mucho de referencias. Sobre todo intentamos evitar lugares comunes”, dice. “Nos centramos en lo que decían y pensaban los personajes. Es una historia muy humana. Al leer el guión, pensé inmediatamente en una historia de amor no correspondido con un giro inesperado. Había un núcleo oscuro, y es lo que más me interesó”.

La partitura de Geoff Barrow y Ben Salisbury da el toque final a la ambientación. Pero, como cualquier otro elemento de la película, los dos músicos se esforzaron en evitar cualquier obviedad. “Quisimos mantenernos alejados de un cierto tipo de música electrónica que se asocia a la ciencia-ficción y a los robots”, dice Alex Garland. “Los compositores se impusieron varias reglas y escogieron estilos que incluyeron en la partitura. La banda sonora es en general controlada y comedida, pero hay momentos en que se impone. Es una partitura extraña y absolutamente fantástica”.

El realizador cree que la experiencia limitada en la composición cinematográfica de los dos músicos hace que la partitura sea más impactante. “No llegaron con ideas preconcebidas; se limitaron a componer la música que les parecía encajar mejor con la historia. Fue muy interesante”.

Dirección: Alex Garland.

Año: 2015, Reino Unido.

Reparto: Oscar Isaac, Domhnall Gleeson, Alicia Vikander, Corey Johnson, Deborah Rosan, Evie Wray.

Producción: Andrew MacDonald y Allon Reich.

Distribución: Universal Pictures.

Estreno: 27 de febrero de 2015.

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