Hernán Zin: “He querido contar la guerra como creo que nunca se ha contado”

Director y productor del documental ‘Nacido en Gaza’

Si en multitud de ocasiones el cine español tiene enormes dificultades para conseguir su hueco en el parque de salas nacional, qué decir de un documental que dura poco más de una hora y que trata un tema que puede echar para atrás hasta al espectador más curioso. Pues ‘Nacido en Gaza’ del director, periodista y corresponsal de guerra argentino, Hernán Zin, ha saltado todas esas barrera y se estrenará el 12 de diciembre en una veintena de salas, a la vez que es reclamado por innumerables festivales de todo el mundo y se postula como uno de los candidatos al Goya de la categoría.

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Hernán Zin, junto a uno de los niños de Gaza

Rodada durante la ofensiva israelí que asoló la franja de Gaza en julio y agosto de 2014 y posteriormente en el reciente mes de octubre, la película sigue a diez niños que cuentan cómo es su día a día bajo las bombas. ‘Nacido en Gaza’ es una producción por Contramedia Films (Hernán Zin) y La Claqueta PC (Olmo Figueredo) y cuenta en la producción con la cantante Bebe y del reportero Jon Sistiaga. La banda sonora está a cargo de Carlos Martín. La película será distribuida en los cines españoles por 39 Escalones Films y Canal+ la estrenará el próximo año en televisión. También está previsto su estreno en cines en Canadá.

Hay películas que hacen pensar al espectador tras su visionado, sin embargo ‘Nacido en Gaza’ activa la mente del espectador en cada plano. En ello tenga quizá mucho que ver la forma en la que se ha rodado el documental, huyendo de una estética feista, con una luz primorosa, planos cenitales y Slow-Motion, mucho Slow-Motion que parece invitar a la reflexión sobre las rotundas palabras que salen de las bocas de los niños de Gaza. Así, el director Hernán Zin ofrece una mirada íntima, profunda alejada de debates políticos con el uso de cámara lenta y de time-lapse  junto a la grabación de tomas desde aviones no tripulados, grúas y steadycams.

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“Llevo dos décadas cubriendo guerras y a veces tenía la sensación, cuando cubría una guerra no estaba yendo al fondo del asunto, que me quedaba en la anécdota, una anécdota terrible, porque podía ser una bomba que mataba a diez personas. Siempre corriendo al hospital, detrás de una ambulancia… La guerra es eso pero es mucho más que nunca se cuenta en los documentales, parece que nos quedamos en ‘Salvar al soldado Ryan’. La guerra también es cuando se apagan las luces, la pérdida de tu familia, amigos, tu casa, las heridas físicas y psicológicas, la ausencia de tantas cosas… Por eso me dije que iba a contar la guerra como creo que nunca se ha contado, con un equipamiento técnico que es muy difícil de utilizar en un conflicto como éste. Fue una apuesta fuerte pero creo que ha funcionado. El Slow-Motion es especialmente significativo, porque una cosa que siempre se cuenta rápido quería ahora contarla de manera pausada, para dar tiempo al espectador a pensar, porque en la guerra nunca hay tiempo, es un titular detrás de otro. Creo que es una película que se piensa. También quería llegar más allá, con un lenguaje más artístico, más poético que el periodístico”, reconoce Zin.

La primera parte del rodaje Hernán Zin acude a Gaza junto al reportero Jon Sistiaga, pero en su segundo viaje para finalizar el rodaje fue solo con varias maletas repletas de equipos de producción. Durante el rodaje Zin utilizó multitud de cámaras desde una Sony F700, pasando por una Canon EOS 5D Mark III, varias GoPro, una cámara 360, además de equipos subacuáticos, bolsas estancas, Steady, railes… “No es normal llevar este equipo en un conflicto normalmente llevas una cámara con la que no tengas que estar haciendo foco por medio de las balas, pero yo he trabajado con la Canon EOS 5D Mark III en Afganistán, Somalia, Congo, Honduras… ahora ya le voy cogiendo el punto a hacer foco mientras te disparan. Es como volver al pasado. Sobre todo es muy interesante porque te ofrece gran profundidad de campo”, comenta Zin.

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El rodaje transcurrió por algunas de las zonas más peligrosas y  afectadas de Gaza por el conflicto con Israel, como es la frontera, los barrios y las plantaciones agrícolas, y la zona del puerto. “A veces estás por esas zonas y observas como un dron cargado de misiles te sigue. Ten en cuenta que eres un tipo que saca cámaras extrañas, que vas con un equipo de gente… Ciertos movimientos los pueden confundir con que vas a lanzar un misil, haces todo muy despacio, quieres que te vean pero estás todo el tiempo con mucho miedo, la verdad, sobre todo cuando realizaba las tomas subacuáticas en el mar. Te aseguro que es el peor conflicto que he cubierto en mi vida, no tanto por las bombas sino por el sufrimiento de la gente”, afirma el director.

Así como en lo estético Hernán Zin se esforzó al máximo para hacer algo diferente, en el discurso no hay ninguna manipulación, lo que está es lo que se rodó: “Nunca me había pasado en vida que la final del día me doliesen las manos de manipular todo el tiempo los equipos, pero te aseguro que prácticamente no se ha quedado ningún total fuera, los niños contaban lo que sentían y eso es lo que está en la película. Creo que en lo narrativo la película es muy honesta, lo que me dijeron es lo que sale, después a nivel visual hay un trabajo con mucha intencionalidad, por ser más poético y contar las cosas de otra manera”

‘Nacido en Gaza’ termina una vez pasados tres meses desde el final de la ofensiva israelí, cuando volvemos a ver qué ha sido de estos niños. De qué forma luchan por superar el horror sufrido y recuperar cierta normalidad en sus vidas. Ellos son portavoces de los 507 niños muertos y más de 3.000 heridos que dejó la ofensiva israelí conocida como «Margen defensivo».

“Yo he vivido en Gaza mucho tiempo, estaba rodando en Latinoamérica un historia totalmente distinta a esta, mis amigos de Gaza que contactaban conmigo me decían que lo que estaba sucediendo era muy fuerte, que era el apocalipsis. Después sucedió lo de la muerte de los cuatro niños en la playa por varios misiles y entonces me dije que tenía volver para contar lo que estaba ocurriendo. Cuando acabé el rodaje en Latinoamérica fui para Gaza y la idea de centrarme en los niños surgió tras la muerte de estos cuatro, pero también porque la mitad de la población de Gaza son niños y la mitad de las víctimas son niños. Pensé que tenían que tener voz y voto en toda esta historia, sobre todo porque su opinión en un tema donde hay tanto ruido interesado es incontestable”, confiesa el director.

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