‘Letters to Paul Morrissey’, un compromiso con la vanguardia cinematográfica y unos de los primeros filmes de la nueva compañía Elamedia Distribución

Armand Rovira, Saida Benzal y Mintxo Díaz cuentan su experiencia con la única producción española que se pudo ver en la sección  Nuevas Olas del pasado Festival de Sevilla

El pasado mes de noviembre, se celebró la 15ª edición de Festival de Cine Europeo de Sevilla. La única producción española en la sección Nuevas Olas, dedicado al cine más vanguardista y arriesgado fue ‘Letters to Paul Morrissey’, primer largometraje de Armand Rovira y también unos de los primeros largometrajes del catálogo de la nueva distribuidora Elamedia Distribución, un proyecto gestado por Javier Asenjo, Silvia Lobo y Roberto Butragueño. Esta elección se convierte en toda una declaración de intenciones de la nueva distribuidora, al igual que otro de los filmes que tiene previsto estrenar en España Elamedia Distribución: ‘Trinta Lumes’, documental de Diana Toucedo.

‘Letters to Paul Morrissey’ es un compromiso absoluto con el arte, un homenaje al cine de vanguardia con aroma a otros tiempos, rodado en 16mm y en blanco y negro. Y, por supuesto, se trata de un reconocimiento a la figura de Paul Morrissey, director de obras como ‘Trash’, ‘Flesh’ y ‘Heat’, colaborador de Andy Warhol y representante de la Velvet Underground. Tras su paso por el Eurimages Lab Project Award del Festival Karlovy Vary y el FIDLAB Marseille, la película fue seleccionada en competición oficial en el Festival de Cine Europeo de Sevilla y en el Tallinn Black Nigths Film Festival de Estonia.

Armand Rovira, Saida Benzal y Mintxo Díaz

Una de las cartas fílmicas de ‘Letters to Paul Morrissey’ es ‘Hoissuru’, cortometraje previo del director seleccionado en más de 40 festivales internacionales y con varios premios al Mejor Cortometraje. Armand Rovira se lanzó hace un lustro a la tarea de filmar cartas para enviárselas a Paul Morrissey, usando una cámara de 16mm. Finalmente reunió cinco misivas de distintas partes del mundo realizadas por personajes dispares, que tocan desde el existencialismo bergmaniano hasta la ciencia ficción al estilo de La Jetée. ‘Letters to Paul Morrissey’ cuenta con guion del propio Rovira junto a Saida Benzal, que además firma una de las Cartas del filme. La película está producida por Dynamite Films (Mintxo Díaz y Yayo Herrero) y From Outer Space (Jorge Vidal y Armand Rovira). Armand Rovira, Saida Benzal y el productor Mintxo Díaz compartieron con Audiovisual451 su experiencia en este singular filme.

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Audiovisual451: Lo que muestra una película como ‘Letters to Paul Morrissey’ es un compromiso total con el arte… Está claro que no es una obra para un público masivo

Armand Rovira: “El germen de la película es muy sencillo filmar correspondencias a Paul Morrissey. Es un ejercicio de admiración y un juego hacia su figura. La idea era filmar pequeñas historias que yo quería enviarle para ver si era posible que él filmara también algo y me lo devolviera. Me di cuenta que esto no iba a suceder, porque también intercambiaba mails con él. Lo primero que rodamos fue una pieza más documental, con skaters y sin personajes. Pero a partir de ahí empezamos a rodar historias con personajes y entendí que la mejor manera de hacer esta película era haciendo que los personajes expresaran sus sentimientos, frustraciones, problemas al mismo Paul Morrissey, una especie de voz de conciencia. Aquí nace ya una película narrativa con cinco capítulos. Siempre fuimos conscientes que rodar con esta estético y con este universo propio metía la película en la vanguardia”.

A451: ¿Existía entonces una relación anterior con Paul Morrissey?

A.R: “Surge ahí, a raíz de mi necesidad de rodar esas imágenes. Cuando contacto, él se lo tomó con mucha humildad y gratitud, cree que no lo merece”.

A451: ¿Cómo se estructura finalmente una película tan compleja?

A.R: “Yo había rodado ya mucho material y entonces entró Saida Benzal, que es la que se ha encargado de dar una coherencia narrativa a las historias que estuve rodando durante cinco años. Bueno… realmente rodamos durante cuatro años y el último lo dedicamos más al montaje. Además, le ofrezco a Saida (Benzal) dirigir una de las cartas visuales. Ella además también escribía conmigo el guión, sobre todo los diálogos. Todo el universo de las historias son mías y ella se encargaba de ordenar estas ideas y trabajábamos juntos los diálogos”.

Saida Benzal: “Así es. Yo entré más tarde en el proyecto y ya había imágenes rodadas varios años atrás. Quizá el 30 por ciento de la película ya estaba rodado cuando yo llego. Al principio incluso había más colaboradores para dirigir más cartas pero finalmente sólo quedó la mía como invitada. El trabajo más que de guión ha sido de composición, porque toda la producción se ha hecho a la vez, se ha buscado financiación mientras se montaba y rodaba. Había que intentar hacer una película homogénea con lo que teníamos y decidimos darle un tono de fantasía existencial a todo y que Paul Morrissey fuera el hilo conductor a modo de voz de conciencia”.

A451: La película está rodada en 16 mm y en blanco y negro ¿no es más complicado y caro rodar de esta manera en la actualidad donde la gente lleva una cámara digital 4K en el bolsillo?

A.R: “Bueno no creas que es tan caro rodar en 16mm. Rodamos todo con película caducada que es más barata. Nuestra idea era acercarnos al universo de Paul Morrissey, de la Factory, de Warhol. Rodando con esa estética y eso lo facilitaba mucho rodar en 16mm”.

Mintxo Díaz: “No creas, rodar en digital también entraña problemas a nivel de producción, por ejemplo se graba mucho más material. En fotoquímico se controla mucho todo. Hay cosas que encarecen y otras que no. Por ejemplo, en postproducción, la estética no hay que generarla porque ya la da el 16mm. Unas cosas compensan las otras”.

A.R: “Y como llevo casi 20 años haciendo cortos, yo venía del mundo del 35mm, no era nuevo para mí. En esta película solíamos hacer dos tomas de cada plano. Se ensayaba mucho para no cometer errores”.

S.B: “En mi caso, como era la primera vez que dirigía me daba igual que fuera en analógico o digital. Eso sí, yo también soy actriz y estoy acostumbrada a cámaras digitales y en esos rodajes puedes ver lo que has hecho en el momento, aquí no era posible. Lo asumes”.

M.D: “La cámara la compramos por EBay de segunda o tercera mano a un profesional que hacía documentales para National Geographic. Creo que con todo esta idea consigues la estética tan especial de la película”.

S.B: “Se rodó con dos cámaras de 16mm prácticamente en las mismas condiciones”

A451: ¿Y cómo asumía el equipo técnico y artístico esa manera de trabajar tan poco habitual hoy?

A.R: “Era muy divertido y nos daba la sensación de estar haciendo cine en los años 60 y 70. Esta película es metacine, porque habla del cine. El equipo lo veía también como una experiencia y los actores estaban muy concienciados aunque estaban acostumbrados a trabajar de otra manera. A algunos les presionaba tener solo dos tomas”.

S.B: “Creo que se generó un ambiente muy especial, porque hay un cierto respeto a toda esta liturgia, al propio ruido de la cámara, que para el productor es dinero y para el actor es presión”.

A451: ¿Y cuándo llegas al estudio de postproducción con las latas?

A.R: “Aún quedan laboratorios en Europa. En Málaga hay uno que procesa 16mm, se dedican a pequeños formatos”

A451: ¿Quién se ha encargado de la postproducción?

A.R: “Yo me he encargado del montaje, también me he encargado de los efectos. Digitalizamos todo el material y el montaje se hizo de manera tradicional como cualquier producción actual”.

M.D: “La película se revelaba, se llevaba a escanear y se montaba ya en digital”.

A451: ¿Y cómo se financia una película tan intencionadamente artística como ésta?

M.D: “Está claro que no es una película comercial. Dynamite Films se incorpora a la producción cuando parte del proyecto estaba avanzado. Armand Rovira empezó la producción con la productora mallorquina From Outer Space. Nos hablaron del proyecto y nos gustó mucho. En nuestra idea del cine hay veces que haces cosas más comerciales y en otras ocasiones simplemente lo haces porque te gusta, este es el caso. ‘Letters to Paul Morrissey’ para nosotros era un viaje que teníamos que hacer. Creemos que este tipo de cine también tiene su público, un público más cultural, más intelectual, que quiere abrir su mente a nuevas experiencias cinematográficas. Apostamos por el proyecto, pero decidimos que no podíamos eternizarnos, planteamos dos bloques más largos. En la Semana Santa de 2017 rodamos seis días y otros cinco días en junio y con eso terminamos el rodaje. Es una película que cuesta mucho levantar aunque sea barata de producción. Los profesionales se han involucrado de una manera increíble. Entre las dos productoras hemos soportado la producción”.

A451: De momento ha empezado su carrera por festivales… Sevilla, Tallin…

M.D: “Así es. En todos los festivales está encajando en secciones de cine más vanguardista, con un cine más alternativo. Creo que este tipo de cine es necesario para abrir la mente y hacer evolucionar el propio cine. La película ha pasado antes por varios foros de desarrollo de proyectos. Por ejemplo estuvo en Karlovy Vary, en Barcelona… Siempre el feedback fue muy bueno”.

S.B: “Somos conscientes que es una película para festivales y por ahora estamos muy contentos”.

A451: Pero la distribución es salas comerciales también es un objetivo ¿no es así?

M.D: “Por supuesto, no renunciamos a estrenarla en sala. Nos gustaría estrenarla antes del próximo verano en salas comerciales”.

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