‘Negación’ – estreno en cines 12 de abril

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Basada en hechos reales.

Basada en el alabado libro ‘Denial: Holocaust History on Trial’, ‘Negación’ cuenta la batalla legal de Deborah E. Lipstadt (Rachel Weisz) por defender la verdad histórica contra David Irving (Timothy Spall), que la denunció por difamación cuando ella lo acusó de negacionista del Holocausto. En el sistema legal británico, en casos de difamación, el peso de la prueba recae en el demandado, por lo que Lipstadt y su equipo legal, encabezado por Richard Rampton (Tom Wilkinson), tuvieron que demostrar la verdad esencial de que el Holocausto sucedió realmente.

‘Negación’ se rodó fundamentalmente en Londres, donde tuvo lugar el juicio. Allí, el equipo de rodaje logró filmar en los Reales Tribunales de Justicia, donde se juzgó el caso por difamación, y en el hotel Athenaeum, en Piccadilly, donde se alojó Lipstadt durante el proceso. Además, se rodaron algunas escenas clave en Polonia, en el antiguo campo de concentración y exterminio nazi de Auschwitz-Birkenau, donde fueron asesinadas más de un millón de personas, en su mayoría judíos.

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“Los historiadores del Museo Estatal de Auschwitz-Birkenau fueron una ayuda tremenda en lo referente a la exactitud de los hechos. Hacerlo correctamente era un responsabilidad enorme”, explica el productor Gary Foster. “Nos esforzamos mucho por ser precisos en el guion, así que fue muy importante tener la oportunidad de rodar en Auschwitz-Birkenau”.

Dentro de las vallas del perímetro del antiguo campo, solo se filmaron escenas documentales, señala Foster. No se rodó dentro ninguna escena con actores, por respeto a la preservación histórica del campo. En vez de eso, el equipo de rodaje recreó parte de las ruinas en una antigua base de la RAF, cerca de High Wycombe, en Buckinghamshire, Reino Unido.

Jackson comenta que el rodaje de las escenas del antiguo campo de concentración fue una experiencia emotiva para todos los implicados. “Construimos el vestuario en el que las víctimas se quitaban la ropa, pensando que se iban a duchar, y luego las enviaban a la cámara de gas”, agrega. “Resultó conmovedor”.

El diseñador de producción Andrew McAlpine fue responsable de 46 planos distintos, pero la recreación de Auschwitz fue el más difícil, y el más importante. “La gente aún recuerda este juicio”, comenta. “No hace más que 15 años de ello. Hay que respetar tanto a los miembros del público que seguían el juicio como a las víctimas del Holocausto. De eso trataba el juicio. El reto era asegurarnos que Auschwitz, que es tierra sagrada, se represente de tal forma que convenza a cualquiera que haya estado allí. Teníamos que recrearlo fielmente y honrar la memoria de toda esa gente”.

Uno de los motivos recurrentes del filme es la estatua de bronce de 1902 de la reina guerrera Boadicea en su carro de combate, que se encuentra en la zona de Londres conocida como Embankment, junto a la cual pasa habitualmente Lipstadt cuando sale a correr en varios momentos a lo largo de la película. Conocida por su audacia en combate, la legendaria heroína celta plantó cara a los poderosos invasores romanos, inspiró a decenas de miles de seguidores y casi logra expulsar al poderoso imperio, pese a sus fuerzas superiores, de las islas británicas. Boadicea viene a representar el valor que necesita Lipstadt para seguir adelante en el juicio.

El director Jackson, que otrora fuera pintor, comenta que se inspiró visualmente en artistas de la Ilustración, como Johannes Vermeer, que creía que la luz representaba la verdad, así como en el filme ‘Ida’, dirigido por Pawel Pawlikowski, que ganó el Óscar en 2015 a la “mejor película de habla no inglesa”. “Me pareció que una película sobre la verdad debía poseer una cualidad luminosa”, opina. “Nuestro director de fotografía, Haris Zambarloukos, y yo decidimos iluminarla como si se tratara de luz natural que incidiera en los rostros de los personajes”.

Lipstadt cree que la película le ofrece una oportunidad para llevar el trabajo de su vida un paso más allá. “Me gustaría que la gente entendiera que el Holocausto es el genocidio mejor documentado del mundo. No se puede negar. Se pueden debatir aspectos del mismo, por qué sucedió, cómo sucedió, pero no el hecho de que sucedió. Es un hecho incontestable. No admite discusión. Y eso no es ser intolerante, es reconocer la verdad”.

Según Jackson, el juicio ha marcado una diferencia duradera en el mundo. “Si Deborah Lipstadt hubiera perdido, habría tenido un efecto escalofriante sobre cualquier otro caso similar”, afirma. “Toda clase de cosas consideradas controvertidas se habrían vuelto muy difíciles de litigar, porque la gente habría tenido miedo a perder. Como dijo Richard Rampton tras el veredicto, no nos devolverá a ninguno de ellos. Pero, ahora, ningún historiador razonable puede dudar jamás de la existencia del Holocausto”.

Datos sobre el juicio
  • El caso se presentó en el Tribunal Supremo inglés como David Irving contra Penguin Books y Deborah Lipstadt.
  • La demanda se interpuso el 5 de septiembre de 1996.
  • En su demanda, Irving sostenía que ciertos pasajes del libro de Lipstadt ‘Denying the Holocaust’ lo acusaban de hacer apología del nazismo y de ser un admirador de Hitler que distorsionaba los hechos y manipulaba las pruebas para que respaldaran sus afirmaciones de que el Holocausto no se produjo. También le pareció que el libro atacaba sus motivaciones y su competencia, y formaba parte de un esfuerzo concertado para arruinar su reputación como historiador.
  • El juicio empezó el 11 de enero de 2000. El proceso duró 32 días. Se dictó sentencia el 11 de abril de 2000.
  • En Gran Bretaña, los abogados tramitadores formulan la estrategia, realizan negociaciones y redactan documentos legales, mientras que los abogados litigantes ofrecen asesoramiento legal especializado y representan en juicios a individuos y organizaciones.
  • En el sistema legal británico, en casos de difamación, el demandante no tiene más que demostrar difamación. El peso de la prueba recae en el demandado (en este caso, la editorial Penguin Books y Lipstadt).
  • Dependía del equipo legal de Lipstadt, encabezado por los abogados Anthony Julius y Richard Rampton, demostrar que sus afirmaciones eran “sustancialmente ciertas”, que el Holocausto se produjo, que Irving era un negacionista del Holocausto, que hacía apología de Hitler y que había manipulado deliberadamente hechos para sustentar sus propias opiniones ideológicas.
  • David Irving optó por representarse a sí mismo en el juicio.
  • Como estrategia, Julius y Rampton decidieron que no llamarían a declarar ni Lipstadt ni a ningún superviviente del Holocausto. Consideraban que hacer declarar a los supervivientes no haría más que legitimar las afirmaciones de Irving y los expondría a posibles humillaciones. Además, temían que los supervivientes no recordaran detalles exactos, lo que pondría en peligro el caso, tal como sucedió en los procesos de Zündel (1985, 1988) y Exodus (Dering v. Uris, 1964).
  • Cuando tuvo que interrogar a Irving, Rampton se negó a mirarle a los ojos.
  • Entre los restantes miembros del equipo se encontraban Heather Rogers (la ayudante de Rampton), así como James Libson y Laura Tyler (del equipo de Anthony Julius).
  • Penguin Books también contrató a los expertos en difamación Kevin Bays y Mark Bateman, del bufete de abogados especializados en los medios Davenport Lyons.
  • Las pruebas usadas por la defensa incluyeron anotaciones de un hombre identificado como “Tauber”. Las anotaciones describían al sonderkommando en el crematorio número 2 y cómo los cristales de Zyklon B se introducían en las columnas que atravesaban el tejado, como puede apreciarse en las fotografías aéreas del campo tomadas por los aviones aliados en 1944. Irving respondió que no había agujeros en el tejado, y afirmó que dichos agujeros se añadieron a las fotos. Sostenía que Auschwitz se diseñó como un campo de trabajo, en el que murieron muchas personas, pero no un lugar en el que se asesinaba deliberadamente a la gente. Su declaración dio lugar a los tristemente famosos titulares de “No Holes, No Holocaust” (“Sin agujeros, no hay Holocausto”).
  • La defensa llamó a cinco testigos: Richard J. Evans, profesor regio de Historia de la Universidad de Cambridge; Robert Jan van Pelt, profesor de Historia Cultural de la facultad de arquitectura de la Universidad de Waterloo; Christopher Browning, profesor de Historia Frank Porter Graham, Universidad de Carolina del Norte (Chapel Hill); Peter Longerich, director del Centro de Investigación del Holocausto e Historia del siglo XX del Royal Holloway College, Universidad de Londres; Hajo Funke, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad Libre de Berlín
  • Irving llamó a tres testigos: Kevin MacDonald, profesor de psicología, Universidad Estatal de California en Long Beach; Sir John Keegan, antiguo profesor de la Real Academia Militar y redactor de defensa del diario Daily Telegraph (citado por Irving); David Cameron Watt, profesor de Historia Internacional, Escuela de Economía de Londres (citado por Irving)
  • El juez Charles Gray se encargó de presidir el juicio, y dictó sentencia en un escrito de 333 páginas a favor de los demandados, en el que detallaba la sistemática distorsión llevada a cabo por Irving de los registros históricos de la Segunda Guerra Mundial.
  • Tras el juicio, Richard Rampton le llevó a Lipstadt una botella de Pommard Les Epenots de 1995 para celebrarlo.
  • Irving apeló la decisión ante la División Civil del Tribunal de Apelaciones, pero su solicitud fue denegada el 20 de julio de 2001. Se declaró en quiebra en 2002.

Dirección: Mick Jackson.

Año: Estados Unidos, 2017.

Reparto: Rachel Weisz, Tom Wilkinson, Timothy Spall, Andrew Scott.

Producción: Gary Foster y Russ Krasnoff.

Distribución: eOne Films Spain.

Estreno: 12 de abril de 2017.

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