Rafa Arroyo, director del corto ‘Trazos del alma’: «Poder ir un día al cine y ver los horarios de mi película es mi sueño»

Rafa Arroyo, director del cortometraje ‘Trazos del alma’, candidato al Goya

‘Trazos del Alma’ es un cortometraje documental en el que el director manchego Rafa Arroyo narra las cicatrices del pasado de su madre, María José Arroyo, y cómo consiguió sanar todo su dolor.

‘Trazos del Alma’ es una oda al coraje que tiene María José Arroyo de exponer los abusos y violaciones que sufrió en su juventud. María José convirtió su dolor en amor, vida y esperanza y su historia, años más tarde, ayudó a su mejor amiga la primera persona con la que pudo sincerarse.

El corto documental no sólo muestra las heridas del pasado, si no la sanación de la protagonista a través del arte desde una mirada optimista que transforma un dolor profundo en algo tan bello como su obra artística.

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‘Trazos del alma’ es una producción de Cariñito Films, cuya distribución corre a cargo de Line Up Film Agency. El filme ha recibido más de una docena de premios y casi medio centenar de selecciones.

El próximo 11 de febrero competirá por el Goya al mejor cortometraje documental del año. El cortometraje ha sido escrito, dirigido y producido por el propio Rafa Arroyo, que ha contado a Audiovisual451 los detalles de esta obra tan personal.

Audiovisual451: ¿Cuáles fueron las motivaciones para contar esta historia tan personal?

Rafa Arroyo: «La confesión que me hizo mi madre; María José, fue demoledora para mi. Tantos años sufriendo en silencio y con el miedo y la duda de contárselo a un ser querido y que te vuelvas a sentir juzgada como en la mayoría de casos de violencia de género. Es estar viviendo una pesadilla. Pero ella tuvo el coraje de sentarse conmigo y contarme los abusos y violaciones que sufrió en su juventud y como transformó un dolor profundo en algo tan bello como su obra artística. Fue una confesión tan fuerte que era casi un deber como hijo contar la historia. No hay mayor motivación que contar la historia de una madre».

A451: ¿Cuánto tiempo ha llevado todo el proceso hasta la copia final?

R.A: «‘Trazos del alma’ me enseñó a ser paciente con la cámara, a cocinar la historia a fuego lento y a no buscar el momento, si no a “encontrarme con él”. Sabía que tenía que ser muy cuidadoso y dejar que las cosas fluyeran por si solas. Por eso no me puse fechas. Hasta que no sintiera que tenía grabado el material que buscaba, no terminaría de rodar. Tuve que hacer un intenso trabajo de constancia y perseverancia para que mi madre no me sintiera como un elemento extraño cuando sacaba la cámara. Así que tuve que rodar durante casi un año para encontrar esa cotidianidad y naturalidad, que al principio estaban ausentes, pero que con el paso del tiempo se hicieron constantes. Creo que documentar a mi madre es una de las cosas más bellas que he vivido y que difícilmente pueda volver a repetir».

A451: ¿Cómo se armó la producción?

R.A: «Recuerdo que un día estaba rodando con mi madre unos videos para sus pinturas. Llevábamos tiempo grabando eso, porque ella quería tener videos para enseñar a galerías, museos, etc. Terminamos de grabar y mientras recogimos todo, mi madre se abrió conmigo y me contó todo lo que habría sufrido en su juventud. Yo me quedé helado. No supe qué decir. Una estigmatización tan grande por parte de tus seres queridos tiene que ser muy difícil de asimilar. La víctima se convierte en culpable. Es realmente doloroso. Yo, como hijo, sabía que tenía el deber de contarla, pero ella no quería volver a exponerse – y respeté su decisión -. Un trágico suceso lo cambió todo: su mejor amiga María Luisa Mora falleció durante la pandemia. Fue la primera persona que comprendió a mi madre, su confidente. Mi madre se quedó desolada, ya que no pudo despedirse de ella – como tantos otros, murió sola en el hospital. Aunque estaba en un momento delicado, sentí la necesidad de acercarme de nuevo a mi madre para contar sus vivencias y que ayudarán a aliviar el sufrimiento de otras personas que, como Maria Luisa, también pasaron por episodios trágicos. “No le cuentes la historia a tu hijo. Cuéntasela a Maria Luisa, como si fuera la primera vez”, le dije. Así nació ‘Trazos del Alma’.

A451: ¿Y que puedes contar de los participantes delante de la cámara?

R.A: «Es curioso que no lo haya preguntado nadie hasta ahora pero ‘Trazos del Alma’ tuvo cuatro protagonistas. El principal era mi madre y tres secundarios que habían estado relacionados con la infancia de mi madre y con sus pinturas. Tuve que cortarlos a todos porque sentía que no funcionaban en montaje. Quería que el espectador empatizara puramente con mi madre, además para remarcar la soledad con la que tuvo que convivir durante tanto tiempo.

A451: ¿Nunca te planteaste que fuera un largometraje?

R.A: «Mi reto siempre fue contar algo bello y emotivo en un espacio corto de tiempo Tenía tanto material rodado con mi madre que podía hacer un mediometraje perfectamente, pero quería que funcionara de una forma sencilla y muy emotiva. Así que muchas cosas se quedan por el camino muy a mi pesar. Aunque tampoco me marque un tiempo de metraje porque quería que respirará el material. Creo que al final conseguimos hacer algo muy sencillo pero con un mensaje contundente con el que el espectador empatiza».

A451: ¿Cuántas selecciones ha tenido el corto en certámenes cinematográficos?

R.A: «Actualmente contamos con más de 40 selecciones nacionales e internacionales y 12 premios. Nunca pensé que podríamos llegar a tocar el corazón de tanta gente. La respuesta del público en los festivales a los que pude asistir fue maravillosa. Muchas personas, sobre todo mujeres víctimas de violencia machista, se nos acercaban muy emocionadas.
Generar esos sentimientos en el público es una sensación increíble. Es uno de los grandes valores de los festivales. Ser testigo de la reacción del público con tu obra».

A451: ¿Cuáles serán los siguientes pasos, tras los Goya?

R.A: «Seguir trabajando y luchando por contar historias. Es verdad que una Nominación te da un gran impulso, pero para mí no ha cambiado nada. Tengo que seguir luchando por hacer lo que más amo. Para mí no hay mayor privilegio que trabajar en lo que amas».

A451: ¿Cuál es tu impresión sobre el momento actual del sector del cortometraje en España?

R.A: «Hay muchos festivales que apoyan y dan visibilidad al cortometraje, al igual que ayudas para poder llevar a cabo tu proyecto. Pero la realidad es que no es un formato rentable. ‘Trazos del Alma’ lo he llevado a cabo con mis ahorros y un crédito del banco. Soy muy afortunado porque he tenido mucho trabajo estos últimos años y he podido hacer frente a todos los gastos. ¿Recuperas el dinero? Si eres afortunado, a base de premios. Tampoco hay una demanda fuerte en plataformas, así que el dinero que percibes es simbólico.

A451: ¿Piensas que la diversidad de ventanas puede ser de gran ayuda?

R.A: «Últimamente escucho a mucha gente decir no tener tiempo para ver una película de hora y media o dos horas. Creo que ahora mismo el cortometraje está muy bien posicionada para suplir esta demanda de historias cortas, pero tiene que haber una apuesta real y firme por este formato».

A451: ¿En qué proyectos estáis trabajando actualmente?

R.A: «Sigo trabajando en mis proyectos de publicidad y cine como director de fotografía, conociendo a gente con una visión humana increíble. Y, mientras tanto, planeo mi próximo proyecto como director, también documental, que girará en torno a los desahucios y las familias que lo sufren. Me parece un tema muy invisible y bastante sensible y ya estoy dándole vueltas a qué documental, qué tipo de historia podemos contar».

A451: ¿Tienes pensado el paso al largometraje o tu idea es seguir en el formato corto?

R.A: «Me encantaría. Lo deseo mucho y es mi gran objetivo. Poder ir un día al cine, mirar la cartelera y ver los horarios de tu película. Es mi sueño. Así que toca trabajar duro y esforzarse para poder conseguirlo».

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