‘The Get Down’, una fiel visión del nacimiento del hip-hop

El director Baz Luhrmann lleva más de diez años reuniendo al equipo que pudiera narrar la epopeya de cómo una ciudad destrozada y al borde de la quiebra pudo crear una forma artística. Por fin, Netflix estrena ‘The Get Down’, con una primera parte de 6 episodios ya disponible.

De su trabajo con su mujer, cuatro veces ganadora del Óscar y coproductora ejecutiva Catherine Martin, con el legendario MC y productor ejecutivo Nas y el productor asociado Grandmaster Flash, con el dramaturgo y premio Pulitzer, cocreador y productor ejecutivo Stephen Adly Guirgis; y con otros colaboradores expertos (como el historiador del hip-hop y supervisor de producción Nelson George), con los coproductores ejecutivos y guionistas Aaron Rahsaan Thomas y Seth Zvi Rosenfeld, con los consultores Kurtis Blow (también productor asociado), DJ Kool Herc, Afrika Bambaataa y Rahiem of the Furious Five, con leyendas del baile como José Xtravaganza y Willie Marine Boy Estrada, con artistas del grafiti CRASH y DAZE, con la diseñadora de producción Karen Murphy, con los coreógrafos/productores asociados Rich y Tone, con el compositor Elliott Wheeler, con la diseñadora de vestuario Jeriana San Juan y con una compañía de actores casi sin estrenar, nace ‘The Get Down’, una serie dramática sobre el Nueva York de los años 70 y su música. Es la crónica del auge del hip-hop y la decadencia de la música disco, narrada a través de las vidas y la música de esos chicos del South Bronx que cambiarían el mundo para siempre.

Hay proyectos sobre la historia del rap y del hip-hop centrados en la historia de los años ochenta y noventa, pero ‘The Get Down’ es el primero que ofrece una visión tan exhaustiva de los verdaderos orígenes de esta forma artística —y de su intersección con la música disco— a finales de los años setenta. En 1980, el “Rapper’s Delight” de Sugar Hill Gang triunfó en las ondas, pero en 1977 el hip-hop todavía estaba empezando a salir de los garitos, sótanos y salones del South Bronx.

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THE GET DOWN

Después del éxito en Broadway de su obra ‘Motherfucker with the Hat’, Stephen Adly Guirgis explica cómo se sumó al proyecto de ‘The Get Down’: “Un día abrí el ordenador y vi que tenía un correo de Baz Lurhmann —cuenta Stephen—. Me preguntaba que si estaría interesado en reunirme con él para hablar sobre la creación de una serie de televisión juntos. Yo no conocía a Baz personalmente y no tenía ni idea de cómo había conseguido mi dirección. Y no me interesaba nada hacer televisión. Es más: estaba contentísimo de NO tener que trabajar en la televisión. Pero era Baz Luhrmann, y pensé que sería muy antipático negarme a verlo, así que quedamos. Creo que, cuando solo llevábamos cinco minutos hablando, pensé ‘Este tío me cae fenomenal’. Y otros cinco minutos después, ya pensaba ‘Este tío habla mi idioma y además es inteligente, curioso, muy brillante y está claro que es un artista de verdad, seguro que podría aprender mucho con él. De hecho, me encantaría trabajar con él, qué pena que sea una reunión sobre televisión, porque yo no trabajo para la televisión’. Y entonces Baz dijo las palabras mágicas: ‘Nueva York en los años setenta, el nacimiento del hip-hop, un grupo de chicos de la calle encuentra su lugar en el mundo y uno se convertirá en una leyenda…’ Y yo suspiré, porque era justo mi debilidad: me crié en Nueva York en los años setenta. De niño y adolescente conocí varios barrios y culturas y me encantaba la música. Y Baz me preguntó ‘Bueno, ¿qué te parece?’. Y yo le dije ‘En fin, yo casi siempre escribo historias sobre el paso de la infancia a la edad adulta, ¿lo tuyo podría ser una historia así?’. Y Baz me contestó ‘Eso es justo lo que tiene que ser’. Y así fue cómo empezamos a trabajar juntos. Acepté este trabajo porque TENÍA que trabajar con Baz y TENÍA que formar parte de este proyecto. No fue una elección: fue una misión”.

Para convertir ‘The Get Down’ en una historia sobre el paso de la infancia a la edad adulta en el Bronx era necesitaría la colaboración de gente que hubiera vivido allí toda la década de 1970, ¿y quién mejor que Grandmaster Flash? “Creo que Flash ha sido fundamental —confiesa Nelson George—. Tengo guardada en mi teléfono una entrevista de Flash y Baz en la que él habla de la cultura y la música, y ese diálogo está reproducido en la serie”.

—Recuerdo que Baz me dijo: «Mira, no me interesan los discos, los premios ni nada de lo que te pasó cuando alcanzaste fama internacional —confiesa Flash—. Quiero conocer las raíces, esa es la historia que quiero”.

El coproductor ejecutivo y escritor Seth Zvi Rosenfeld trasladó su experiencia personal a sus guiones para ‘The Get Down’. “Tenía muchísimas ganas de contar esta historia sobre todo por las cosas que he vivido —afirma—. Yo crecí a dos manzanas del Rock Steady Park y oí hablar de ‘Charlie Rock’ y de algunos de los primeros ‘breakers’ (bailarines de ‘breakdance’) de los 70, incluso anteriores a la gente del Rock Steady. Todos practicábamos los pasos de ‘popping’ y los de suelo; también los saltos y los movimientos con bates de ‘stickball’. Era lo que hacíamos los chicos de allí. Los que tenían más talento formaron el famoso grupo de ‘breakdance’ de Nueva York: The Rock Steady Crew”.

THE GET DOWN

—En el instituto —recuerda Seth—, mis amigos y yo también empezamos a hacer grafitis. Primero en la calle y en los libros de los otros, y luego en las cocheras de los trenes. Quedábamos en la puerta de un sitio de la avenida Columbus que se llamaba NOGA («Nation of Graffiti Artists»). En NOGA, conocimos a grafiteros de todos los rincones de la ciudad. Para unos alumnos de instituto, el conocer a CLIFF 159, a IN y a BLADE era como conocer a una estrella del rock o a un deportista famoso. Los que tenían más talento entraron en el mundo de las galerías y todavía se dedican a eso. Uno de los compañeros de instituto con los que me llevaba bien era Jean Michel Basquiat”.

—En el instituto conocí el rap —continúa Seth—. Primero de la mano de los chicos de mi barrio y luego en sitios como la Superstar Cafeteria o el Diplomat Hotel. Los chicos de mi barrio también iban al Audubon Ballroom, The Fever y The Renaissance para ver a MC («maestros de conferencias» o raperos). Yo nunca llegué a ir a esos sitios, pero oía lo que contaban los mayores que iban allí. Todo esto fue antes de ‘Rapper’s Delight’. Fui testigo privilegiado de una cultura que entonces estaba en pañales. Tuve mucha suerte de presenciarlo y en esa época no me di cuenta del calado que iba a tener todo esto. Es muy emocionante poder contar algunas de esas anécdotas y por eso, sobre todo, me incorporé al proyecto”.

—Una de las primeras cosas que Baz nos pidió a los guionistas que describiéramos fue «¿Qué es lo que más os interesa de este mundo?” —recuerda Aaron Rahsaan Thomas—. Para mí, más que la música y la ropa y toda la pompa y la circunstancia, era la oportunidad de hacer algo que ninguna televisión de Estados Unidos ha hecho en sus más de 70 años de existencia: contar una historia dramática desde el punto de vista de los miembros jóvenes y pobres de minorías (si exceptuamos la 4.ª temporada de ‘The Wire’). Me hacía mucha ilusión la idea, aunque también me imponía un poco el pensar que, durante muchos años, si alguna vez se hubiera intentado contar una historia así, habría sido desde el punto de vista de hombres blancos de mediana edad. Lo que me impresiona de Baz es su sensibilidad al mostrar el mundo, las culturas y los personajes que retratamos. Hay una sinceridad que nos lleva, tanto a él como al resto del equipo, a esforzarnos por dar con los detalles correctos e inspirarnos en las fuentes: nuestras musas”.

Rodaje en Nueva York con múltiples decorados construidos

Fiel al estilo de Baz Luhrmann, ‘The Get Down’ exigió una estrecha colaboración entre todo el equipo. Los miembros de los departamentos de vestuario y de música trabajaron codo con codo con los guionistas, coreógrafos, diseñadores de decorados y actores para crear una conexión perfecta entre la imagen, la música y el diálogo.

Rodada parcialmente en exteriores del Bronx, ‘The Get Down’ también se filmó en barrios de Manhattan, de Brooklyn y en platós insonorizados de Glendale, en Queens, donde utilizamos los casi 14.000 metros cuadrados del espacio disponible del estudio para reconstruir sitios emblemáticos de la época.

The Get Down

—Construimos de todo: desde una habitación del Chelsea Hotel o la fachada y la salida de emergencia de un bloque de viviendas hasta una discoteca o un edificio derruido —explica Catherine Martin—. No parábamos de hacer decorados.

A los actores les apetecía especialmente pasar un tiempo en el Bronx. Allí dice Catherine que filmaron en el histórico Andrew Freedman Home, y encontraron algunos fragmentos del barrio que no habían cambiado tanto desde los setenta.

—Los vecinos del Bronx están ilusionadísimos con la serie y me encanta su energía —dice Yahya Abdul-Mateen II—. Cuando estoy allí, siempre me parece un lugar sagrado, porque queremos respetar a la gente de la época y respetar sus casas y su barrio.

Siempre que rodaban, los actores se sorprendían con la habilidad del equipo para recrear meticulosamente una época anterior a su nacimiento.

—Cuando ves a todos los extras aquí, y los bailes, la música, las luces… si no sales a la calle, es como si estuvieras en los años setenta —confiesa Herizen.

Hay algo en la energía que sentimos que resulta muy auténtico —añade Shameik Moore—. Cuando vuelvo a casa, sé que ese día he participado en algo histórico.

¿Qué es el «Get down»?

—Nadie lo llamaba «hip-hop»; se hablaba del «get down», de «B-beats», del «breakdown» o de lo que se le ocurriera a cada círculo de amigos —explica Nelson George—. Nuestra historia termina más o menos cuando salió el disco de Sugarhill Gang (“Rapper’s Delight”), que para mucha gente es el comienzo del hip-hop. Así que estamos dando una visión de este mundo que creo que nadie ha dado nunca.

The Get Down baile pareja

—La estética del hip-hop ha influido en todo el proceso musical —afirma el compositor Elliott Wheeler—. Hemos adoptado con entusiasmo su concepto de tomar prestada, rehacer o recrear una joya que ya existía, por ejemplo. Nos han guiado en este proceso los fundadores y los que se inspiraron en ellos. Grandmaster Flash, Rahiem, Kurtis Blow, DJ Kool Herc y Nelson George nos asesoraron y nos explicaron todos los detalles de la creación en el mundo de aquella época: los aparatos, la música, la tecnología, la lengua, la forma de andar de la gente, cómo vestían, su rollo. Todas las piezas de DJ y de ‘scratching’ que se oyen en la serie son obra de Grandmaster Flash, que rebuscó en su colección para sacar todas las joyas que pinchaba en esos tiempos. Su generosidad y su alma fluyen por toda la serie, no solo en el trabajo de DJ, sino en su colaboración conmigo para componer la banda sonora”.

Entonces, ¿qué es el «get-down»? Vamos a dejar que lo explique el maestro, Grandmaster Flash. “Yo me inventé ese término. Es la parte más tranquila del disco. Para mí es la mejor. Ahora la llaman el «break», pero la parte del «get down» es en la que tocan menos miembros de la banda. A veces solo el batería, el batería y el bajo o un batería y el chelo, o un batería y la guitarra. Esta parte del disco siempre era demasiado corta, pero conseguía sacar un «corte» de percusión de 10 segundos, luego hacía copias de los discos y los sujetaba con las puntas de los dedos. Así me inventé esa técnica que me permitía sacar 10 minutos a partir de 10 segundos, mi rap particular. Todo esto fue antes de los MC («maestros de ceremonias» o raperos). Antes de que ellos aparecieran, el DJ era el responsable de pinchar las mejores canciones. Muchas veces encontrábamos nuestros discos en las tiendas de música del tiempo de nuestros padres, siempre buscando el ritmo perfecto. Y cuando el DJ hacía eso, se convertía en arte. Después, cuando apareció el MC, como Shaolin y Books en la serie, se formó la conexión entre el DJ y el MC. Y ese, en mi opinión, fue el comienzo del rap”.

El armario: desde vaqueros hasta bambas Puma

Para abordar la tarea descomunal que suponía la creación de toda la ropa de ‘The Get Down’, Jeriana San Juan (‘The Americans’, ‘Saturday Night Live’, ‘Smash’) se incorporó al equipo como diseñadora de vestuario. No solo tenía mucha experiencia con el ritmo frenético de la televisión, sino que también conocía el mundo de los musicales y el de los dramas de época.

—Hasta cierto punto, yo tenía un método de trabajo totalmente distinto —afirma Catherine Martin, la diseñadora de vestuario de las películas de Baz Luhrmann ‘Moulin Rouge’, ‘Australia’ y ‘El gran Gatsby’. Creo que el trabajo en la TV es durísimo, porque careces del lujo del cine: mucho tiempo de preparación.

Para ‘The Get Down’, Jeriana dice que Baz quería conseguir algo muy auténtico pero a la vez de un realismo extremo, casi como si la historia se contara a través de los ojos de los personajes.

—Queríamos insistir en la idea de que, aunque fuera un barrio que luchaba contra la miseria, la gente tiene muy buenos recuerdos de esa época. Por eso queríamos que las cosas tuvieran un aspecto fresco, lleno de energía —apunta.

Con esa idea en mente, la mayoría de las prendas se hicieron a medida. Entre Catherine, Baz y Jeriana definieron el estilo de cada personaje. Los espectadores se darán cuenta, por ejemplo, de que Ezekiel casi siempre viste de color azul, mientras que Shaolin suele ir de rojo.

The Get Down chicos

—Él es el más estiloso de todos los chicos. […] Acabó convirtiéndose en el mejor representante de la imagen de los principios del hip-hop —opina Jeriana sobre Shaolin—. Para Books, nos inspiramos en las chaquetas que llevaban algunos raperos de la época. Él veía a los autores de rap como una especie de superhéroes.

—Puedes seguir su evolución a través de su ropa —afirma Shameik Moore de Shaolin—. En cuanto me visto, siento que soy Shaolin. Solo con ponerme calcetines rojos en casa, ya me meto en el papel.

Jeriana San Juan dice que uno de los personajes para el que más le gustaba diseñar era Dizzee (Jaden Smith), sobre todo porque él es el artista plástico del grupo. Lleva muchos vaqueros y uniformes militares reciclados, muchos de ellos adaptados o transformados para que, como dice Jeriana, “se use a sí mismo de lienzo”.

—A veces le daba un mono de piloto a Jaden para que lo cubriera de dibujos, o yo misma lo pintaba y creaba algo bien chulo, se lo daba y él escribía un poema en la espalda —añade—. Para una de las prendas más características de Dizzee, una cazadora vaquera, le pidió a la famosa grafitera Lady Pink que le pintara un mural personalizado en la espalda.

El armario de Cadillac (Abdul-Mateen), totalmente a la moda disco, es la cara opuesta del de Dizzee, pero no por eso menos admirable. Gran aficionado al «animal print» y a los trajes a medida, la ropa de Cadillac causa sensación en todas sus escenas.

—Es muy listo y quiere llamar la atención, por eso su estilo tiene que ser muy llamativo —explica Abdul-Mateen II—. En cuando entra en una habitación, todo el mundo lo mira y se pregunta «¿Quién es este?”.

The Get Down chicas

Desde las gafas de sol personalizadas (incluso tienen una bandera de Puerto Rico) de Papá Papa Fuerte hasta las bambas Puma de gamuza roja de Shaolin, pasando por los taconazos de madera de Mylene, en esta serie se cuida hasta el más mínimo detalle. Baz se asegura de que la cámara no se pierda ni uno, cosa que el público seguro que apreciará.

—Baz filma el aspecto de la cabeza a los pies, literalmente, y el tener todo eso fijo en su retina es todo un don —opina Jeriana—. Nos ha dado la oportunidad de arremangarnos y crear toda una trayectoria vital para cada personaje.

La vestimenta setentera estilizada también acabó afectando a los actores. “Después de esto, mi forma de vestir ha cambiado un poco —admite Shameik Moore—. Ahora miro los pantalones de campana de otra manera.

Cuando acabemos de rodar —añade Mamoudou Athie—, me voy a comprar todas las prendas que me he puesto. Y seguramente salga vestido así a la calle.

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