Guille Galván (Vetusta Morla): «Lo que Manuel Martín Cuenca nos pidió para la banda sonora de ‘El amor de Andrea’ fue generar un Cádiz imaginario a partir de la música»

‘El amor de Andrea’, la nueva película de Manuel Martín Cuenca, en la que este vuelve a retratar de una manera muy personal un territorio andaluz que conoce muy bien, llega a los cines este viernes. La banda sonora original del filme corre a cargo del grupo de rock Vetusta Morla, en su segunda colaboración con el cineasta almeriense tras ‘La hija’.

Además, la banda madrileña y la cantautora canaria Valeria Castro unen sus voces, por primera vez, en un tema compuesto originalmente para la película, cuyo videoclip, también dirigido por Martín Cuenca, ya está disponible en todas las plataformas. En palabras del director, la canción principal del filme supone «el corazón y la médula de la protagonista», y es que, para crear este tema, así como el resto, Vetusta Morla utilizó aquellos ingredientes que acompañan a Andrea en su lucha iniciática como son el sobrecogimiento de la música de Semana Santa o la alegría y acidez de las chirigotas gaditanas.

Vetusta Morla
Vetusta Morla.

El grupo, que viajó a Cádiz durante el rodaje de la cinta para empaparse de todo lo que allí estaba sucediendo, decidió que para la banda sonora utilizaría instrumentos no amplificables, dejando el terreno de las cuerdas para instrumentos acústicos de poco tamaño y escala corta y el de la percusión para golpes y sonidos extraídos de la propia película: las horquillas de Semana Santa, percusión en ventanas y escaleras, tamboras, bombos verticales o panderetas. Después, complementaron esa tímbrica esencialista con los sonidos de los viento madera, instrumentos que tienen la capacidad de aunar en su carácter la procesión sacra y el desfile carnavalesco, la taberna y el altar.

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Pero el vínculo de Vetusta Morla y cada uno de sus componentes con el cine va más allá de este último trabajo: Guille Galván compuso ‘La apuesta’, la canción original de la película ‘¿Qué te juegas?’, dirigida por Inés de León. Por otro lado, Juanma Latorre firmó la banda sonora original de ‘Teresa’, el último largometraje de Paula Ortiz. Además, Pucho, vocalista de la banda, ha formado parte del jurado del Festival de San Sebastián, FilMadrid o el Festival Internacional de Cine de Gijón, entre otros. Otro punto a destacar de su idilio con el séptimo arte es la presencia de reconocidos realizadores en sus videoclips, tales como Juan Cavestany, Eugenio Mira, Nacho Vigalondo, Paula Ortiz y Fernando Franco.

‘El amor de Andrea’

Producida por La Loma Blanca, LAZONA y Nephilim, ‘El amor de Andrea’ cuenta con un reparto debutante que fue escogido después de un casting de un año en el que el propio director y su equipo vieran a casi 5.000 personas. La película, que fue rodada en orden cronológico sin que ninguno de los actores o actrices llegase a conocer el guion, está protagonizada por Lupe Mateo Barredo, Fidel Sierra, Cayetano Rodríguez Anglada, Agustín Domínguez, Irka Lugo, Jesús Ortiz, Inés Amieva y Jose M. Verdulla Otero.

Escrita por Martín Cuenca y Lola Mayo, la película fue rodada íntegramente en la Bahía de Cádiz en otoño, lo que permitió filmar una naturaleza impactante en la que el viento, el mar y la luz atlántica se hicieron presentes con toda su belleza cinematográfica, y es que ya es habitual ver al director andaluz perseguir escenarios naturales que se representan como un personaje más. ‘El amor de Andrea’ compitió en la Sección Oficial de la 68ª SEMINCI de Valladolid, donde tuvo lugar su presentación mundial.

El filme cuenta la historia de Andrea (Lupe Mateo Barredo), una joven de 15 años que quiere recuperar el amor de su padre, desaparecido de su vida desde que se divorció de su madre. Andrea recuerda a un padre amoroso y no puede entender por qué ahora no quiere ver a sus hijos. Tomás y Fidel, sus dos hermanos pequeños, son sus compañeros infatigables en esta aventura que habla de amor, familia y desencanto.

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A pocos días del estreno de la película, Audiovisual451 conversa con Guille Galván y Juanma Latorre, dos de los integrantes de Vetusta Morla (a cargo de guitarras y teclados, en este caso), sobre la música de ‘El amor de Andrea’ y otros de sus trabajos para el cine:

Audiovisual451: Esta es ya la segunda banda sonora original para una película que compone Vetusta Morla, a la que se suman los trabajos previos de cada uno de vosotros en el campo de la música de cine, ¿de dónde os viene esa afición al séptimo arte?

Guille Galván: «La relación entre Vetusta Morla y el cine se remonta a los principios del grupo. De hecho, en uno de nuestros primeros conciertos, tocamos sobre las imágenes de ‘La momia’, la mítica película en blanco y negro. Dentro del grupo, cada uno es cinéfilo a su manera, y el cine ha sido y es una de nuestras grandes fuentes de inspiración. Siempre hemos intentado que esa parte más audiovisual de nuestro trabajo como músicos, que son los videoclips, sirva de puente entre el grupo y cineastas de nuestra misma generación, en busca de armar su propia carrera. La unión entre música y cine nos ha parecido algo muy atractivo desde nuestros inicios, dado que el formato del videoclip ha posibilitado que muchos de nuestros amigos cineastas formasen parte de la historia de Vetusta Morla».

Guille Galván: «La relación entre Vetusta Morla y el cine se remonta a los principios del grupo […] Siempre hemos intentado que esa parte más audiovisual de nuestro trabajo como músicos, que son los videoclips, sirva de puente entre el grupo y cineastas de nuestra misma generación».

A451: Al fin y al cabo, la música de cine sigue siendo música…

G.G.: «Exacto. Y es por eso que pensamos que las proposiciones de bandas sonoras que nos han llegado en los últimos años lo han hecho de una forma bastante orgánica y natural, ya que nuestra relación con el medio cinematográfico era cada vez más estrecha y, en definitiva, hablemos de música de bandas o música de cine, todo es música, sin más apellidos. Cada vez es más normal encontrar a músicos que trabajan en cine, y ahí está el ejemplo del gran Ennio Morricone, que en los años sesenta, justo antes de empezar a componer bandas sonoras, trabajaba como arreglista para el pop italiano de mayor éxito».

A451: ¿Son muy diferentes las dinámicas de trabajo a la hora de encarar una banda sonora como esta en comparación con uno de vuestros álbumes?

Juanma Latorre: «Son dinámicas completamente distintas. En el caso de una banda sonora, el músico se pone al servicio de la historia que se quiere contar y forma parte de una obra mayor. La justificación de cada pieza que se compone para cine está vinculada a la mirada de un personaje o a la emoción que trata de transmitir una escena en concreto, mientras que, a la hora de escribir una canción para un álbum, la motivación es interna y viene dada por la necesidad de contar algo que parte, en principio, de un ámbito más personal».

Juanma Latorre: «En el caso de una banda sonora, el músico se pone al servicio de la historia que se quiere contar y forma parte de una obra mayor. La justificación de cada pieza que se compone para cine está vinculada a la mirada de un personaje o a la emoción que trata de transmitir una escena en concreto».

El amor de Andrea

A451: Y cada una de esas posibilidades plantea sus pros y sus contras…

J.L.: «Cada disciplina conlleva una serie de dificultades, pero también ofrece sus propias ventajas, y es que, aunque parezca poco apetecible subordinarse a la idea de otro artista que no eres tú, ese proceso también tiene una parte muy hermosa. Al final, el cine es algo multisensorial que se compone de imágenes y palabras, entre otros elementos, así que la música es otro ingrediente más, pero no por ello menos importante. Sí que es verdad que, cuando hacemos canciones, intentamos plantear el trabajo como un reto que te obligue a aprender, y esto es más difícil que se dé en cine que cuando compones para tu banda».

A451: Esta es vuestra segunda colaboración con Manuel Martín Cuenca después de ‘La hija’, ¿Qué os llama la atención de su cine y cómo ha sido el trabajo con él esta vez?

G.G.: «Después de varios años trabajando con Manuel Martín Cuenca, tengo claro que una de sus mayores cualidades, y más en estos tiempos en los que todo tiende a ir tan rápido y a ser más artificial, es el amor y el compromiso que tiene para con su oficio, el tiempo que le dedica y cómo se vuelca cuando cree que algo merece la pena. Es un director muy intuitivo y sabe hacer sentir parte de su obra a los equipos con los que trabaja. Cuando está escribiendo el guion de una de sus películas, visita aquellos lugares donde tiene pensado rodar, hasta el punto de que se introduce de lleno en su propia historia».

Guille Galván: «Después de varios años trabajando con Manuel Martín Cuenca, tengo claro que una de sus mayores cualidades, y más en estos tiempos en los que todo tiende a ir tan rápido y a ser más artificial, es el amor y el compromiso que tiene para con su oficio, el tiempo que le dedica y cómo se vuelca cuando cree que algo merece la pena».

A451: El papel de las ciudades en las que se desarrollan sus películas es crucial…

G.G.: «Siempre da la oportunidad a las ciudades en las que tienen lugar sus historias, ciudades andaluzas en la mayor parte de los casos, de convertirse en protagonistas absolutas de la trama. Y esto es algo que forma parte también de esa apuesta por tomarse el tiempo suficiente para que su propia obra le convenza, lo cual es algo muy especial. Pero, además de eso, Manuel es un director que no se limita solo a dirigir, sino que acompaña y supervisa cada uno de los procesos; y más que por una necesidad de controlarlo todo, lo hace porque disfruta con ello. Esa implicación que demuestra hacia su obra es una de las principales fuentes de energía para aquellos que trabajamos con él».

A451: Primero, compusisteis el tema original de la película y luego vino todo lo demás, ¿Cómo fue todo ese proceso, de principio a fin?

J.L.: «La canción principal de ‘El amor de Andrea’ es el germen de muchas de las cosas que luego han caracterizado a la banda sonora de la película. Debido a nuestro origen como escritores de canciones pop y rock, nos resulta más cómodo empezar por ahí, y es que muchos de los leitmotivs musicales y de la instrumentación parten de este tema. En un primer momento, Manuel no tenía previsto que la película tuviese una canción original, pero nosotros se lo propusimos como punto de partida, por una cuestión de metodología de trabajo, más que nada, y al final le acabó cuadrando como una especie de epílogo en el que nos ponemos las gafas de la protagonista para que ella misma cuente ese transitar de la infancia a la edad adulta que experimenta en la película, motivado por un desengaño amoroso, no de carácter romántico, sino hacia su propio padre. Podría decirse que este tema original nos sirvió de palanca en muchos sentidos, puesto que nos ayudó a abrir camino desde una canción, que es lo que estamos acostumbrados a hacer».

Manuel Martín Cuenca en el rodaje de ‘El amor de Andrea’.
Juanma Latorre: «La canción principal de ‘El amor de Andrea’ es el germen de muchas de las cosas que luego han caracterizado a la banda sonora de la película […] Es una especie de epílogo en el que nos ponemos las gafas de la protagonista para que ella misma cuente ese transitar de la infancia a la edad adulta».

A451: ¿Tuvisteis a vuestra disposición el guion del filme para trabajar sobre él?

G.G.: «Cuando trabajamos con Manuel, las discusiones previas siempre son sobre papel. La verdad es que nos ha hecho sentir muy partícipes del guion de la película, incluso en fases donde aún no estaba terminado, y todo ese trabajo previo al rodaje nos ha servido, y mucho, para tener bastante claro la banda sonora que queríamos hacer. Cuando llegó el momento de concretar, todo fue bastante rápido y, además, al igual que en el caso de ‘La hija’, tuvimos la oportunidad de visitar el rodaje para empaparnos de lo que allí estaba sucediendo y trabajar mano a mano con el equipo de sonido, cuya ayuda ha sido clave para nosotros, porque nos ha dotado de muchísimo material que luego hemos utilizado para componer tanto las canciones originales como la banda sonora de la película».

A451: ¿Y pudisteis acceder también a imágenes durante la fase de montaje?

G.G.: «Sí, y esto es una prueba más de que la experiencia ha sido muy enriquecedora, puesto que no solo nos hemos limitado a trabajar en la música, sino que Manuel nos ha permitido formar parte de todo el proceso. A medida que la película fue montándose, pudimos empezar a trabajar de una manera más fina y técnica, lo que nos llevó a decidir en qué momentos tenía sentido que sonase la música. Nuestra intención, más allá de reforzar imágenes, personajes o atmósferas, siempre fue incorporarla cuando uno menos se lo espera, para así sorprender al espectador. Esa labor de acotamiento fue un trabajo bastante paralelo al montaje, que ni siquiera estaba terminado en aquel momento».

Guille Galván: «Cuando trabajamos con Manuel, las discusiones previas siempre son sobre papel. La verdad es que nos ha hecho sentir muy partícipes del guion de la película […] Además, tuvimos la oportunidad de visitar el rodaje para empaparnos de lo que allí estaba sucediendo y trabajar mano a mano con el equipo de sonido».

A451: ¿Cómo se gestó la colaboración con Valeria Castro?

J.L.: «El tema original de la película habla desde el punto de vista de Andrea, la protagonista y, por eso, nos parecía muy extraño que sonase una voz masculina, así que nos pusimos a pensar en quién podía representar esa mirada. Finalmente, surgió el nombre de Valeria Castro, con quien Guille ya había trabajado antes, porque, curiosamente, entre la música temporal que incluimos en una fase inicial del montaje de la película, figuraba una canción suya. Desde un principio, a Manuel le encantó esa voz, ese timbre y esa candidez que desprende Valeria con su manera de cantar, lo cual la convierte en la persona apropiada para representar esa parte más naíf e inocente de la vida de Andrea».

A451: Y luego está la voz de Pucho, que completa el dueto…

J.L.: «Nuestro compañero Pucho acompaña a Valeria en el tema interpretando a un equivalente de Abel, este amigo que acompaña a Andrea de acá para allá y es algo así como su espejo y su contrapunto en la película, dando lugar a un dúo musical que tiene mucho que ver con el dúo interpretativo que vemos en pantalla. La verdad es que fue un placer trabajar con Valeria porque apenas pasaron 24 horas desde que le hicimos la propuesta hasta que nos pusimos manos a la obra. Vino al estudio, lo puso todo muy fácil desde el principio y supo reflejar muy bien lo que queríamos transmitir con la canción».

Juanma Latorre: «El tema original de la película habla desde el punto de vista de Andrea, la protagonista y, por eso, nos parecía muy extraño que sonase una voz masculina, así que nos pusimos a pensar en quién podía representar esa mirada. Finalmente, surgió el nombre de Valeria Castro».

A451: ¿Cuáles daríais que son las principales influencias de esta banda sonora?

G.G.: «Desde el principio, tuvimos muy claro que queríamos apostar por una música que pudiera salir de la calle, a diferencia de lo que hicimos para ‘La hija’, donde el trabajo fue más técnico y documental desde el punto de vista del sonido. En ‘El amor de Andrea’, el punto de partida fue muy distinto; lo que queríamos eran instrumentos que salieran de Cádiz, la ciudad donde se desarrolla la historia. Entonces, le sugerimos a Manuel que hablara con músicos gaditanos, puesto que pensábamos que lo podían hacer mejor que nosotros, pero lo que nos dijo es que, para él, era muy importante ese mundo imaginario que existía en la cabeza de la protagonista de la película, en relación a lo que iba a ser su vida y por lo que iba a luchar, y que lo que buscaba es que nuestra música acompañase a Andrea en esa edad bisagra que supone el tránsito de la niñez a la edad adulta».

A451: Y ahí es donde entra también la importancia de Cádiz en la historia…

G.G.: «A fin de cuentas, lo que Manuel Martín Cuenca nos pidió para la banda sonora de ‘El amor de Andrea’ fue generar un Cádiz imaginario a partir de la música, con influencias de ambos lados del Atlántico. Cádiz es una ciudad que tiene un espíritu muy especial, ya que la fantasía, las leyendas de piratas y las habaneras sobre marineros que hicieron fortuna al otro lado del charco se entremezclan con la historia. De ahí en adelante, comenzamos a investigar y nos sentamos a ver las imágenes de la película para ponernos a tocar sobre ellas, casi como si estuviéramos alrededor de una hoguera. De alguna manera, volvimos a los orígenes, y acabó siendo algo mucho más divertido y natural de lo que pensábamos».

Guille Galván: «Lo que Manuel Martín Cuenca nos pidió para la banda sonora de ‘El amor de Andrea’ fue generar un Cádiz imaginario a partir de la música, con influencias de ambos lados del Atlántico. Cádiz es una ciudad que tiene un espíritu muy especial, ya que la fantasía, las leyendas de piratas y las habaneras sobre marineros que hicieron fortuna al otro lado del charco se entremezclan con la historia».

A451: Antes comentabais que viajasteis hasta Cádiz en pleno rodaje, así que es de suponer que aprovecharíais para hacer un poco de trabajo de campo…

J.L.: «El fin de ese viaje fue empaparnos del ambiente del rodaje y de la propia historia, y gracias a Manuel, pudimos presenciar todo lo que ocurría fuera de cámara entre los actores, algo que pensamos que es muy importante en el caso de una película como esta. La relación entre las personas que han trabajado en la película y con la propia ciudad ha determinado mucho lo que se ve en pantalla, por lo que el hecho de estar allí nos proporcionó datos muy valiosos. Además, tuvimos la oportunidad de conocer Cádiz en pleno diciembre, una época del año en la que no estamos muy acostumbrados a visitar la ciudad. Comprobar sobre el terreno cómo respira Cádiz fuera del periodo estival, cuando hay menos ajetreo, nos causó una sensación maravillosa, muy parecida a la que experimentamos durante el rodaje de ‘La hija’, donde lo que hicimos fue empaparnos del ambiente opresivo de esa casa aislada en medio de una naturaleza salvaje donde tiene lugar la historia. Ambas visitas han sido muy importantes para el devenir de la música».

A451: Manuel Martín Cuenca ha dirigido también el videoclip del tema principal de ‘El amor de Andrea’, ¿Qué tal fue el rodaje?

G.G.: «La verdad es que ni Juanma ni yo estuvimos presentes, pero creemos que ha ido muy bien. Manuel quiso plantear una especie de paralelismo entre la Andrea y el Abel de la película y el dueto musical que forman Pucho Y Valeria en el videoclip, por lo que su deseo fue que solo ellos dos estuvieran en el set de rodaje. A Manuel le gusta ejercer como director de actores en todo momento, incluso cuando está rodando un videoclip».

Guille Calván: «Manuel quiso plantear una especie de paralelismo entre la Andrea y el Abel de la película y el dueto musical que forman Pucho Y Valeria en el videoclip […] Le gusta ejercer como director de actores en todo momento, incluso cuando está rodando un videoclip».

A451: Ya sea como grupo o individualmente, ¿Tenéis en marcha en este momento alguna banda sonora más?

J.L.: «Como Vetusta Morla, todavía no hay nada seguro sobre la mesa, pero lo que sí que podemos adelantar es que Guille y yo vamos a trabajar juntos en la banda sonora de ‘Hildegart’, la nueva película de Paula Ortiz, que ya se encuentra en fase de postproducción. Yo ya trabajé con Paula en su última película, ‘Teresa’, así que nos conocemos bien, y es una prueba más de que queremos seguir muy ligados al mundo del cine y, sobre todo, a ese proceso tan asombroso que conlleva hacer una banda sonora».

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