‘Estudio de la eficiencia y optimización del subtitulado para sordos. El método de Pequerrecho Subtitulación’ es el título del estudio que la compañía Pequerrecho Subtitulación ha publicado recientemente en Internet.
La oferta de subtitulado para sordos ha aumentado en los últimos años, pero la comunidad sorda demanda calidad además de cantidad. Hasta el momento, el subtitulado varía mucho entre cadenas y proveedores, pero no parece cubrir las expectativas de los usuarios finales actuales y no ha conseguido ampliar el perfil de los usuarios de este tipo de subtítulos, ya que no se ajustan suficientemente a las necesidades específicas de la heterogénea comunidad sorda y hacen que los usuarios sigan siendo una minoría.
Este estudio, realizado con una amplia muestra de usuarios, pretende fijar pautas, eliminar malas prácticas y creencias erróneas en este tipo de subtitulado y homogeneizar el servicio para ampliar su audiencia, además de proponer nuevas líneas de investigación.
Pequerrecho Subtitulación es una empresa de servicios lingüísticos para todo tipo de productos audiovisuales especializada en subtitulación interlingüística, subtitulado electrónico, subtitulación para sordos, guiones de audiodescripción para su posterior locución y traducciones de todo tipo de documentación.
Actualmente el estudio está disponible sólo en español y pronto tendrá versión en inglés.
Sin desmerecer la labor de los compañeros de Pequerrecho, cuyo estudio tengo pendiente de lectura, ya hay una norma que permite homogeneizar y fijar pautas: la norma UNE 153020/2012. Ahora solo faltaría que todos los canales se pusieran de acuerdo para seguirla y no que cada uno hiciera sus propios libros de estilo.
En realidad, la baja calidad del subtitulado para sordos en España tiene un motivo muy penoso y evidente: las bochornosas tarifas que se ofrecen por este tipo de trabajo. No se puede exigir calidad cuando se pagan cifras de 1,5 euros, 1,2, 1 e, ¡incluso! 80 céntimos el minuto. No se puede.